REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

SOCIEDAD INFANTIL Y SUMISA

 

 

 

Gervasio Portilla | 19.04.2022


 

 

 

Con excepciones, decimos adiós a las mascarillas en interiores.

Sin embargo, es tal el miedo desvergonzado e irresponsable que las autoridades con la brillante colaboración de los medios de comunicación, han ejercido sobre el personal que muchas personas dudan y lo que es peor tienen miedo de suprimirla.

El ser humano con millones de años, ha ido sucesivamente desarrollando y mejorando sus sistema inmunitario, sin embargo, de repente parece de nada servir ante los intereses de todo tipo de una sociedad infantil y egoísta, en la que la mentira o la media verdad tiene premio.

Cuando los medios de comunicación, nos hablan de recomendaciones de los expertos, no nos dicen que expertos y si estos están dispuestos a rubricar sus decisiones o todo es “humo”.

Recordaran, como el señor Sánchez nos hablaba que se haría lo que recomendaran los expertos y luego se supo que no había expertos, sin embargo nadie dimitió y todo sigue igual.

Vamos a ser claros: ¿Expertos de qué?. ¿Sin conflicto de intereses?. O dicho con respecto funcionarios o burócratas.

No pongo en duda que las mascarillas en algunos momentos de aglomeración y falta de ventilación puedan ser recomendables, sin embargo, no hay estudios serios ni claridad en las ideas y si muchos intereses y ganas de meter miedo. La doctora Margarite Gresz-Brisson, una de las neurólogas más prestigiosa de Europa, y directora médica de THE LONDON NEUROLOGY PAIN CLINIC, ha dicho que el uso de las mascarillas produce un daño irreparable, por falta de oxigeno, ya que la reinhalación del aire que respiramos conduce a una deficiencia de oxigeno y a la saturación de dióxido de carbono, hay células nerviosas en el hipocampo que no pueden estar sin oxigeno durante más de tres minutos, porque no sobreviven.

Pero claro, no casa con el mensaje oficial y como dice la citada doctora cuando dentro de diez años la demencia aumentará exponencialmente y las generaciones más jóvenes no puedan alcanzar su potencial innato, no servirá de nada decir que no necesitábamos mascarillas.

Parece que una mascarilla sudorosa, con varios días utilizada, no causa ningún trastorno y puede tener algún tipo de beneficio, es algo increíble para una mente que piense y que no se dedique a obedecer de forma ciega y sin evaluar y buscar la verdad.

Y los políticos, encantados con esta sociedad infantilizada y sumisa.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista