REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

LA CLAVE ES LA CENTRALIDAD

 

 

Gervasio Portilla | 13.06.2020


 

 

Después de la Segunda Guerra Mundial, la socialdemocracia realizó un importante papel en Europa , principalmente en Alemania en materia social y de derechos, bien en compañía de otros partidos, como la democracia cristiana y liberales o bien gobernando sin coalición. En el mundo actual, otros partidos del centro y de la derecha, defendiendo también, principios básicos como los derechos laborales, la igualdad de oportunidades, la libertad y otros; han dejado sin margen ideológico al socialismo democrático.

Al quedarse sin ideas claras , se dedican como “pollo sin cabeza” a defender de manera un tanto aparatosa el ecologismo, un feminismo también muy exagerado y todas aquellas causas que marquen diferencias e incluso controversias.

Esta búsqueda de espacio y falta de sintonía, esta permitiendo su radicalización en vez de servir a los ciudadanos como puente y nexo de unión y defensa de derechos y deberes.

En el fondo, es una involución de casi un siglo, hacia posiciones trasnochadas y en algunos casos incoherentes y un abandono de la centralidad.

Hoy por hoy, se pueden y se deben defender los derechos sociales, a las minorías, la educación para todos y otras muchas conquistas de mitad del siglo XX, pero se esta demostrando que otras fuerzas políticas han asumido, incluso mucho mejor esos retos, uniéndolos al de una buena administración de lo público, cuestión en la que la socialdemocracia ha fracasado, no tanto en los años setenta y principio de los ochenta, sino después, como hemos visto en España, Francia, Reino Unido y otros países.

Como respuesta a la radicalización, en un efecto acción-reacción, se ha producido también el nacimiento de fuerzas de derecha radical, que tienen la sensación de un retroceso en el ámbito de las libertades, lo que favorece la bipolaridad que tanto perjudica a la convivencia.

Se echa en estos momentos en falta en el viejo continente, dentro del socialismo democrático, a líderes como Tony Blair, Felipe González e incluso Françoise Mitterrand; personalidades que colaboraron a labrar la unidad y el progreso de Europa, desde el realismo, la sensatez y la moderación.

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista