REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

RESPETAR A LOS MUERTOS

 

 

Gervasio Portilla | 10.04.2020


 

 

Resulta, que hasta hace mes y medio, el Gobierno, ha estado un día si y otro también hablándonos de la Memoria Histórica y de la urgencia y justicia de recuperar los cadáveres de combatientes sin identificar.

Evidentemente, es de justicia y debiera de procederse con sumo respeto a la recuperación de cuerpos de personas desaparecidas durante la guerra civil, es un hecho de justicia y también humanitario para sus familias, pero en modo alguno, debiera de ser utilizado como forma de dividir a los españoles por hechos sucedidos hace ochenta años, cuando la sociedad española goza hoy de plena libertad y quiere mirar al futuro.

Casualidades o paradojas de la vida, ahora, parece no ser capaz, de controlar perfectamente el número de fallecidos, por una gran tragedia como es la de la pandemia del coronavirus. Se dice que el número de fallecidos, es mucho mayor.

Da la sensación, al menos eso parece, de que se trata de ocultar a los muertos y sin embargo, hasta hace poco se hablaba de exhumaciones y de tumbas a todas horas y con total normalidad y algunos hasta con falta de respeto; los españoles ya ni se acordaban y habíamos pasado página.

Pero estos muertos por la pandemia, son de hoy, de ayer y de días pasados, las familias sí se acuerdan de sus seres queridos fallecidos en las UVI sin su compañía, en las Residencias de Mayores, por falta de una previsión o por posible falta de respiradores u otros medios en algún caso; pero ahora ya muchos medios de comunicación y demasiadas autoridades, dan la sensación de no querer oír hablar de muertos, olvidándose, que tanto aquellos, como estos, eran seres humanos, iguales en derechos y dignidad.

Sin embargo, tanto entonces como ahora, se debiera reconocer errores, corregir fallos y acompañar a los familiares de las víctimas, mirando al futuro en paz, sin llevar cuentas del mal y sin tentación alguna de sacar rentabilidad política de ningún tipo.

Pero para ello, hace falta tener talla humana y ganas de bien. Pongamos todos lo mejor de nosotros mismos.

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista