Oído Cocina

TRUMP, SIN ALFOMBRA ROJA

 

Miguel del Río | 11.06.2017


 

 

Ha sido el alcalde de Londres, el laborista y musulmán Sadiq Khan, quien ha dicho que si Donald Trump pisa suelo británico, es mejor no ponerle la alfombra roja. Más que el rojo, el color granate en la moqueta es el que mejor refleja los honores que se muestran dentro del recibimiento a un líder político. Nada más bajar del avión presidencial, este color de gala formará parte de su visita en todos los actos organizados en su honor. Aunque el presidente norteamericano se empeña en ponerse él mismo estacas en las ruedas, porque reunión a la que asiste, reunión en la que acaba mal con otros estadistas. Hasta ahora, tenemos los casos del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, la canciller alemana, Ángela Merkel y, el último en sumarse, el ya mencionado alcalde londinense.

A nadie se le ocurre, salvo a Trump, que mientras otro país se ve sacudido por un atentado terrorista, vas y utilizas Twitter para provocar a su alcalde, que además resulta que profesa la religión del Islam. El magnate norteamericano no da punta sin hilo y quién sabe lo que realmente persigue con esta cascada de provocaciones que no deja títere con cabeza. Lo ha interpretado a la perfección Ángela Merkel al decir que Europa se ha quedado sola, y ya no puede contar con sus aliados tradicionales como eran los Estados Unidos e Inglaterra, esta última aún dentro de la Unión Europea, pero por poco tiempo.

Así va la cosa: Donald Trump se queda sin la alfombra roja dentro de Naciones Unidas, de la OTAN, la Unión Europea, y la City de Londres, acosada últimamente por el terrorismo, y encima tiene que aguantar los desplantes en Twitter del bravucón presidente de los Estados Unidos, a quien consideraban su gran aliado. Ya no es así y se nota la soledad inglesa, por los malos acontecimientos que se suceden, y las recientes elecciones ha supuesto un hecho más a añadir tras la pérdida de la mayoría absoluta de su primera ministra, Theresa May. Pocos analistas políticos se atreven a vaticinar el futuro inglés, pero lo que sí tienen muy claro es la nula facilidad que tiene Trump en hacer amigos, con la consiguiente retirada en el protocolo de la alfombra roja.

 

Miguel del Río