Oído Cocina

VENGARSE CON FUEGO

 

Miguel del Río | 11.09.2016


 

Verano tras verano, España vive la misma situación en forma de incendios provocados. Si bien los medios materiales y humanos utilizados en cada extinción han ido en aumento, no ha sucedido lo mismo a la hora de concienciar a la ciudadanía contra los peligros de provocar fuegos que terminan por ser incontrolados. Siempre ha habido muchas especulaciones sobre el cómo y el por qué se provocan incendios en determinadas épocas del año, pero este verano ha surgido un nuevo tipo de pirómano que pretende quemar directamente las casas y residencias veraniegas de muchos propietarios que las pudieron construir con el esfuerzo de toda una vida. A quien enciende la mecha se le puede llamar de todo, y cada verano se puede contar lo mismo con el añadido del gran esfuerzo económico por parte de las Administraciones encargadas de sofocar con sus medios los fuegos. Ya no es suficiente.

Hace falta concienciar, perseguir y endurecer las penas de los causantes de estos daños mediambietales y también materiales de los propietarios que pierden, de la noche a la mañana, la casa con todo lo que había dentro. ¿Quién consuela o ayuda a todas estar personas que se quedan sin nada en la mayoría de los casos? Resulta desgarrador oír a dos jubilados contar cómo levantaron su casa con el trabajo de toda una vida, se la queman porque sí, y declaran que volverán a empezar para poner en pie nuevamente la residencia que les daba cobijo. Este país tiene malas costumbres y provocar fuegos es una de ellas. Hay que extirpar de raíz esta forma de actuar que suele darse además en cualquier lugar de España, sin excepción. Cada verano, la misma historia. Cada verano, las mismas imágenes de fuegos incontrolados. Cada verano, los mismos llantos y preguntas al aire sobre el por qué de quemar campos, bellos parajes o directamente urbanizaciones. Por ser más reiterativos no vamos a conseguir soluciones. Combatir en España los fuegos provocados cada verano debe convertirse (de verdad) en una prioridad absoluta del Estado, las comunidades autónomas y los municipios donde se provocan porque a algún chalado le da la gana o mediante fuego quiere vengarse de algo o de alguien.

 

Miguel del Río