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EL EJEMPLO PARA EL DEPORTE DEL IGUALATORIO

 

Miguel del Río | 10.07.2016


 

Si la buena sanidad es ambición tan valorada, cuando se vincula al deporte y a su patrocinio, resulta un cóctel que deja un estupendo sabor de boca social. El Igualatorio Cantabria es todo un ejemplo de patrocinador para que muchos jóvenes puedan ver cumplidas algún día sus expectativas deportivas y competitivas. Cuando se alzan trofeos y se imponen medallas resultan momentos mágicos, pero detrás hay todo un trabajo de apoyo y colaboración con clubs, deportes y deportistas concretos como el atleta etiope Workneh Fikere, afincado en Torrelavega y patrocinado por el Igualatorio.

Desgraciadamente, la crisis del bienestar se fijó también para mal en lo que es la ayuda al deporte. Mucho han cambiado en positivo las cuestiones relacionadas con los deportes en este país, pero las empresas pueden hacer aún mucho más de lo que hacen en todo lo relativo a su apoyo, financiación, colaboración y campañas concretas de sensibilización para practicarlo como normal habitual de conducta. No es el caso del Igualatorio Cantabria que siempre ha apoyado decididamente el deporte, hasta llegar a darle un valor esencial dentro de su estructura de negocio como aseguradora, Clínica Mompía o la Escuela Técnico Profesional en Ciencias de la Salud que es.

Puede que las empresas estén ya habituadas a que se les pida esfuerzos sociales, incluso desde las instituciones públicas, pero pudiera ocurrir que se vea como algo normal y no valorable, y para nada es así. Que dentro de una crisis tremenda, haya un Igualatorio Cantabria que patrocina al Club Estela Igualatorio de Baloncesto, tiene un mérito extraordinario. No digamos ayudar ahora a este atleta etiope que, en su país de origen, va a entrenar diariamente para perfeccionar su técnica y ponerla en práctica en el próximo Maratón de Ámsterdam.

 

Miguel del Río