Fe y Obras

 

Tres días para meditar cómo somos

 

 

 

18.04.2019 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

 

Se le suele llamar “Triduo Pascual”. Y, ciertamente, el nombre lo tiene bien merecido porque, en efecto, se refiere a tres días y los mismos están insertos en la Pascua. Es más, con el final, casi, de la misma entendido el mismo como el de la Semana llamada Santa.

A nosotros, los fieles católicos, esto nos suena mucho. Es decir, sabemos que así se celebra desde hace muchos siglos. Es más, hubo un primer Triduo Pascual que se llevó a cabo sin saberlo los que estaban metidos en el mismo. Y queremos decir con esto que hubo un primer Jueves Santo, un primer Viernes Santo y un primer Sábado Santo.

Sí, los más avispados ya habrán entendido que nos referimos a aquellos días en los que el Hijo de Dios cenó con sus amigos, se entregó por sus amigos y descendió a los infiernos a por sus amigos mientras nadie, salvo la Virgen María, seguramente, esperaba más que el fin y la persecución...

Aquí, sin embargo, no nos vamos a referir a esto. Queremos hablar, por otra parte, de lo que eso significa para nosotros.

Si preguntamos por el Jueves Santo, algo nos sale al encuentro. Se le llama día del Amor Fraterno, así, con unas pretensiones que son importantes pero que, seguramente, brillan por su ausencia.

¿Es, en verdad, un día en el que sentimos amor por nuestros hermanos los hombres? ¿Un día en el que perdonamos setenta veces siete?

Que cada cual responda, con franqueza, a esto.

Si preguntamos por el Viernes Santo, es bien cierto que sabemos que Cristo murió por nosotros. ¿Tenemos eso en cuenta en nuestra vida? ¿Agradecemos una muerte así y en tales circunstancias? ¿Hacemos lo posible para que, con nuestros pecados, no sea otra y otra y otra vez crucificado?

Que cada cual responda, con franqueza, a esto.

Y si, por fin, nos preguntamos por el Sábado Santo, no es poco cierto, por decirlo así, lo malo ya ha pasado. Bueno, quizá había pasado para el muerto o, lo que es lo mismo, para Jesucristo pero nosotros ¿sabemos esperar algo más que el miedo o la persecución como aquellos que se escondían por miedo a los judíos? ¿Acaso lo damos todo por perdido a la más mínima y no nos acordamos de lo que pasaría el día siguiente, llamado domingo de Resurrección?

Sí, estos tres días que nos muestran hasta dónde es capaz de llegar Quien quiere dar su vida por sus amigos son más que importantes para nosotros. Lo único que debe pasar es que debemos tomárnoslos muy en serio y no como si se tratase un “Triduo más”, por ejemplo...

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net