EL EVANGELIO DEL DOMINGO

por Gervasio Portilla García

15.10.2017


 

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario (A)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (22, 1-14)

 

En aquel tiempo, volvió a hablarles Jesús en parábolas, diciendo::

̶ «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles que dijeran a los convidados: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda". Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?". El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes". Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

El Evangelio de este Vigésimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario recoge en parábola dos niveles entrelazados: el nivel histórico y el nivel actualizante.

El primer nivel se refiere a Israel, el pueblo elegido desde antiguo, que rechaza al Mesías y su mensaje, sin embargo, los otros pueblos, los lejanos lo buscan y lo encuentran.

En el nivel actualizante, la parábola es sobre todo una llamada que debe hacerse realidad en cada momento de la historia del ser humano.

El Evangelio, se dirige “aquí y ahora” a cada hombre, a cada ser humano y le dice que la hora es decisiva, porque de esa palabra depende el destino de cada uno.

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.