EL EVANGELIO DEL DOMINGO

por Gervasio Portilla García

19.10.2014


XXIX Domingo del Tiempo Ordinario (A)

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (22, 15-21)

En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron:

- Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no miras lo que la gente sea. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?

Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús:

- Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.

Le presentaron un denario. Él les preguntó:

- ¿De quién son esta cara y esta inscripción?

Le respondieron:

- Del César.

Entonces les replicó:

- Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Palabra del Señor


COMENTARIO:

Vemos en el Evangelio este Vigésimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario, que los judíos tratan de tender una trampa a Jesús, con la pregunta sobre los tributos.

El Señor, sale de la pregunta trampa con su inmensa sabiduría; les descoloca, porque lo que trataban realmente aquellos judíos, era manipular a Dios, para justificar sus componendas con los poderosos de turno.

Frente a lo que es la autoridad política, el cristiano debe de buscar el bien común, los intereses de la nación según su conciencia; teniendo en cuenta que en la escala de valores, lo absoluto para el creyente debe de ser el Reino de Dios.

Por lo tanto, ningún poder político debe de arrogarse derechos que competen sólo a Dios.

Es necesario que esta humanidad, maltrecha y torturada, descubra el auténtico rostro de Dios.

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.