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Servicio diario | - |
18
de mayo de 2006
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Santa Sede
La separación Iglesia-Estado, «un gran progreso de la
humanidad»; asegura el Papa
«La paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa»,
asegura el Papa
Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe: por
qué se intenta desacreditar a la Iglesia
África casi ha triplicado su cifra de católicos en cinco
lustros
Mundo
«El Código da Vinci», un motivo para que los creyentes
manifiesten su fe
Preocupación de los obispos argentinos por los posibles cambios
a la Ley de Educación
Por qué atenta contra la dignidad humana la ley española de
Reproducción Asistida
Iglesia en Vietnam: nuevo obispo y encuentro de purpurados
asiáticos
Acabar con el hambre en Latinoamérica apoyando a pequeños
agricultores e indígenas
Entrevista
La vida consagrada femenina y la misión de suscitar esperanza
(I)
Nuevos movimientos
Encuentros para Matrimonios (Diálogos)
Equipos de Nuestra Señora
Escuela de la Cruz
Documentación
Benedicto XVI: La paz exige el compromiso de la colaboración
entre las naciones
Obispos mexicanos dan un perfil al próximo presidente de la
República
Encuentro Mundial de las Familias – Catequesis preparatoria IV
Santa Sede
La separación Iglesia-Estado, «un gran
progreso de la humanidad»; asegura el Papa
Una «sana laicidad» permite a sus pastores exponer los principios morales
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI calificó este jueves la separación entre la Iglesia y el Estado
como un «gran progreso de la humanidad».
Al mismo tiempo, aclaró, que cuando la Iglesia expone públicamente los
principios éticos no está violando la laicidad, sino que ofrece su contribución
al bien común, dentro de su propio ámbito de acción.
Así lo explicó en el discurso que dirigió a la asamblea general de la
Conferencia Episcopal Italiana, reunida desde el 15 de mayo.
«La Iglesia es perfectamente consciente de que forma parte de la estructura
fundamental del cristianismo la distinción entre lo que es del César y lo que es
de Dios, entre el Estado y la Iglesia, es decir, la autonomía de las realidades
temporales».
«La Iglesia no sólo reconoce y respeta esta distinción y autonomía, sino que se
congratula, considerándola como un gran progreso de la humanidad y como una
condición fundamental para su misma libertad y para el cumplimiento de su misión
universal de salvación entre todos los pueblos»
«Al mismo tiempo, y precisamente en virtud de la misma misión de salvación, la
Iglesia no puede renunciar al deber de purificar la razón mediante la propuesta
de la propia doctrina social, argumentada a partir de lo que es conforme a la
naturaleza de todo ser humano, y de despertar las fuerzas morales y
espirituales».
El Santo Padre subrayó que, por su parte, «una sana laicidad del Estado conlleva
que las realidades temporales se rijan según sus normas propias, a las que
pertenecen también aquellas instancias éticas que tienen su fundamento en la
esencia misma del ser humano, y que por tanto, conducen en último análisis al
Creador».
«En las circunstancias actuales, cuando se recuerda el valor que tienen para la
vida no sólo privada sino también pública algunos principios éticos
fundamentales, arraigados en el gran patrimonio cristiano de Europa, y en
particular de Italia, no violamos la laicidad del Estado, sino más bien,
contribuimos a garantizar y promover la dignidad de la persona y el bien común
de la sociedad».
El Papa se despidió de los obispos italianos invitándoles a «ofrecer un claro
testimonio de estos valores a todos nuestros hermanos», pues de este modo, «no
les imponemos inútiles pesos, sino que les ayudamos a avanzar por el camino de
la vida y de la auténtica libertad».
ZS06051808
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«La paz se arraiga en el respeto de la
libertad religiosa», asegura el Papa
Al recibir a los embajadores de Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Al despedirse este jueves de los embajadores de Chad, la India, Cabo Verde,
Moldavia y Australia, Benedicto XVI expuso algunas de las claves para la paz en
tiempos de globalización, entre las que destacó la libertad religiosa.
«La paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa, que es un aspecto
fundamental y primordial de la libertad de conciencia de las personas y de la
libertad de los pueblos», aclaró el pontífice en el discurso que dirigió en
francés.
«Es importante --añadió-- que, en todo el mundo, toda persona pueda adherir a la
religión que quiera y practicarla sin miedo, pues nadie puede fundamentar su
existencia únicamente en la búsqueda de un bienestar material».
Según el Santo Padre, «aceptar esa dimensión personal y colectiva tendrá sin
duda alguna efectos benéficos sobre la vida social. Amar al Todopoderoso y
acogerle invita a cada quien a ponerse al servicio de sus hermanos y a construir
la paz».
Precisamente la otra clave que subrayó el pontífice a los diplomáticos para la
construcción o consolidación de la paz en un mundo globalizado es la
fraternidad, que implica la solidaridad.
El pontífice alentó por ello «a los responsables de las naciones y a todos los
hombres de buena voluntad a comprometerse cada vez más decididamente en la
construcción de un mundo libre, fraterno y solidario, en el que la atención por
las personas esté por encima de los simples aspectos económicos».
«Tenemos el deber de reconocer que somos responsables los unos de los otros, y
de la marcha del conjunto del mundo --aseguró--. Nadie puede responder, como
Caín, a la pregunta de Dios en el libro del Génesis: "¿Soy yo acaso el guarda de
mi hermano?"».
«En la era de la globalización --subrayó-- es importante que la gestión de la
vida política no esté guiada de manera preponderante o únicamente por
consideraciones económicas, por la búsqueda de la rentabilidad, por una
utilización desconsiderada de los recursos del planeta en detrimento de las
poblaciones, en particular de las más desfavorecidas, corriendo el riesgo de
hipotecar a largo plazo el porvenir del mundo».
ZS06051802
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Secretario de la Congregación para la
Doctrina de la Fe: por qué se intenta desacreditar a la Iglesia
Con publicaciones como «El Código da Vinci» o el «Evangelio de Judas»
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
El hecho de que la Iglesia sea la única que defiende explícitamente cuestiones
fundamentales para el hombre explica que se intente desacreditarla con
calumnias, considera el Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El arzobispo Angelo Amato sdb reflexionó el miércoles ante los micrófonos de
Radio Vaticano sobre recientes publicaciones como «El Código da Vinci» o el
«Evangelio de Judas».
«Es un hecho que hoy se puede hablar mal del Papa impunemente, como se está
haciendo en Alemania con unos dibujos animados. Se puede también falsificar al
gusto de cada uno la historia del cristianismo sin un mínimo --no digo ya
respeto religioso-- de ética histórica elemental», advirtió.
En este sentido, el contenido de las citadas publicaciones, «carente de
fundamento real», «parece una calumnia respecto a la Iglesia –apuntó--,
orientada a desacreditarla».
Una intención que, para el prelado italiano se explica porque «la Iglesia es hoy
la única que protege claramente, explícitamente, la vida humana desde su inicio
hasta su muerte, la única que protege a la familia, la única que dice una
palabra clara en temas de ética sexual y de bioética, la única que propone los
valores de los Diez Mandamientos».
En cuanto a «El Código da Vinci» --cuya película está apunto de estrenarse
mundialmente--, denunció: «Todo el libro es una malvada distorsión de la
verdad».
«Por ejemplo, negar la divinidad de Jesús y afirmar que la inventó el Concilio
de Nicea del año 325 d.C. significa falsificar la historia», alertó.
Y es que --recordó monseñor Amato-- ya «inmediatamente después de la muerte y la
resurrección de Cristo, en torno a los años 40 d.C., la Iglesia cantaba en el
famoso himno contenido en Carta de San Pablo a los Filipenses»: «Cristo, siendo
de condición divina, no consideró como presa codiciable el ser igual a Dios» (Flp
2,6. Ndr).
Para defender las verdades de fe, la Iglesia «prosigue su obra de defensa de la
doctrina mediante el Magisterio del Papa y de los obispos», y a través de la
Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe «sigue protegiendo al pueblo
cristiano también mediante la corrección de hipótesis teológicas equivocadas»,
recalcó el secretario del dicasterio.
Pero, en su opinión, «las Iglesias y las comunidades cristianas deberían hablar
más fuerte, gritar la verdad desde los tejados, como dice el Evangelio, para
frenar la mentira, que lamentablemente emplea todas las armas de la persuasión
mediática para lograr este consenso de masa».
ZS06051803
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África casi ha triplicado su cifra de
católicos en cinco lustros
Revela el Anuario Estadístico de la Iglesia (del año 2004) en el mundo
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
El continente africano es el de mayor dinamismo en el aumento de su cifra de
católicos, que casi se han triplicado de 1978 a 2004.
Así se desprende de los datos del Anuario Estadístico de la Iglesia del año 2004
(«Annuarium Statisticum Ecclesiae»), preparado por la Oficina Central de
Estadística de la Iglesia católica y editado por la
«Libreria Editrice Vaticana».
Dando noticia del lanzamiento del volumen, la oficina de prensa de la Santa Sede
ofreció las tablas estadísticas de la variación de la cifra de fieles bautizados
en el mundo en el citado período, que abarca prácticamente todo el pontificado
de Juan Pablo II.
Brindó además un análisis de los cambios estructurales en la actividad pastoral
de la Iglesia en esos poco más de cinco lustros, en el que se registró un
«rápido crecimiento» de los católicos, que de casi 757 millones pasaron a 1.098
millones en el mundo.
Pero el dato --explica la Santa Sede-- es «menos entusiasmante» «leído a la luz
de la evolución de la población mundial en el mismo período», que pasó «de 4,2 a
6,4 mil millones».
De ahí que «la incidencia de los católicos a nivel planetario» presente una
«leve disminución»: del 17,99% al 17,19%.
Estos valores, según la reflexión vaticana, «expresan la síntesis de situaciones
muy diferentes entre los distintos continentes».
En el caso de Europa «se registra un evidente detenimiento que hay que atribuir
sustancialmente a la bien conocida situación demográfica del viejo continente»,
entre cuya población, «actualmente en fase de estabilización», se prevé «un
claro decrecimiento en las próximas décadas».
En 2004 los bautizados en Europa eran casi 280 millones –aproximadamente 12
millones más que en 1978--, una cifra ligeramente inferior a la registrada en
1988. En términos relativos, de 1978 a 2004 la cifra de católicos experimentó
pocas variaciones: de 40,5 a 39,5 por cada cien habitantes.
En cambio África muestra una realidad «decididamente más dinámica», pues en esos
26 años los católicos pasaron de unos 55 millones a 149 millones. La cifra de
católicos, por cada cien habitantes, creció de 12,4 a casi 17.
Por su parte, América y Asia presentan situaciones «intermedias» entre los dos
casos anteriores, considerando la evolución de 1978 a 2004. En términos
relativos, los fieles americanos representan establemente el 62% de la
población, mientras que en Asia la incidencia de los católicos ha pasado del
2,5% a casi el 3%. Oceanía muestra estabilidad --en torno al 26% de la
población--.
Dejando aparte las dinámicas demográficas, la Santa Sede concluye confirmando el
importante crecimiento en África (cuyos fieles han pasado del 7% al 13,5%
respecto a la cifra total de católicos en el mundo) y el descenso, en cambio, en
la proporción europea --del 35% al 25,4% de fieles respecto a los del mundo--.
América es el continente donde se registran prácticamente la mitad de los fieles
católicos del planeta; en Asia están el 10,3% y en Oceanía el 0,8%.
La publicación del Anuario Estadístico de la Iglesia ofrece un marco de los
principales aspectos que caracterizan la actividad pastoral en los distintos
países de los cinco continentes. Las tablas estadísticas que incluye se
acompañan de explicaciones en latín, inglés y francés.
ZS06051801
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Mundo
«El Código da Vinci», un motivo para
que los creyentes manifiesten su fe
Encuentro sobre la relación entre ficción y realidad en el «Angelicum» de Roma
ROMA, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).- En
el día en el que en Cannes se presentaba la película «El Código da Vinci», en
una universidad pontificia de Roma se celebraba un debate en el que fue definida
como un «signo de los tiempos» que interpela a todos los creyentes para que «den
signos» de su fe.
Esta es la conclusión a la que llegó el padre Bruno Esposito, o.p, vicerrector
de la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino, más conocida como «Angelicum»,
en el encuentro: «El Código da Vinci: reflexiones sobre la relación
ficción-realidad».
En el debate celebrado en esa universidad, el padre Bruno Esposito, que es
también profesor de la Facultad de Derecho Canónico del «Angelicum», afirmó que
«el hombre no está contra Dios sino contra una idea equivocada de Dios», por eso
sugirió afrontar fenómenos como «El Código da Vinci», «no con espíritu de
defensa o enfrentamiento sino como examen de conciencia de los creyentes que
deben empeñarse en una nueva evangelización».
El profesor Benedetto Ippolito, profesor de Historia de la Filosofía Medieval de
la Universidad «Roma Tres», explicó el éxito del libro de Dan Brown en el
contexto cultural actual, dominado por «complots y misterios»: es «un escenario
en ausencia de Dios, en el que Dios no es necesariamente negado sino vivido en
otra dimensión».
Ippolito explicó que hoy se tiende a «considerar la verdad cristiana como una
hipótesis o incluso una invención». Pero esta visión implica pagar un precio muy
elevado: «la pérdida del sentido de la verdad implica la pérdida del sentido de
la libertad».
Profesor también de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, Ippolito acabó
recordando que «la verdad cristiana, la Revelación, es una iniciativa de Dios,
no una elaboración de un autor».
Al tomar la palabra Joan-Andreu Rocha Scarpetta, profesor del Ateneo Pontificio
«Regina Apostolorum», afirmó que «la obra de Dan Brown es un termómetro cultural
que lleva a reflexionar sobre la religiosidad contemporánea».
En particular, reconoció, puede crear confusión en aquellas personas que no
tienen «los instrumentos de discernimiento necesario para comprender lo que está
detrás».
El profesor Rocha Scarpetta, que es director del master en «Iglesia, Ecumenismo
y Religiones» ese Ateneo afirmó que los libros de la corriente «New Age» tienen
éxito porque insisten en el «creer sin pertenecer» y «presentan la realidad como
falsa, y la verdad como esotérica y crítica hacia las instituciones».
El profesor catalán subrayó la necesidad de «recuperar la narrativa cristiana»,
explicando que el éxito de una novela como «El Código da Vinci» no se puede
comprender si no es en un contexto en el que se tiende a «mezclar las teorías de
la conspiración y del complot con elementos religiosos y con una buena trama,
que no debe confundirse con una buena literatura».
El biblista Bernardo Estrada, de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz,
explicó que los evangelios gnósticos --de los que se sirve ampliamente Dan Brown
en su novela--, se remontan al siglo II y son fruto de los retoques hechos por
algunas personas que se «inventaron» hechos de la vida de Jesús anteriores a su
predicación pública y que no están en los Evangelios canónicos.
Estrada afirmó que «el gnosticismo fue la amenaza más grande que tuvo el
cristianismo» porque esta corriente fiolosófico-religiosa de la antigüedad --que
profesaba el rechazo de la muerte en cruz y resurrección de Cristo (y por tanto
de los cuerpos)-- se enfrentaba fuertemente a la ortodoxia del cristianismo que
se estaba formando en aquellos primeros siglos.
Explicó el abuso perpetrado por Dan Brown sobre la relación entre Jesús y María
Magdalena, aclarando que «obviamente existió pero que fue una relación de
sintonía espiritual, más todavía, Jesús hizo un regalo excepcional a la
Magdalena, la única que recibió el encargo de anunciar a Jesús resucitado, aún
antes que Pedro».
El padre Bruno Esposito concluyó lanzando un llamamiento a los creyentes para
que se esfuercen por «dar signos» «contra el relativismo y los vacíos que
demuestra la humanidad». «El desafío está dirigido a nosotros mismos, no a quien
vende estos libros o películas».
ZS06051805
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Preocupación de los obispos argentinos
por los posibles cambios a la Ley de Educación
BUENOS AIRES, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org-Aica).-
Los integrantes de la Comisión Episcopal de Educación, que preside monseñor
Guillermo Garlatti, arzobispo de Bahía Blanca, visitaron este martes al ministro
de Educación, Daniel Filmus, para transmitirle la preocupación de la Iglesia por
los posibles cambios a la Ley Federal de Educación, al que estiman todavía un
instrumento válido.
El funcionario nacional llevó tranquilidad a los obispos, según informa la
agencia católica argentina Aica, y se comprometió a que la Iglesia no sea
excluida del futuro debate de la norma y a que el articulado mantenga los
contenidos «axiológicos» referidos a los valores del encuadre legal vigente.
Por su parte, desde el Ministerio anticiparon que el presidente Néstor Kirchner
presentará la semana próximo, muy probablemente antes del 25 de mayo, los
primeros lineamientos de la nueva ley educativa.
Filmus recibió a los obispos en su despacho, donde intercambió opiniones sobre
los cambios en materia educativa durante una hora.
También participó de la reunión el presidente del Consejo Superior de Educación
Católica (CONSUDEC), el sacerdote jesuita Hugo Salaberry.
La Asamblea Plenaria del Episcopado había expresado el sábado preocupación por
la reforma educativa, que la Iglesia considera «todavía un instrumento válido»,
pero sin objetar los posibles cambios pedagógicos que la normativa requiere.
Los obispos dejaron trascender entonces el deseo de que la futura ley mantenga
el «espíritu» de la vigente, surgida del Congreso Pedagógico Nacional. Es decir,
que respete la libertad de enseñanza, el papel subsidiario del Estado, el
derecho de los padres a elegir la formación de sus hijos y la apertura de los
contenidos a los valores trascendentes.
ZS06051816
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Por qué atenta contra la dignidad
humana la ley española de Reproducción Asistida
Mónica López Barahona desenmascara el lenguaje
MADRID, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org-Veritas).-
La doctora Mónica López Barahona, del Departamento de Bioética de la Universidad
Francisco de Vitoria, vocal del Comité Asesor de Ética en la Investigación
Científica y Técnica y miembro del Comité Director de Bioética del Consejo de
Europa, constata en declaraciones a
Veritas que la nueva ley de Reproducción Humana Asistida «manipula el
lenguaje» sobre la utilización de los embriones.
López Barahona critica cinco aspectos de la ley que atentan contra la dignidad
del embrión humano: la utilización del término «preembrión», la aprobación del
diagnóstico preimplantacional, la posibilidad de generar «bebés medicamento», la
producción de embriones sobrantes y el anonimato del donante de los gametos, que
impediría al niño, de nacer, conocer a sus progenitores.
Respecto a la primera cuestión, la doctora hizo notar que la nueva ley «define
(punto II de la exposición de motivos y punto 2 del artículo 1) y emplea en toda
su redacción el término "preembrión". El término "preembrión" es absolutamente
incorrecto desde el punto de vista científico. La embrióloga Anne McLaren, que
fue quien lo acuñó, manifestó posteriormente, las razones de presión ajenas a la
comunidad científica, por las que este término se introdujo en el informe del
Comité Warnock».
«Existen embriones y gametos, pero no “preembriones”. La utilización de este
término, además de faltar al rigor científico, establece dos categorías de
embriones: los de menos de 14 días de vida y los de más de 14 días de vida,
siendo los primeros susceptibles de ser congelados o empleados para investigar
con su consecuente muerte en el proceso. No hay una diferencia sustancial entre
un embrión de 14 días de vida o de 15. El término es arbitrario, subjetivo y
manipulador del lenguaje. La definición de "preembrión" ya fue dada por Anne
McLaren y ella misma se retractó. No es aceptable que legislaciones del siglo
XXI la continúen incorporando a sus articulados», afirmó.
Respecto a la aprobación del «diagnóstico preimplantacional», hizo notar que
esta práctica «implica establecer selección embrionaria en función de los genes
del embrión y eliminar aquéllos que sean portadores de una patología».
«En el punto I de la exposición de motivos la ley dice textualmente: "el
diagnóstico genético preimplantacional abre nuevas vías en la prevención de
enfermedades genéticas....” Esta afirmación es no es cierta, el diagnóstico no
previene la enfermedad, sino que la constata y como “terapia” en el caso del
diagnóstico genético preimplantacional se elimina al individuo que la padece.
Asistimos de nuevo a una manipulación del lenguaje».
Frente a la ley de 2003, que limitaba la fecundación de los oocitos generados
por ciclo a tres (es decir la generación de embriones por ciclo a tres) para
evitar continuar generando embriones que no se transfieren y se congelan, la
nueva ley «no limita la producción de embriones y por tanto continúa alimentando
la posibilidad de que aquellos embriones que no se transfieran a la mujer
permanezcan congelados. La criopreservación de embriones atenta contra la
dignidad del ser humano, pues se condena a los embriones a permanecer en un
entorno hostil (un congelador de nitrógeno líquido) con sus constantes vitales
suspendidas por tiempo indefinido».
Por otro lado, prosigue la doctora, la ley «permite la generación de los
denominados “bebés medicamento” (exposición de motivos sección II y artículo
12.1a) Esta práctica supone generar un número de embriones indefinido hasta
conseguir uno inmunológicamente compatible con su hermano enfermo. Aquéllos que
no sean compatibles serán descartados o congelados».
«Esta utilitarista concepción de la vida humana es absolutamente contraria a una
ética personalista. Es importante considerar que los cordones umbilicales
(material biológico que normalmente se descarta) son una fuente de células
troncales inmunológicamente compatible con el recién nacido. Sería deseable que
de modo rutinario se congelaran y tiparan todos los cordones umbilicales y se
pudiera constituir con ellos un banco que haría innecesaria la generación de
“bebés medicamento”. Esta práctica garantizaría que todo individuo poseyera un
banco de células troncales inmunocompatibles (pues provienen de su propio cordón
umbilical) y pudiera emplearlas en caso de padecer una patología que lo
precisara, en vez de generar un hermano de “repuesto”».
Además, la ley «mantiene el anonimato del donante de gametos en la fecundación
heteróloga. Esta cuestión priva, al nacido como consecuencia de la aplicación de
estas técnicas, del derecho de conocer quién es su padre y su madre biológicos.
La ley, por otra parte, no arbitra las medidas eficaces para prevenir posibles
relaciones de cosanguineidad entre nacidos de un mismo donante».
Respecto a la investigación con embriones, afirmó que «la experimentación con
embriones humanos vivos conlleva necesariamente su muerte. Se argumenta la
posibilidad de obtener líneas celulares embrionarias a partir de ellos. En la
web www.clinicaltrials.gov se puede
constatar cómo hoy no existe ningún ensayo clínico con células troncales
embrionarias y sin embargo hay más de 500 en marcha con células troncales
adultas. Por otra parte, las células troncales embrionarias podrían obtenerse de
embriones muertos y no matar a los vivos con este fin».
Además, «si bien la ley establece como una alternativa el que los embriones
sobrantes de procesos de reproducción asistida puedan ser donados a parejas para
su gestación, no articula el proceso de adopción prenatal. Hay que tener en
cuenta que esta alternativa es la única que preserva la vida del embrión»,
concluyó.
ZS06051814
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Iglesia en Vietnam: nuevo obispo y
encuentro de purpurados asiáticos
CIUDAD DEL VATICANO/HO CHI MINH, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI ha nombrado obispo de Da Nang (en Vietnam) al sacerdote Joseph
Chau Ngoc Tri, hasta ahora párroco de Tra Kieu y miembro del Consejo diocesano.
Así lo confirmó un comunicado de la Santa Sede del 13 de mayo, anunciando a la
vez la aceptación del Papa de la renuncia del obispo de esa diócesis vietnamita,
monseñor Paul Nguyên Bình Tinh, P.S.S., por haber alcanzado los 75 años de edad.
La Santa Sede y la República Socialista de Vietnam no tienen relaciones
diplomáticas, pero hace tiempo que siguen un camino de reacercamiento. En los
últimos años se han sucedido visitas de una delegación vaticana al país
asiático.
Experta en el contexto asiático, la agencia del Pontificio Instituto de Misiones
Extranjeras, «AsiaNews», contempla en el reciente nombramiento episcopal un
indicio más de la mejora en las relaciones entre Vietnam y la Santa Sede, que ha
dado como resultados ya otras designaciones y un alivio a las limitaciones
impuestas en otro tiempo a los ingresos en seminarios y a las ordenaciones
sacerdotales.
De ahí que apunte la posibilidad del establecimiento de relaciones diplomáticas
normales como «relativamente cercana».
«Impulsa a Hanoi hacia una actitud de mayor apertura por un lado el deseo del
gobierno de formar parte de la Organización Mundial del Comercio, y por otro la
constatación realizada por el régimen comunista de que la Iglesia católica puede
desarrollar una actividad de asistencia también sanitaria y de enseñanza en las
escuelas, y sobre todo en las guarderías, extremadamente útil», considera la
agencia del PIME.
«Igualmente positiva se juzga la difusión de valores morales realizada por el
catolicismo en un país que padece una difundida corrupción», añade.
Perteneciente al clero de Da Nang, su próximo obispo --de 49 años-- estudió
Filosofía y Teología en el Seminario Mayor diocesano (1975-1982), «pero de
manera no oficial, porque el seminario fue cerrado por las autoridades
gubernamentales», explica la Santa Sede.
Ordenado sacerdote el 21 noviembre 1989, el padre Joseph Chau Ngoc Tri ha sido
párroco de Ha Lam, (1989-1998), miembro del Consejo diocesano (1996-1998) y
estudiante de Teología Pastoral en el Instituto Católico de París (1998-2002).
Desde 2003 es párroco de Tra Kieu, rector del Centro mariano del mismo lugar,
decano del Decanato Hoi An y miembro del Consejo diocesano.
Estará al frente de una diócesis erigida en 1963, sufragánea de la archidiócesis
de Hué. Con una superficie de más de 11 mil kilómetros cuadrados, Da Nang tiene
2,2 millones de habitantes; de ellos más de 59 mil son católicos. La cifra de
sacerdotes diocesanos asciende a 61, las religiosas son 460 y los seminaristas
29; en la circunscripción eclesiástica hay 39 parroquias.
Invitación del cardenal Pham Minh Mân a purpurados asiáticos
En los mismos días de esta designación episcopal, «AsiaNews» se hizo eco de que
para el cardinal Jean-Baptiste Pham Minh Mân --arzobispo de Ho Chi Minh--, así
como el gobierno en Vietnam abre las puertas a la economía de mercado, así la
Iglesia tiene intención de abrir las puertas a otras comunidades católicas
asiáticas, que todas sufren alguna dificultad.
Es el marco en que el purpurado invita para primeros de diciembre a los
cardenales de Japón, Tailandia, la India, Corea y Filipinas.
Según el prelado, el problema principal es la falta de personal y de centros
para el tratamiento del HIV/Sida en Ho Chi Minh, donde los casos de infección
superan los 40 mil.
«Debemos dar prioridad a los más pobres --expresó-- y ser buen ejemplo para los
jóvenes, animándoles a vivir según el modelo del Evangelio». Y afirmó su
intención de movilizarse para sensibilizar a la comunidad católica sobre la
necesidad de comprometerse en el ámbito social.
Más de 80 millones de habitantes tiene la República Socialista de Vietnam; de
ellos, una proporción superior al 80% no practica credo alguno. La cifra de
católicos en el país se calcula por encima de los 6 millones de fieles, entre
quienes la práctica religiosa es muy elevada (80-90%).
ZS06051809
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Acabar con el hambre en Latinoamérica
apoyando a pequeños agricultores e indígenas
Propuesta de la Santa Sede en la cumbre de la FAO para el subcontinente
CARACAS, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
La Santa Sede ha pedido apoyo en particular para los pequeños agricultores y los
indígenas con el objetivo de que Latinoamérica no sólo abandone el hambre, sino
que alcance niveles generalizados de vida dignos.
La propuesta fue presentada por monseñor Renato Volante ante las delegaciones de
33 países que participaron en la Conferencia Regional para América Latina de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO),
celebrada en Caracas entre el 24 y el 28 de abril.
Según un documento presentado en la conferencia y que recoge datos de la FAO de
2004, un 18,6% de la población total de América Latina «se encuentra en
situación de extrema pobreza», esto es, más de 220 millones de personas pobres,
un 42,9% del total de la población de la región.
En América Latina y el Caribe hay 53 millones de personas que no tienen un
acceso suficiente a la alimentación a pesar de que la región produce alimentos
en cantidades suficientes, según cifras de organismos internacionales como la
FAO y el Programa Mundial de Alimentos.
En la conferencia se constató asimismo que son pocos los países de la región que
alcanzarán las Metas del Milenio el 2015, fijadas por Naciones Unidas el 2000,
de reducir a la mitad la pobreza en el mundo.
Monseñor Volante denunció «una contradicción evidente entre las potencialidades
concretas y la voluntad de actuar compromisos precisos para garantizar no sólo
el consumo, sino las condiciones sociales más amplias, la salud y el nivel
nutricional de la población».
Para alcanzar estos objetivos, señaló, «la primera referencia debe ser en primer
lugar a los pequeños agricultores, con frecuencia olvidados por las
instituciones y por las formas de cooperación, o a las comunidades indígenas,
desarraigadas de su hábitat y obligadas a modelos de producción y consumo
lejanos de sus tradiciones».
En definitiva, señaló, estos objetivos de desarrollo deben tener por criterio
central «el respeto de la dignidad de la persona humana».
En el caso del mundo agrícola, aclaró, esto «significa, entre otras cosas, que
la seguridad alimentaria no puede confinarse a las urgencias o al socorro en las
situaciones de absoluto degrado no más sostenibles, también si en estos
contextos la acción inmediata parece como la única meta posible».
El representante vaticano explicó que «la familia rural» tiene una
«irreemplazable función de guardiana y continuadora de conocimientos,
tradiciones, valores morales, sentido de la armonía y valor de la vida,
presupuestos todos de una concreta solidaridad entre las personas y las
generaciones».
Concluyó constatando que desde otras partes del mundo «se mira a América Latina
y al Caribe con particular interés para verificar cómo también sus raíces
humanas, espirituales y religiosas le permiten superar el flagelo del hambre».
Puede leerse la intervención íntegra de monseñor Volante en la seccion de
Documentos de la página web de Zenit (www.zenit.org).
ZS06051804
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Entrevista
La vida consagrada femenina y la misión
de suscitar esperanza (I)
Entrevista a sor Marcella Farina, Hija de María Auxiliadora
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Para hablar sobre la vida religiosa femenina, Zenit ha entrevistado a sor
Marcella Farina, de las Hijas de María Auxiliadora, más conocidas como
salesianas, una de las congregaciones más numerosas del mundo.
Sor Marcella es profesora de Teología Fundamental y de Teología Sistemática en
la Facultad Pontificia de Ciencias de la Educación, también llamada
Auxilium.
Así mismo es miembro de la Academia Pontificia Teológica, de la Asociación
Mariológica Interdisciplinar, y miembro y socia fundadora de la Sociedad
Italiana de Investigación Teológica.
--Las salesianas son una de las congregaciones femeninas más numerosas del
mundo. ¿Cómo se explica esta gran presencia numérica?
--Sor Farina: La vocación es una llamada divina. Nace del amor completamente
gratuito del Señor, de su misericordiosa voluntad de ofrecer la salvación a cada
criatura suya.
Ciertamente, ésta llega a personas concretas, en un específico contexto
sociocultural y sociorreligioso. Este arraigamiento antropológico no es casual
sino que brota de la naturaleza misma de nuestra fe, que se funda en el
acontecimiento salvador realizado en Jesucristo.
La vocación nace del corazón de Dios. Las razones antropológicas e históricas
pueden ser varias, pero no determinantes. Dios, al llamarnos a seguirle, nos
ofrece siempre un anticipo de confianza. El es nuestra esperanza, la esperanza
del mundo, siempre, en cualquier situación, porque es fiel a su promesa de amor.
Esta premisa no debe considerarse fuera de lugar o superflua. La veo necesaria
para evitar tanto los triunfalismos como derrotismos.
--No hablamos de triunfalismos sino de una realidad: ustedes las salesianas
son muchas.
--Sor Farina: Desde finales del siglo XIX, es decir desde su fundación por san
Juan Bosco (el Instituto fue fundado en 1872) hasta hoy, con variaciones
geográficas y cronológicas, el multiplicarse de las Hijas de María Auxiliadora
tiene que ver, desde el punto de vista antropológico, con varios factores.
Señalo algunos.
En primer lugar, la urgencia de la obra educativa dirigida a los sectores de
población juvenil de clase media, media-baja y baja. Esta urgencia se generalizó
con la llegada de la escolarización en masa y con la necesidad de mano de obra
femenina, en contextos socioeconómicos de pre-industrialización e
industrialización. La emigración dentro de Italia que esto produjo explica
también la atención a internados para chicas obreras.
A estos factores se añaden la pobreza y los problemas educativos y asistenciales
provocados por las dos guerras mundiales, en particular la existencia de niñas,
adolescentes y jóvenes huérfanas.
Sin olvidar la emigración de los italianos al extranjero, con la consiguiente
necesidad de ayuda no sólo material sino sobre todo espiritual. Se presenta
enseguida la necesidad y la urgencia de la educación de sus hijas tanto con
escuelas como con oratorios (centros de catequesis y tiempo libre).
Por tanto, la urgencia y la actualidad de la misión educativa, en los diversos
contextos geográficos y en las diversas fases históricas, puede ser una razón
socio-antropológica del aumento numérico, en el sentido de que, por una parte,
existe la solicitud de la presencia de las Hijas de María Auxiliadora para
responder a las necesidades educativas tradicionales y nuevas y, por otra, su
estilo de vida , caracterizado por el espíritu de familia, el amor, la alegría,
puede suscitar en las jóvenes el deseo de dar la vida al Señor en esta misión.
Quiero subrayar que don Bosco, con su singular proximidad al mundo juvenil,
hecha de simpatía, profunda amistad, paternidad espiritual expresada en la
laboriosa atención a sus necesidades, tradujo en espiritualidad educativa la «conversatio
inter pauperes», de san Francisco de Asís.
--¿Quiere decir que el espíritu de san Francisco de Asís, leído en clave
educativa, inspiró a don Bosco?
--Sabemos que san Francisco, con su estilo de vida evangélico, socorrió a los
pobres no sólo con la «elargitio erga pauperes», es decir con dar limosna a los
pobres, sino con la «conversatio inter pauperes», es decir, estando en medio de
ellos, haciéndose uno de ellos, por tanto entendiéndoles desde dentro.
Don Bosco nos dio un estilo de presencia educativa, inspirada en el principio de
la Encarnación, hecho de tal cercanía a las nuevas generaciones como para llegar
a dedicarles toda su existencia, amando lo que ellos amaban para llevarlos a
amar lo que él amaba.
Mirando a la vida de Juan Pablo II, se puede ver a don Bosco. Estaba como él, en
medio de los jóvenes. Es una herencia bellísima pero también exigentísima porque
lleva a la entrega de la propia vida por ellos, por su salvación.
Don Bosco dejó un lema: «Da mihi animas coetera tolle!» [frase de su ordenación
sacerdotal tomada de san Francisco de Sales, así como el nombre de salesianos,
ndt], es decir «Dame almas, quítame todo lo demás». Se consagró totalmente al
bien integral de los jóvenes, justo apuntando al interior, la espiritualidad, la
salvación. Los jóvenes responden con entusiasmo y generosidad a las propuestas
de quienes les aman de verdad.
Estos elementos «pueden» indicar una razón del crecimiento numérico tanto de los
salesianos como nuestro. Digo «pueden», es decir indico una posibilidad porque
el itinerario del descubrimiento vocacional y de la decisión de responder es muy
variado. A veces, depende de factores contingentes, otras incluso de la
casualidad o de la búsqueda intencional, explícita.
A veces, las vocaciones vienen de contextos socioculturales y sociorreligiosos
que podríamos juzgar «inadecuados» y no vienen de ambientes que parecerían más
«favorables».
Por ejemplo, esperaríamos un número más consistente de vocaciones de los
colegios, oratorios, centros juveniles y parroquias donde actuamos y en cambio
no es así.
La vocación, por tanto, surge cada vez más como don de Dios, sobre todo en
contextos antropológicos y culturales en los que la propuesta religiosa
parecería fortuita.
Una precisión: creo que hoy deberíamos ser más valientes en hacer la propuesta
vocacional porque, a menudo, las nuevas generaciones están solas en la búsqueda
y realización del propio proyecto de vida según el plan de Dios.
[La segunda parte de esta entrevista será publicada este viernes]
ZS06051810
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Nuevos movimientos
Encuentros para Matrimonios (Diálogos)
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de los Encuentros para Matrimonios.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: ENCUENTROS PARA MATRIMONIOS
DENOMINACIÓN HABITUAL: Diálogos
FUNDACIÓN: 1978
HISTORIA: Los Diálogos nacieron en Polonia por iniciativa de los esposos Irena y
Jerzy Grzybowscy en colaboración con Stanisław Boguszewski, un polaco residente
en Canadá que les dio a conocer la realidad del Encuentro Matrimonial Mundial y
colaboró en la organización de un encuentro que, de forma experimental, se tuvo
en Laski (Varsovia) en 1977. La primera comunidad del movimiento se constituyó
con el segundo encuentro, organizado en Pewel, cerca de Żywiec, en enero de
1978. Los años siguientes vieron la difusión de la experiencia, adaptada a las
condiciones locales, en distintos países de Europa centro-oriental. En 1996 el
entonces Delegado de la Conferencia Episcopal Polaca para los movimientos
católicos, monseñor Mieczysław Cisło, aprobó los primeros estatutos del
movimiento. El 15 de agosto de 2004 el Consejo Pontificio para los Laicos
decretó el reconocimiento de los Encuentros para Matrimonios como asociación
internacional de fieles de derecho pontificio.
IDENTIDAD: Los Diálogos se proponen reavivar la unidad entre los esposos y su
relación con Dios, por un lado, mostrando que la gracia del sacramento no se
agota en el acto de su celebración sino que acompaña a los cónyuges durante toda
la vida y, por otra, actuando para la constante edificación de la familia como
Iglesia doméstica. La actividad del movimiento asume la forma de los llamados
“retiros de base”, guiados por tres matrimonios y un sacerdote. Durante los
retiros, que duran tres días, los cónyuges son animados a replantearse el
diálogo entre ellos, sobre la base de la enseñanza de la Iglesia que subraya la
dimensión de la familia como comunidad de personas animada por el amor mutuo. La
participación en los retiros, abiertos a matrimonios de todas las edades, con
frecuencia sana situaciones críticas y ayuda a muchos a empezar o a volver al
camino de la fe. Además de matrimonios, el movimiento organiza retiros para
divorciados, para matrimonios en espera de adoptar niños, para novios. Programas
especiales se elaboran para sacerdotes, consagrados y seminaristas. La formación
de los matrimonios líderes, con una específica vocación de actuar en este ámbito
en colaboración con los sacerdotes y expertos en psicología de la comunicación
interpersonal, se funda en el estudio del magisterio de la Iglesia sobre el
matrimonio y la familia.
ESTRUCTURA: El movimiento está estructurado en centros diocesanos, formados por
un mínimo de tres animadores casados y un sacerdote, cada uno de ellos guiado
por un Consejo directivo. El conjunto de los centros diocesanos de un país
constituye el Centro nacional, guiado por un Consejo directivo nacional. Los
matrimonios líderes de todos los países se reúnen cada dos años para un tiempo
de oración, de puesta al día y de intercambio de experiencias. A nivel
internacional, los Diálogos están guiados por un Consejo directivo
internacional, símbolo de la unidad del movimiento, cuyos miembros son elegidos
con ocasión de los encuentros internacionales de los líderes de comunidad, que
se celebra cada dos años. La composición de los Consejos directivos
–constituidos por 6/8 personas entre las cuales el Presidente, el Vicepresidente
y el Tesorero– es idéntica a todos los niveles.
DIFUSIÓN: El movimiento está presente en 7 países de Europa centro-oriental
PÁGINA WEB:
http://www.mateusz.pl/goscie/spotkaniamalzenskie
SEDE CENTRAL: Encounters of Married Couples
c/o Irena i Jerzy Grzybowscy
Ul. Meander 23 m. 22 - 02-791 Warszawa (Polonia)
Tel. [+48]22.6496614
E-mail: spotkmal@qdnet.pl
[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
ZS06051811
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Equipos de Nuestra Señora
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de los Equipos de Nuestra Señora.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: EQUIPOS DE NUESTRA SEÑORA
SIGLA: END
FUNDACIÓN: 1947
HISTORIA: Los END nacieron en París, en Francia, al final de los años treinta
por iniciativa de algunos matrimonios que empezaron a encontrarse una vez al mes
bajo la guía del padre Henri Caffarel, para profundizar en el significado del
sacramento del matrimonio, para confrontarse con lo vivido en la propia
experiencia y para buscar juntos el modo de estar presentes con coherencia en la
sociedad en cuanto familias y esposos cristianos. La creciente adhesión de otros
matrimonios a su experiencia llevó a formalizar el nacimiento del movimiento con
la promulgación, el 8 de diciembre de 1947, de la Carta de los Équipes Notre-Dame.
Los END –nacidos como respuesta a una exigencia madurada por esposos conscientes
de que la vida de pareja es un itinerario vocacional y salvífico que va más allá
de la procreación– quieren valorar su experiencia a la luz de la Palabra de
Dios, mediante la lectura de los signos de los tiempos y una reflexión
permanente sobre las formas de actuar el carisma inspirador en las distintas
circunstancias históricas. El 19 de abril de 1992 el Consejo Pontificio para los
Laicos decretó el reconocimiento de los Equipos de Nuestra Señora como
asociación internacional de fieles de derecho pontificio.
IDENTIDAD: Movimiento de espiritualidad conyugal, los END reúnen matrimonios que
quieren vivir la santidad en el matrimonio y mediante el matrimonio, reunidos
alrededor de Cristo para ayudarse a progresar en el amor de Dios, a edificarse
en Cristo y a poner su amor al servicio del Reino. El proceso de formación de
los miembros se caracteriza por el estudio de la Escritura, por la
profundización en las verdades de la fe, por un “aprendizaje de la oración”.
Este camino, que es verificación de la propia fidelidad al Señor, impone una
visión dinámica de la vida cristiana e introduce en una dimensión de conversión
continua a través de la recíproca ayuda espiritual, el intercambio en grupo, la
participación asidua a la Eucaristía, la oración en familia, la educación
cristiana de los hijos, el espíritu de acogida, el testimonio del amor de
Cristo. El método END se funda en la regla de vida, que marca el camino de
conversión permanente mediante una consecución de objetivos concretos a lograr;
sobre el retiro espiritual anual de dos días que los matrimonios hacen para
pedir ayuda al Espíritu en el discernimiento y en la formulación de los nuevos
proyectos de vida; en el deber de sentarse, una cita que el matrimonio se da
todos los meses para hablarse “ante Dios” y que es una ocasión privilegiada para
ver al otro con los ojos del Padre y para dejarse convertir hacia lo que el
Señor pide a través del otro. Los miembros de los END están activamente
comprometidos en los programas de pastoral familiar de la Iglesia local, campo
de acción en el que colaboran también con otros movimientos eclesiales.
ESTRUCTURA: La estructura de los END se basa en la colegialidad. Responsable
general del movimiento es el Equipo internacional formado por matrimonios de
distintos países y asistido por un Consejero espiritual. Los Equipos miembros
están compuestos por un número de matrimonios que varía de cinco a siete y por
un Consejero espiritual y que mantienen las relaciones entre ellos por un
matrimonio de enlace. Los Equipos de una misma ciudad (o de una determinada área
geográfica) están reunidos en uno o más sectores, y éstos en regiones. Las
regiones de un mismo país o de países cercanos, cuando el número de equipos lo
justifica, constituyen super-regiones. La vida del movimiento depende totalmente
de la aportación voluntaria de tiempo, energías y recursos de los matrimonios
miembro que se preparan para el desarrollo de los END sobre todo en las zonas
geográficas donde las grandes distancias y el bajo rédito serían un serio
obstáculo.
DIFUSIÓN: Los END cuentan con unos 8.600 equipos y están presentes en 48 países
distribuidos del siguiente modo: África (13), Asia (2), Europa (14),
Norteamérica (7), Oceanía (2), Oriente Medio (2), Sudamérica (8).
PUBLICACIONES: Lettre des Équipes Notre-Dame, periódico editado en francés,
inglés, italiano, portugués, español, alemán, y además en árabe.
PÁGINA WEB:
http://www.equipes-notre-dame.com
SEDE CENTRAL: Équipes Notre-Dame
49, rue de la Glacière - 75013 Paris (Francia)
Tel. [+33]1.43319621 - Fax 1.45354712
E-mail: end-international@wanadoo.fr
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ZS06051812
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Escuela de la Cruz
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de la Escuela de la Cruz.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: ESCUELA DE LA CRUZ
FUNDACIÓN: 1965
HISTORIA: La Escuela de la Cruz nació en la parroquia rural de San Isidro
Labrador, en la diócesis de Villahermosa, en México, por iniciativa del padre
Francisco Javier Asencio Dávalos, religioso profeso de la Congregación de los
Misioneros del Espíritu Santo. Difundiéndose en unas mil parroquias y en casi
todas las diócesis del país, en 1987 fue constituida por la autoridad
eclesiástica como asociación nacional de fieles y en el lapso de pocos años
llegó a los Estados Unidos de América. El 22 de mayo de 1994 el Consejo
Pontificio para los Laicos decretó la erección de la Escuela de la Cruz como
asociación internacional de fieles de derecho pontificio.
IDENTIDAD: La Escuela de la Cruz se propone participar en la misión de la
Iglesia dando vida a comunidades de apóstoles que den testimonio de la
espiritualidad de la Cruz en el orden espiritual y en el orden temporal. Los
miembros de la asociación (cruzados) se comprometen a vivir en íntima unión con
el corazón crucificado de Jesucristo Sacerdote- Víctima-Altar, a “ser sacerdotes
con sus sacerdotes” y a sostener concretamente al propio párroco en el
cumplimiento de su ministerio. Les une la conciencia de ser hijos de Dios,
elegidos por Jesús para participar en su misión en la ayuda recíproca y a vivir
el Evangelio y la espiritualidad de la Cruz hasta el heroísmo del amor.
ESTRUCTURA: A la Escuela de la Cruz pueden pertenecer sólo varones, sean laicos
(indígenas, campesinos y obreros que viven en las parroquias más marginadas),
que sacerdotes a quienes se les ha confiado el cuidado pastoral de una
parroquia. La asociación se estructura en pequeños núcleos de 5-9 personas.
DIFUSIÓN: La Escuela de la Cruz cuenta con unos 200.000 miembros laicos y casi
200 párrocos y está presente en 2 países de Norteamérica
SEDE CENTRAL: Escuela de la Cruz
Mirador s/n, Esq. Andador Cocos
Col. El Rosal - 10600 M. Contreras, D.F. (México)
Tel. [+52]56.683943 - Fax 55.953583
ZS06051813
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Documentación
Benedicto XVI: La paz exige el
compromiso de la colaboración entre las naciones
Discurso a los embajadores de Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos el discurso que dirigió Benedicto XVI este jueves al concluir la
ceremonia de presentación de cartas credenciales de los nuevos embajadores de
Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia.
* * *
Excelencias:
Con alegría os doy la bienvenida con motivo de la presentación de las cartas que
os acreditan como embajadores extraordinarios y plenipotenciarios de vuestros
países: Chad, la India, Cabo Verde, Moldavia y Australia. Os doy las gracias
porque me habéis transmitido las corteses palabras de vuestros jefes de Estado,
y os pido que les transmitáis mi saludo y mis mejores deseos para sus personas y
para su elevada misión al servicio de sus países. A través de vosotros quiero
saludar a las autoridades civiles y religiosas de vuestras naciones, así como a
todos vuestros compatriotas, pensando de manera particular en las comunidades
católicas.
Pertenecéis a la gran familia de diplomáticos que, en todo el mundo, se
esfuerzan por tender puentes entre los países con el objetivo de instaurar y
consolidar la paz y relaciones más intensas entre los pueblos, tanto a nivel de
la solidaridad fraterna como de intercambios económicos y culturales a favor del
bienestar de todas las poblaciones del planeta. Esto supone por vuestra parte,
como por parte de las autoridades legítimas de los diferentes países del globo y
de las diferentes instancias internacionales, una firme voluntad, así como
amplitud de miras para no reducir las decisiones que hay que tomar a una
respuesta a las urgencias del momento.
En efecto, no es suficiente optar por la paz o por la colaboración entre las
naciones para lograr estos objetivos. Hace falta además un compromiso concreto,
que exige no buscar únicamente los intereses inmediatos y de una clase
particular de la sociedad, en detrimento del interés general. Más bien, hay que
perseguir ante todo el bien común de las poblaciones y de toda la humanidad. En
la era de la globalización es importante que la gestión de la vida política no
esté guiada de manera preponderante o únicamente por consideraciones económicas,
por la búsqueda de la rentabilidad, por una utilización desconsiderada de los
recursos del planeta en detrimento de las poblaciones, en particular de las más
desfavorecidas, corriendo el riesgo de hipotecar a largo plazo el porvenir del
mundo.
Asimismo, la paz se arraiga en el respeto de la libertad religiosa, que es un
aspecto fundamental y primordial de la libertad de conciencia de las personas y
de la libertad de los pueblos. Es importante que, en todo el mundo, toda persona
pueda adherir a la religión que quiera y practicarla sin miedo, pues nadie puede
fundamentar su existencia únicamente en la búsqueda de un bienestar material.
Aceptar esa dimensión personal y colectiva tendrá sin duda alguna efectos
benéficos sobre la vida social. Amar al Todopoderoso y acogerle invita a cada
quien a ponerse al servicio de sus hermanos y a construir la paz.
Aliento a los responsables de las naciones y a todos los hombres de buena
voluntad a comprometerse cada vez más decididamente en la construcción de un
mundo libre, fraterno y solidario, en el que la atención por las personas esté
por encima de los simples aspectos económicos. Tenemos el deber de reconocer que
somos responsables los unos de los otros, y de la marcha del conjunto del mundo.
Nadie puede responder, como Caín, a la pregunta de Dios en el libro del Génesis:
«¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?».
En el momento en el que comenzáis vuestra misión ante la Santa Sede, permitidme,
señores embajadores, dirigiros mis mejores deseos. Pido al Todopoderoso que os
llene de bendiciones divinas a vosotros, a vuestros seres queridos, a vuestros
colaboradores y a todos los habitantes de vuestros países.
[Traducción del original en francés realizada por Zenit
© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
ZS06051821
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Obispos mexicanos dan un perfil al
próximo presidente de la República
Destacan su amor por la vida, la caridad y el respeto a la libertad religiosa
MÉXICO, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org-El
Observador).- Los obispos de México emitieron este miércoles su tercer y
último comunicado en torno a las elecciones generales que se llevarán a cabo en
este país el 2 de julio.
En el documento, que ha sido comentado con entusiasmo por los medios de
comunicación mexicanos, los obispos invitan a la participación de los electores,
a evaluar en función de sus cualidades morales y su competencia profesional a
los cuatro candidatos y la candidata que contienden por la Presidencia y a
buscar, entre todos, un camino de unidad nacional que perfile una nación más
justa en el futuro.
Cabe resaltar que en los otros dos comunicados, los obispos agrupados en la
Conferencia del Episcopado Mexicano han sido muy enfáticos en invitar a votar a
los ciudadanos mexicanos (el padrón electoral alcanza los 71 millones de
votantes inscritos) y a no dejarse engañar por falsas promesas o envolver en el
clima de violencia que, por desgracia, ha ido aumentando los últimos meses,
conforme se acerca la elección presidencial, la renovación del Senado y del
total de la Cámara de Diputados, así como las gubernaturas de algunos estados y
presidencias municipales.
Por el interés del documento, reproducimos, a continuación, su versión íntegra.
Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y la Paz
Si permanecen fieles a mi palabra, ustedes serán verdaderamente mis discípulos;
así conocerán la verdad y la verdad los hará libres (Juan 8, 31-32).
Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y la Paz
Si permanecen fieles a mi palabra, ustedes serán verdaderamente mis discípulos;
así conocerán la verdad y la verdad los hará libres (Juan 8, 31-32).
Introducción
1. Ante la inminente jornada electoral del próximo mes de julio, los Obispos,
como Pastores de la Iglesia católica en México, caminando con el pueblo y
sensibles a las necesidades de bienestar espiritual y material de nuestra
sociedad, queremos impulsar a los creyentes a que manifiesten su presencia en la
vida pública del país -dentro del saludable pluralismo que constituye el
sustento de una auténtica democracia-, y promover la participación de todos los
ciudadanos en este importante momento de la Nación.
Democracia y Verdad
2. “Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y
sobre la base de una recta concepción de la persona humana”1.
3. La Doctrina Social de la Iglesia, advierte que el relativismo moral es uno de
los mayores riesgos para las democracias actuales, pues induce a considerar
inexistente un criterio objetivo y universal para establecer el fundamento y la
correcta jerarquía de valores. “Si no existe una verdad última, la cual guía y
orienta la acción política, entonces, las ideas y las convicciones humanas
pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin
valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto,
como demuestra la historia”2.
4. “La democracia es fundamentalmente un “ordenamiento”, y como tal, un
instrumento y no un fin. Su carácter “moral” no es automático, sino que depende
de su conformidad con la ley moral a la que, como cualquier otro comportamiento
humano, debe someterse; esto es, depende de la moralidad de los fines que
persigue y de los medios de que se sirve”3.
Hacia la consolidación de la Democracia
5. Durante la reciente visita que hicimos los obispos al Papa el pasado mes de
septiembre, el Santo Padre Benedicto XVI nos decía que las elecciones de este
año “representan una oportunidad y un desafío para consolidar los significativos
avances en la democratización del País”. De todos los ciudadanos depende que
este reto se convierta en un mañana gozoso para nuestra Patria.
6. Nuestro país está en condiciones de consolidar la democracia, fortalecer sus
instituciones y dar un paso adelante en el logro de las reformas estructurales
que tanto se requieren para el auténtico desarrollo de todos los mexicanos. Para
esto es necesaria la realización de las obligaciones ciudadanas: comparar las
propuestas de los candidatos y las plataformas políticas de los partidos para
luego participar conscientemente en las urnas.
7. Las instituciones electorales ciudadanas han entrado en una etapa de madurez
que ha hecho posible el respeto al voto y, por tanto, el respeto a la dignidad
de los votantes que quieren un México mejor para las futuras generaciones. El
Instituto Federal Electoral con sus instancias es el regulador designado, y el
Tribunal Federal Electoral, la instancia de resolución de posibles conflictos.
Su responsabilidad el 2 de julio es básica para la serenidad y trabajo común de
los próximos años. Debemos promover que las instituciones se fortalezcan; todos
somos corresponsables de que actúen siempre con equidad. Es importante que los
ciudadanos exijan a los candidatos el reconocimiento de los resultados
oficiales; quienes no hayan resultado electos, que muestren su madurez y amor
por el país colaborando con lealtad desde una oposición responsable.
8. De los candidatos necesitamos campañas propositivas; de los partidos
políticos, austeridad en los recursos económicos; de los órganos electorales,
imparcialidad; de los medios de comunicación, verdad y equidad; de todos,
respeto y colaboración con quienes salgan electos, asumiendo lo positivo que se
haya propuesto en la campaña, sin que importe su procedencia.
9. Nuestro Pueblo anhela transitar de una democracia formal a una auténtica
democracia participativa, con soberanía suficiente para negociar de tú a tú, con
el resto de las naciones; anhela tener un gobierno que garantice el respeto
irrestricto a los derechos humanos y tenga como prioridad el ejercicio de la
justicia social; un gobierno que se conduzca haciendo valer el estado de derecho
y que imparta justicia superando cualquier intento de corrupción; un gobierno
que someta la delincuencia dentro de los cauces de la legalidad; nuestro Pueblo
anhela un gobierno que se respete a sí mismo y gane la autoridad moral ante el
pueblo por buscar primero y, ante todo, el bien común.
Participación ciudadana
10. Todo proceso electoral y democrático deberá desembocar en un proyecto al
Servicio de la Nación, y no de los intereses de los Partidos y Grupos Políticos.
Hay numerosas iniciativas y propuestas de pactos y acuerdos que circulan hoy
entre los mexicanos. Los Obispos seguiremos insistiendo en que fortalecer la
democracia es reconstruir la confianza ciudadana y el tejido social, es promover
y organizar la sociedad para la participación política de todos los sectores
sociales en los distintos niveles de gobierno. Alentamos, por ello, la
construcción de un Acuerdo Nacional, en que participemos los diversos sectores
del país.
11. La democracia representativa quedaría trunca, si no se continúa en una
democracia participativa. Todos debemos participar, tanto en esta etapa
electoral, como después de la misma. Precisamente para alentar el ejercicio de
nuestra responsabilidad política y social, hemos ideado y estamos ofreciendo el
Taller “Participar y Decidir el Bien Común en la Justicia y la Paz”, que ha sido
muy bien recibido por nuestra feligresía. Invitamos a quienes han cursado estos
talleres a aplicar sus conocimientos en la participación, a tomar parte en
actividades que fomenten una mejor democracia y a comunicar a otros sus
experiencias en el proceso.
12. Todo creyente tiene el deber inmediato e inexcusable de colaborar en favor
de un orden justo en la sociedad, configurar rectamente la vida social y animar
todas y cada una de las actividades políticas que le corresponda viviéndolas
“como caridad social”. Debe hacer presente en nuestra cultura y, por tanto, en
su vida cotidiana los valores universales de la dignidad de la persona humana,
el respeto a los derechos humanos, la búsqueda del bien común, el cuidado del
medio ambiente, la verdad, la justicia, la libertad, el amor, la solidaridad, la
tolerancia y la paz. Sin estos valores que, por cierto, tienen una profunda
raigambre cristiana, nuestra sobrevivencia y convivencia estarán en peligro.
13. Los Obispos recordamos a los fieles laicos que “de ningún modo pueden
abdicar de la participación en la ‘política’; es decir, en la multiforme y
variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural,
destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común. Su compromiso
político es una expresión cualificada y exigente del empeño cristiano al
servicio de los demás”4.
14. Apelamos a la conciencia de los jóvenes que ejercerán su voto, muchos de
ellos por primera vez, y los impulsamos a que formen parte de agrupaciones
políticas, educativas, sociales y humanitarias para que con la generosidad, la
solidaridad y el compromiso que les caracteriza, inyecten a estas instancias una
actitud de servicio a todos, especialmente a los más necesitados.
Propuestas a los Candidatos
15. En primer lugar, esperamos que los candidatos y la candidata, no se
descalifiquen sin fundamento, ni se burlen unos de otros. Que sepan dignificar
responsablemente la contienda electoral. Es un imperativo ético cuyo
incumplimiento debilita a la sociedad en su conjunto.
16. Además de presentarse con voluntad de servir y no de beneficiarse del poder;
deberán mostrar coherencia básica entre su conducta y los principios morales
necesarios para desempeñar su misión. Confiamos que, de forma transparente e
integral, los candidatos presentarán al electorado su proyecto de gobierno,
basado en una valoración ética sobre el estilo de desarrollo y estableciendo los
problemas que nuestra sociedad debe solucionar y los métodos para enfrentarlos.
17. Recordando la Doctrina Social de la Iglesia y las declaraciones acerca de
los derechos humanos, solicitamos claridad en sus plataformas de pensamiento y
que sean tomados en cuenta algunos elementos para que, conjuntamente con los
ciudadanos y las instituciones, promuevan el progreso del país en:
a) El fortalecimiento y las condiciones de vida digna para las familias y de
educación para los hijos.
b) La promoción integral del empleo para terminar con la emigración de nuestros
connacionales, quienes emprenden un camino, a menudo sin retorno, a los mercados
laborales de Estados Unidos, buscando allá, entre mil dificultades, lo que en su
Patria no pudieron encontrar.
c) La promoción de la mujer para que encuentre plenos espacios de participación
en condiciones de igualdad con el varón, y para que se supere toda forma de
violencia hacia ella. Favorecer una legislación para la mujer trabajadora, que
le permita cumplir la misión, querida por Dios, como portadora de la vida
humana.
d) La integración de los indígenas, obreros y campesinos al desarrollo humano y
social del resto del país como miembros de pleno derecho; pues la deuda
histórica con ellos, en cuestión de justicia y equidad, es enorme.
e) Que piensen en gobiernos incluyentes; que sean capaces de dialogar sobre los
puntos de coincidencia para llevar a cabo la Reforma del Estado y apoyar
políticas públicas que beneficien a los más desprotegidos.
f) Que se impulse una economía al servicio de la sociedad y el desarrollo
humano, no una sociedad al servicio del mercado o de grandes intereses
particulares
g) Finalmente, que “el Estado no regule y domine todo, sino que, generosamente,
reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiaridad, las iniciativas
que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la espontaneidad con la
cercanía a los hombres necesitados de auxilio”5.
Voto consciente
18. Hacemos un llamado a los fieles laicos y a toda la ciudadanía para tomar
conciencia de la importancia de votar con sensatez, de participar en la vida
pública y de acompañar, con responsabilidad y vigilancia, a quienes elegiremos
para gobernarnos.
19. Se vota para elegir una autoridad cuya acción “esté siempre al servicio de
la promoción integral de la persona y del bien común”6 . Por ello debemos
clarificar en el momento de decidir a quién o a quiénes otorgamos el voto,
buscando el bien común y las condiciones básicas de justicia y libertad que
demanda el pueblo de México.
20. La conciencia cristiana bien formada ejerce el voto de modo que la
realización de un programa político o la aprobación de una ley particular sean
coherentes con la fe y la moral y no dañen el bien de las personas y las
instituciones. Frente a ambos aspectos, es necesaria una formación del criterio
y una reflexión profunda, ya que ni en las elecciones ni en ningún otro aspecto
de la vida pública, podemos prescindir de las exigencias éticas fundamentales e
irrenunciables de la fe, pues “los creyentes deben saber que está en juego la
esencia del orden moral, que concierne al bien integral de la persona”7.
21. De esto surge también el perfil idóneo de quienes ocuparán la presidencia
del país y las diferentes responsabilidades en los cuerpos legislativos. El
análisis del currículum personal de los candidatos es a menudo un instrumento
importante para llevar a cabo este discernimiento.
a) Coherencia. ¿Cómo ha sido la vida del candidato (a)? ¿Qué relaciones
hay entre sus dichos y sus hechos? ¿Está preparado para gobernar una nación con
103 millones de habitantes? ¿Conoce nuestra historia, nuestra identidad?
b) Capacidad de diálogo. ¿Está el candidato (a) abierto (a) al diálogo?
¿Sabe escuchar o impone sus condiciones? ¿Es transparente? ¿Rinde cuentas del
dinero público que financia su campaña? ¿Toma a la sociedad mexicana como una
aliada o como un escalón para sus intereses de grupo?
c) Conocimiento social y económico. La postración en la que se encuentran
millones de familias mexicanas, particularmente los indígenas y los trabajadores
del campo, hace necesaria una renovación de la vida integral de nuestra
sociedad, una mejor distribución de la riqueza y un aliento decisivo a la
creación de empleos dignos. ¿Está el candidato (a) capacitado (a) para ello?
¿Tiene la sensibilidad de entender la situación de los pobres y, al mismo
tiempo, la técnica suficiente para hacer un servicio eficaz en su promoción y en
su desarrollo humano integral?
d) Experiencia política. ¿Los programas de los partidos, y sobre todo,
sus experiencias de gobierno reflejan el cumplimiento de normas de justicia,
honradez, eficacia, fomento de la solidaridad, promoción de la participación?
e) Amor y defensa de la vida humana. ¿Está el candidato (a) comprometido
(a) en defender los valores de la vida desde su inicio hasta su término natural;
la familia, fundada en la unión estable de un hombre y una mujer; la libertad de
empresa; la propiedad privada y comunal; la promoción de la justicia y la paz;
el orden público; la colaboración entre los diferentes grupos sociales y el
reconocimiento de las iniciativas de la sociedad civil?
f) Reconocimiento y colaboración con las Iglesias. ¿Tiene claro que la
libertad religiosa es más que la libertad de culto, y que es un derecho humano
fundamental? ¿Impulsaría una reforma constitucional para alcanzar la libertad
religiosa en nuestro país?
Conclusión
22. Invitamos a la oración por México y sus gobernantes para que la fe y la
confianza en la Providencia divina nos conduzcan a la serenidad, la reflexión y
al voto razonado y crítico.
23. Hagamos del proceso electoral una fiesta, buscando el bien del País y la
Unidad de México. Por ello, exhortamos a toda la ciudadanía a superar los
sentimientos y pasiones partidistas, propios de la contienda electoral, y ubicar
las elecciones como un proceso de competencia y selección donde al final
aceptemos los resultados oficiales, reconozcamos al ganador, y nos dispongamos
todos a colaborar con el nuevo gobierno para beneficio de la sociedad.
24. Por nuestra parte, quien resulte electo en la contienda, contará con nuestro
respeto y nuestra colaboración en todo aquello en lo que éticamente sea posible,
así como con nuestra disposición al diálogo permanente y apartidista.
25. Encomendamos estas elecciones y a todos nuestros gobernantes a nuestra Madre
de Guadalupe, y le pedimos que interceda por nuestro pueblo en la construcción
de una Patria mejor, recordando que este año es el 475 aniversario de haberse
manifestado como Madre de nuestro pueblo.
Por los obispos de México,
+ José Guadalupe Martín Rábago
Obispo de León
Presidente de la CEM
+ Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Secretario General de la CEM
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Encuentro Mundial de las Familias –
Catequesis preparatoria IV
«El Espíritu Santo y la Iglesia»
CIUDAD DEL VATICANO/VALENCIA, jueves, 18 mayo 2006 (ZENIT.org).-
«El Espíritu Santo y la Iglesia» es el tema de la cuarta catequesis del programa
que, para todas las parroquias del mundo, han elaborado el Pontificio Consejo
para la Familia y el arzobispado de Valencia en preparación al V Encuentro
Mundial de las Familias (EMF) --convocado por el Papa en la ciudad española del
1 al 9 de julio--.
En nueve capítulos las catequesis tratan los grandes temas del Catecismo de la
Iglesia Católica en una reflexión sobre la esencia de la familia cristiana, los
valores del matrimonio y la transmisión de la fe.
Sumándose a esta preparación, Zenit está difundiendo semanalmente el texto
íntegro de dichas catequesis (v. servicios informativos del
24 de abril,
4 y
11 de mayo).
La Introducción («El amor humano no puede existir si quiere sustraerse a la
Cruz») propuesta a este programa catequético es el
discurso del Papa Benedicto XVI en la apertura del Congreso eclesial de la
diócesis de Roma sobre familia y comunidad cristiana (Zenit,
7 y
8 de junio
de 2005).
La web plurilingüe www.wmf2006.org ofrece
amplia información sobre el EMF.
* * *
Catequesis cuarta
EL ESPÍRITU SANTO Y LA IGLESIA
1. Canto Inicial.
2. Oración del Padrenuestro.
3. Lectura bíblica: Hechos 2, 1-12
4. Lectura de la Enseñanza de la Iglesia:
1. Una vez realizada la obra de la redención, el Padre envió al Espíritu Santo
el día de Pentecostés para santificar a los creyentes y darles acceso al Él por
medio de Cristo en un mismo Espíritu. El Espíritu Santo habita en la Iglesia y
en el corazón de los fieles como en un templo, y en ellos obra y da testimonio
de su adopción como hijos del Padre.
2. Guía a la Iglesia a la verdad plena, la gobierna con diversos dones y la
embellece con sus frutos; con la fuerza del Evangelio, la rejuvenece y conduce a
la unidad consumada con Cristo, su Esposo. Y así toda la Iglesia aparece como un
Pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
La condición de este Pueblo es la dignidad y libertad de los hijos de Dios;
tiene por ley el nuevo mandato de amar como Cristo nos amó y como fin dilatar el
reino de Dios; está destinado a todos los hombres y aunque, con frecuencia,
parezca una pequeña grey, es un germen segurísimo de unidad, de esperanza y de
salvación para todo el género humano.
3. El Espíritu Santo prepara a los hombres; les previene con su gracia para
atraerlos hacia Cristo; les manifiesta al Señor Resucitado; abre su mente para
entender su muerte y su resurrección; les recuerda la Palabra; da a los lectores
y oyentes, según las disposiciones interiores, la inteligencia espiritual de la
misma; y les hace presente el misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía,
con el fin de reconciliarlos, conducirlos a la comunión con Dios y hacer que den
fruto abundante.
4. Además, el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza, porque no sabemos
pedir como conviene, e intercede por nosotros con gemidos inefables. Su gracia
suscita en nosotros la fe, la conversión del corazón y la adhesión a la voluntad
del Padre.
5. Los padres transmiten a sus hijos la fe en el Espíritu Santo desde los
primero momentos de su existencia cuando viven según el Espíritu. En el momento
en que los hijos son capaces de entender, además de la coherencia de vida, se
requiere una explicación adecuada. Momentos fundamentales de la misma son: la
preparación y celebración de los sacramentos de la Iniciación Cristiana,
especialmente el de la Confirmación; la escucha de la Palabra de Dios y la
reflexión sobre sus exigencias y la participación en la vida sacramental de la
Iglesia. También es un momento especialmente eficaz ayudarles a traducir a la
vida ordinaria las exigencias de su incorporación a Cristo y a que se interesen
en trasmitir a sus amigos y coetáneos la alegría del mensaje de Jesús.
5. Reflexión del que dirige.
6. Diálogo:
- ¿Se puede decir que el Espíritu es conocido por las familias cristianas? ¿En
qué se manifiesta este conocimiento?
- ¿Cuáles son las principales funciones que desempeña el Espíritu Santo en la
Iglesia y en la familia "Iglesia doméstica"?
- ¿Qué papel desempeña el Espíritu Santo en los sacramentos de la Iniciación
Cristiana: Bautismo, Confirmación y Primera Eucaristía y cómo descubrírselo a
los hijos?
7. Compromisos.
8. Oración del Ave María e invocación: Regina familiae. Ora pro nobis.
9. Oración por la familia: Dios todopoderoso y eterno que enviaste tu
Espíritu a los Apóstoles: derrama también sobre nosotros este Espíritu de amor,
para que demos siempre fiel testimonio de aquel amor que has querido que fuera
el distintivo de los discípulos de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos
de los siglos.
10. Canto final.
© Pontificio Consejo para la Familia y Arzobispado de Valencia 2005
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