Cartas al Director

¿Qué pasa en Andalucía?

 

“A la gente la empobrecen para que luego voten por quienes les hundieron en la pobreza”
Papa Francisco

 

 

César Valdeolmillos Alonso | 16.03.2014


Desde que don Plácido Fernández Viagas asumió la presidencia de lo que en un principio se denominó la Junta Preautonómica de Andalucía, el 27 de mayo de 1978, el PSOE ha ejercido el poder en la Comunidad de forma ininterrumpida hasta hoy. Han transcurrido casi 37 años. Más de los que Franco estuvo en el poder.

¿Qué pasa en Andalucía, que en casi 40 años, no se ha producido una sola alternativa de gobierno?

Si aplicamos la lógica, forzosamente hemos de llegar a la conclusión de que el PSOE lo ha hecho extraordinariamente bien, y a su gestión, los andaluces responden dando palmas con las orejas. Según los resultados de las sucesivas convocatorias electorales los andaluces deben de encontrarse muy satisfechos con una tasa de paro que alcanza el 35% que es la mayor, no ya de España, sino de la Unión Europea.

¿Qué pasa en Andalucía, para que tras casi 40 años de gobierno progresista, sin embargo la comunidad ostente uno de los peores índices de desarrollo?

¿Qué pasa en Andalucía, para que estando a la cola del índice de desarrollo, la Junta de la Comunidad, sin tener competencias para ello, del dinero que le entregan los andaluces, sea de las que mayores cantidades destine a financiar sorprendentes y extravagantes proyectos, curiosamente en países gobernados por la izquierda o en los que la misma quiere implantarse; dinero de los andaluces que les debería ser revertido en forma de inversiones o servicios? Cualquier día nos enteramos de lo importante y trascendente que es el estudio de los juanetes de las ranas patizambas de Madagascar.

Es muy probable, que de estos estudios y otros parecidos, que nos cuestan a los andaluces unos cien millones de euros cada año, se alegren muchísimo las ONG cercanas al poder socialista, los sindicatos y similares que se interesan profundamente por estos temas y administran tan cuantiosas sumas.

Me pregunto, y seguramente que habrá muchos andaluces que se pregunten, si es misión de los sindicatos españoles firmar anualmente convenios para realizar actividades de solidaridad internacional. Como si en Andalucía no tuvieran temas muy serios en los que pensar y que les competen muy directamente.

¿Qué pasa en Andalucía para que el incremento del paro entre los jóvenes en los servicios públicos de empleo en 2014 fuera casi de un punto, mientras que en Galicia descendió nada menos que el 21,6%, en Aragón bajase el 13,8%, en Cantabria cayese el 12,7%, siendo en España el descenso medio de el 6,1%?

¿Qué pasa en Andalucía para que desde que comenzó la crisis, la comunidad haya visto crecer su tasa de paro juvenil en más de 20 puntos? Concretamente, del 38,19% registrado a finales del año 2008 al 62% actual.

¿Qué pasa en Andalucía para que el alto desempleo juvenil llene de preocupación incluso al Papa Francisco? «Se descarta a toda una generación», dijo citando de memoria, la cifra del paro de los jóvenes de «Andalucía, el sur de España, de un 60%», declaraciones que hizo a los periodistas, en el vuelo de regreso a Roma de su viaje a Israel.

Imagino que el porcentaje de paro juvenil, afortunadamente solo llega al 60%, gracias a que  "El Gobierno que preside la socialista creyente Susana Díaz comparte la preocupación del Papa por las dramáticas cifras de desempleo juvenil que sufre Andalucía y está volcado en la creación de empleo", como ella misma manifestó a Su Santidad en un escrito como respuesta a su alusión y en el que le invitaba a mantener una conversación sobre el tema. Como dato curioso que pone de manifiesto la relevancia política internacional y las dotes de gran estadista de la Presidenta de la Junta andaluza, por si acaso el Papa no sabía cómo localizarla, le indicaba el teléfono de su secretaria.

¿Qué pasa en Andalucía para que la Comunidad esté a la cola del gasto sanitario por habitante? El gasto sanitario por persona previsto en los presupuestos de la comunidad autónoma para 2015 asciende a sólo 980 euros, frente a los 1.541,72 euros que se invertirán en el País Vasco.

¿Qué pasa en Andalucía para que el sindicato de auxiliares técnicos sanitarios españoles, haya llegado a denunciar el "progresivo desmantelamiento" que sufre la sanidad pública andaluza, y vaticine que este año 2015 será un año caótico en la sanidad andaluza, con un rápido y progresivo deterioro de la asistencia a los usuarios que llega ya a límites insostenibles?

¿Qué pasa en Andalucía para que el abandono escolar se sitúe en el 28,7% por encima de la media nacional y a enorme distancia de la media de la Unión Europea que solo alcanza el 12%?

El consejero de Educación, Luciano Alonso, justificó estos datos recordando que Andalucía partía de una situación peor que el resto de comunidades[i].

Más de una generación perdida para el mercado laboral en el futuro, que constituirán un drama irreparable para los protagonistas, para sus familias y para la sociedad en general que no puede permitirse tan irresponsable derroche de capital humano. Treinta y siete años ininterrumpidos de gobierno que evidencian el resultado de su gestión progresista.

¿Qué pasa en Andalucía con los ERE y su consecuente gasto incontrolado?

¿Qué pasa en Andalucía con el fraude de los cursos de formación por cuya causa hay ya más de cien detenidos?

¿Qué pasa en Andalucía para que además de las macro causas que investiga la Justicia y que afectan a la Junta de la comunidad, recientemente se haya abierto contra la propia Junta, una más, derivada del caso de los  ERE, por avales concedidos a empresas y en la que se han imputado a cuatro ex altos cargos de la administración andaluza?[ii]

¿Qué pasa en Andalucía para que la empresa que causó el mayor desastre ambiental de México[iii] sea la que gestione Aznalcóllar y la Junta, ignorando el largo historial de derrames tóxicos de esta multinacional mejicana, haya regado con constantes subvenciones a la misma?

¿Qué pasa en Andalucía con las rentas vitalicias que supuestamente se concedieron a través del "fondo de reptiles"?

Si en Andalucía se ponen en un plato de la balanza los resultados de las sucesivas convocatorias electorales y los frutos de la gobernanza socialista durante estas casi cuatro décadas, nos encontramos con una situación extremadamente compleja y contradictoria, a la que no podemos encontrar otra explicación que no sea la de que la corrupción y el clientelismo político, se han apoderado de una comunidad autónoma clave para España y en la que, en una buena parte, gracias al abuso de la posición dominante del PSOE, han echado profundas raíces los subsidios, el PER, los sueldos millonarios o la dilapidación constante de fondos públicos en actividades ilícitas o de ética dudosa, como el riego constante de euros en subvenciones y ayudas por parte de una Junta más que arruinada.

Y ahora, mientras aforan a imputados para blindarles frente a la acción de la Justicia y siguen teniendo enchufados a los parientas más cercanos, tienen el descaro de decir que les repugna la corrupción y que van a limpiar la ciénaga putrefacta, que durante más de treinta años, ellos mismos llenaron de infecta podredumbre.

Constituye todo un fenómeno social, que tras dos generaciones, Andalucía no haya hecho el menor intento por desperezarse de la tediosa monotonía política que todo lo convierte en fácilmente previsible y rutinario. Ni siquiera el ensordecedor ruido de sus continuos escándalos, es capaz de sacarla de su ensimismada abulia.

Andalucía pasó de depender de las viejas clases aristocráticas a ser el cortijo de un solo partido, que cuando lo precisa, reparte las migajas entre quienes renegando de su esencia, claudicando de sus ideas y proyectos, se arriman al abrevadero, pagando por ello el alto precio de ser meros comparsas desnaturalizados que  terminan por ser irreconocibles.  

Andalucía, es la permanentemente ignorada, maltratada y caricaturizada, igual que la cautiva humilde, sumisa y obediente, que habituada a la ingratitud y la humillación, se consuela cantando sus penas por alegrías.

Lo más dramático de esta situación, es que ante tamaña desvergüenza, casi media Andalucía sigue sumida en su sempiterno bostezo y el resto permanece atenta a no perder la cuchara que le permita seguir sirviéndose del caldero.

El andaluz ha renunciado a levantar la cabeza, se ha resignado con el hueso que su nuevo señor le arroja en forma de subsidio y sigue con la rodilla doblada y la cabeza agachada, anestesiando sus privaciones para así atenuar también el sufrimiento que le cuesta satisfacerlas.

Y no encuentro mejor manera de lanzar al viento este grito de angustia y dolor por Andalucía, que con las palabras del poeta Antonio Gala, sobre una tierra tan bendecida por la Naturaleza y tan maltratada por sus amos:

“Andalucía es, sí, la bella durmiente. Pero una bella durmiente se muere o se despierta. Son demasiados años los que lleva dormida; demasiados, los que lleva aguardando el beso de amor: justamente lo contrario de lo que ha sucedido”

César Valdeolmillos Alonso