Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas

Nº 1011

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12 de feb. 2023

 

1. RedUNE lanza una recogida de firmas para tipificar como delito la persuasión coercitiva.

2. España: el infierno de Gabriel tras huir de los testigos de Jehová.

3. Juzgan a un hombre en EE.UU. por provocar incendios en locales de los testigos de Jehová.

4. Así llegaron los mormones a México hace casi 150 años.

5. Muere el periodista Jean François Boyer, autor de un libro sobre la Iglesia de Unificación.

6. Colombia: crece la preocupación por los ritos con ayahuasca tras la muerte de una pareja.

7. Infiltrado en una secta de ayahuasca: “utilizan tus creencias para engañarte”.

8. Manipulación, latigazos y quemaduras: habla la víctima de una secta umbanda de Argentina.

9. Argentina: recuerdan a Ramoncito, el niño asesinado en un ritual hace 16 años.

10. España: confirman la prisión para el padre de los niños asesinados “para que pudieran revivir”.

 

 

1. RedUNE lanza una recogida de firmas para tipificar como delito la persuasión coercitiva.

FUENTE: VozPópuli

 

 

“Siempre nos decían que todos éramos libres de dejar la 'terapia' cuando quisiéramos, pero en la práctica eso no era verdad”. Es el relato de una de las víctimas afectadas por un grupo psicoterapéutico que experimentó un “auténtico terror” que aún le acecha en su día a día. Esta mujer es una de los miles de damnificados de las sectas en nuestro país cada año. Ahora se movilizan con un objetivo: introducir en el Código Penal la tipología de “persuasión coercitiva”. Así comienza el artículo que ha escrito Borja Méndez en VozPópuli.

Los afectados por las sectas destacan que los problemas sufridos por el “chantaje emocional” y la “persuasión coercitiva”: “Han destrozado nuestra personalidad”. “Ha hipotecado nuestra relación con nuestros allegados y amistades en un laberinto de dificultosa salida, a no ser con la ayuda profesional de verdaderos psicólogos”. Todo ello unido a las “prácticas chamánicas con sustancias ilegales y derivados alucinógenos”.

Esta mujer es una de las tantas víctimas afectadas por un grupo psicoterapéutico. Realizó talleres y retiros terapéuticos dirigidos por personas sin cualificación profesional ni acreditación por parte de ningún Colegio de Psicólogos. Ha unido sus pasos con los de la Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad (RedUNE), quienes han comenzado una campaña de recogida de firmas en Change.org.

Esta iniciativa va dirigida a todas las formaciones del arco parlamentario del Congreso de los Diputados, según explica a VozPópuli el presidente de la plataforma, Juantxo Domínguez. “Con las miles de firmas que se recojan se las daremos a los partidos para que, antes de las elecciones generales, propongan incluir en su programa que se tipifique el delito de las sectas en el Código Penal”, desvela.

Domínguez resalta que este “caso concreto” de esta víctima es el espejo de “muchas personas afectadas”. “Hay muchísimos más casos también relacionados con la religiosidad. Es una cuestión transversal que puede darse desde también en el ámbito familiar o laboral”. Los damnificados de estos grupos dicen haber sufrido sometimiento psicológico o físico, resultante del ejercicio de presiones graves y reiteradas. Así como por ejemplo de técnicas orientadas a alterar el juicio, para conducir a la víctima a un acto o a una omisión que terminara resultándole perjudicial.

Víctimas sin amparo legal

Según las fuentes consultadas por VozPópuli, estas sectas cuentan con un claro y efectivo 'modus operandi'. Desarrollan actividades orientadas a crear, mantener o explotar el estado de sujeción psicológica o física de las personas que participan en las mismas para beneficio propio o del entramado organizado. También existen centros en los que acuden menores con un progenitor con el consiguiente perjuicio para la salud, educación y desarrollo que pudieran hipotecar su futuro como personas en su mayoría de edad.

Su objetivo es anula o restringir la voluntad de las personas. Anualmente miles de personas denuncian abusos perpetrados por personas o grupos aprovechándose de la confianza y de su autoridad incriticable. La mayoría de casos se archivan o no llegan a juicio. La víctima no encuentra amparo legal. Se destruyen familias enteras y en muchos casos llegan a tener graves problemas psicológicos y e ideas suicidas.

Los procesos de las sectas se denominan lavado de cerebro o reforma del pensamiento, pero en recientes estudios han pasado a calificarse de “manipulación psicológica” o “persuasión coercitiva”. Este consiste fundamentalmente en el control cognitivo, volitivo, ambiental, social, comunicativo y emocional de la persona, y puede ser perpetrada por una persona contra otra o por un grupo contra otra o varias personas.

“Es urgente legislar” contra las sectas

Los especialistas de RedUNE consideran que es urgente legislar con garantías en la protección ante abusos psicológicos especiales en cualquier tipo de relación social y antes de que surja una lesión psicológica grave catalogable como delito. “Antes de sufrirse este tipo de trastornos, la dominación y abuso psicológico de las personas constituye una forma ya de violencia intolerable en una sociedad democrática”, reafirman.

Los delitos de las sectas están contemplados en el artículo 515.2 del Código Penal. “Son punibles las asociaciones ilícitas, teniendo tal consideración: Las que, aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la personalidad para su consecución”. Sin embargo, este delito nunca ha sido aplicado en España en casos de relaciones o grupos coercitivos.

Otros delitos del Código penal, como el de coacciones, se presentan obsoletos en su redacción, lo que tradicionalmente ha llevado a los jueces a no castigar este tipo de abusos psicológicos como una coacción o como un atentado a la integridad moral. Una diferencia con otros países de nuestro entorno es que sí se criminalizan conceptos como la “persuasión coercitiva” y el “abuso de debilidad” en cualquier tipo de relación social.

Una sentencia del Tribunal Supremo

Quien sí ha dado un paso en esta materia es el Tribunal Supremo. En una sentencia del 29 de abril de 2021, los magistrados definieron por primera vez en la historia la “persuasión coercitiva” como “un injusto asociado a la limitación o anulación de la capacidad de la libre voluntad por la producción de un horizonte de expectativas comportamentales limitado o anulado, sin perjuicio de otros resultados injustos posteriores”.

“La eliminación o restricción del horizonte de expectativas sería comparable a la creación de un déficit de socialización mediante una forma de violencia, si bien, sería una violencia diferente a otras por ser más sutil, indirecta, progresiva e imperceptible para la víctima”, definen. Un respaldo judicial que también cuenta con el sustento de estudios en psicología, sociología y derecho. Sólo queda que tengan la voluntad los políticos.

 

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2. España: el infierno de Gabriel tras huir de los testigos de Jehová.

FUENTE: El Mundo

 

 

Gabriel Pedrero ya no habla con Jehová, pero hubo un tiempo en que no dejaba de hacerlo. Tenía 12 años cuando un amigo de sus padres lo invitó a acompañarlo a un Salón del Reino en Carabanchel (Madrid) en el que todos ellos rezaban a su dios. No era cualquier amigo, sino el pastor principal del templo, el que hablaba en las conferencias, dirigía los rezos y pastoreaba el rebaño. El anciano más importante de la congregación. No por edad: en la neolengua de los testigos de Jehová, anciano significa cura. Así comienza el reportaje que ha escrito Quico Alsedo en El Mundo.

Tampoco era un día normal. Sólo estarían ellos dos y, presuntamente, Jehová. Gabriel lo iba a ayudar a organizar, para orgullo de sus padres, un montón de ejemplares de la revista La Atalaya, algo así como las sagradas escrituras de este culto que agrupa a unos ocho millones de personas en el mundo y unas 100.000 en España, según sus rectores.

Lo que no esperaba el chaval era que el hombre, ante el mismísimo altar en que la congregación rezaba a Jehová, se lanzara directamente a adorar sus genitales adolescentes. De los 12 a los 16 años. Primero ante el referido altar, luego en una más prosaica furgoneta. «Él la convertía, echando todos los asientos para adelante, en una especie de cama de matrimonio», recuerda.

Gabriel y el pastor quedaban en el Salón del Reino y desde allí iban en la furgoneta «a aparcarla al campo, donde ahora han construido un PAU». El ritual siempre era «parecido»: la felación, por parte de Gabriel, a veces hasta la náusea –«cada vez era más bruto, yo a veces vomitaba»–. La autoridad de aquel hombre sobre el grupo enmudeciendo al crío. Y Dios, dice Gabriel, seguramente viéndolo todo, pero callado como un muerto.

Gabriel no podía saberlo entonces, pero en esos cuatro años de presuntos abusos –que ha denunciado dos décadas después y cuya instrucción está a punto de terminar, mientras el acusado lo niega todo– comenzaba un tortuoso camino que le ha convertido, sostiene él, en el arquetipo de víctima de los testigos. Luego vendría la muerte de su madre por negarse a recibir sangre y, más allá, su ostracismo social al abandonar el culto. «Me he quedado absolutamente solo, muerto en vida para toda la gente que me conocía... Todo en nombre de Jehová», se lamenta.

“Pensaba que Jehová lo quería”

Porque él, Jehová, ¿qué decía de lo que pasaba en la furgoneta? «Nada. Y no porque yo no le preguntara, porque yo no dejaba de preguntarle si aquello estaba bien, si yo tenía que aceptarlo y entregarme... Entonces yo pensaba que Jehová quería que hiciera eso». Pero, ¿cómo podía querer que él, un chaval preadolescente, sufriera así? Gabriel fue poco a poco acusando ese extraño silencio. En la congregación, además, le «trataban como si fuera tonto»: «No me daban responsabilidades. Y un hombre sin responsabilidades no es nadie ahí, es como una mujer, que tienen a veces que taparse el pelo por respeto al varón, imagínate lo que pintan ahí las mujeres».

Más tarde, cuando Gabriel se plantó ante su supuesto abusador y se pudo desligar de él, enfermó su madre. Entonces, Jehová no fue un dios mudo, sino que despertó y pasó a hablar alto y claro: «Ella tenía cáncer de mama, pero sufrió una perforación intestinal y tuvieron que ingresarla de urgencia en el Hospital Doce de Octubre».

Tanto ella como el padre de Gabriel, de entonces 19 años, comunicaron a los médicos que nada de transfusiones: en la Biblia quedaba muy claro que los testigos ni pueden comer sangre de otros ni mucho menos meterla en su cuerpo. En el hospital se personó un «comité de enlace» de los testigos, que se aseguró de que la mujer, que necesitaba sangre urgentemente, no la recibía. La madre de Gabriel murió y de golpe la negativa a las transfusiones se le apareció al muchacho como una «inducción al suicidio». Y sobre todo como «una forma de control social y mental».

El chaval perdió así su principal apoyo afectivo cuando se hacía adulto y chocaba con otro obstáculo: una homosexualidad que él «sabía que siempre había estado ahí», pero que a Jehová tampoco parecía entusiasmarle. «Los testigos dicen que es pecado, aunque mucha gente vive dentro su homosexualidad sin problema, ocultándola, casándose, etcétera».

Así fue Gabriel distanciándose del dios bajo cuyo culto había nacido –porque testigos eran sus padres– hasta que «un día no quedó nada». Era 2019, él tenía 32 años y no podía imaginar que, al salir del culto, se le iba a hacer casi más de noche que nunca: «Ahí llegó mi muerte social. Los testigos obligan a negarle todo contacto, la palabra e incluso el saludo, a todos los que se desasocian [nuevo palabro] del culto. De golpe toda mi familia y mi círculo de amistades no me hablaban, ni siquiera me miraban... En la misma reunión en que se lo comuniqué, los que allí estaban dejaron de mirarme. Ni siquiera me dijeron adiós».

Pasó a ser un apestado en su propia casa. Durante un año tuvo que alimentarse «en un comedor social», aunque seguía viviendo bajo el mismo techo que su padre y la nueva mujer de este. Que apenas le dirigían la palabra para no enfadar «al de siempre, Jehová». Así, más solo que la una y sin siquiera trabajo –apenas tuvo empleo de los 16 a los 22 años, en la imprenta de otro testigo–, se vio obligado a rehacer su vida.

Gabriel habla muy despacio, pastoso en ocasiones. Toma mucha medicación para su trastorno de personalidad mixto, que al principio fue, cuenta, un trastorno por «falta de vínculos afectivos» desarrollado por los presuntos abusos, y que fue rematado por la muerte de su madre, «que era la que de verdad me quería, me escuchaba y me confortaba». Solo de toda soledad tuvo que reconstruirse. Y prácticamente sin ayuda ha denunciado al hombre que presuntamente lo violó, escoltado por Carlos Bardavío, uno de los mayores expertos jurídicos de España en fenómenos sectarios. Así ha logrado algo extremadamente difícil en hechos ocurridos hace 20 años: que un juez vea suficientes indicios, sobre todo por los daños anímicos que él sufrió, como para instruir una causa judicial que está a punto de acabar.

Pero Gabriel no le dio la espalda únicamente a Jehová –hoy se declara agnóstico–, sino sobre todo a la Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, la corporación que desde Estados Unidos «controla mentalmente», dice, a millones de personas en todo el mundo. Una empresa con sede en Warwick, cerca de Pittsburgh, de la que emanan las órdenes morales que sus feligreses siguen en todo el mundo, en España desde su legalización en 1970.

La mirada popular caracteriza a los testigos de Jehová como esas personas trajeadas y siempre bien peinadas, muy educadas, que predican sus ideas y hacen proselitismo en la calle o puerta a puerta. En realidad, el culto vive una importante contestación interna desde que internet y los móviles pusieran en duda sus dogmas, fundados por el economista Charles Taze Russell en 1881. «Por ejemplo lo del Armagedón», explica Gabriel. «Dicen que el mundo se está acabando siempre, que se va a acabar dentro de equis años, y que sólo quienes estén dentro del culto se van a salvar. Imagínate».

También ha contribuido a socavar su imagen el juicio que llevó a esta confesión a reconocer, en 2015, que había ocultado en Australia cerca de 1.000 casos de abusos sexuales y pederastia en su seno. Mientras tanto, en España, casos como el denunciado por Gabriel Pedrero y otros han sido llevado ante las autoridades, sin éxito por ahora.

Hace cuatro años, un grupo de ex testigos españoles que se reclaman damnificados por las prácticas del culto constituyeron una Asociación de Víctimas que comenzó a ayudar y a unir a prosélitos que decían estar viviendo situaciones de abuso dentro de la confesión. «También me ayudaron a mí», cuenta Gabriel. «Cuando vi el sufrimiento de otros me di cuenta de dónde venía el mío propio».

La central del culto en España, que se asienta en Ajalvir (Madrid), contraatacó con una demanda a este grupo, al que acusa de perjudicar su imagen. El juicio entre ambas posiciones se celebró en Torrejón de Ardoz (Madrid) entre noviembre y diciembre del año pasado. Está pendiente de sentencia, pero la Fiscalía pide la absolución de los querellados, las víctimas. Gracias a que la jueza se zambulló de verdad en los detalles de la cuestión, el pleito fue una enmienda a la totalidad al carácter sectario o no de este culto. La primera tesis, que sí es una secta, fue defendida por una treintena de testimonios como el de Gabriel.

«Después de estar ahí dentro más de 30 años creo que es un culto sectario, porque hacen una burbuja y te impiden relacionarte con el exterior», defiende él. «Te dicen que lo que hay fuera es el mundo de Satanás, los mundanos. Debilitan tus vínculos afectivos en favor del grupo que ellos dirigen y manipulan. El amor de familia, los lazos de sangre, la amistad... Todo se muere ahí dentro. Además, te invitan a rehuir la Justicia ordinaria, a resolver los conflictos o pendencias que tengas dentro de su propio sistema, los comités judiciales, que forman tres ancianos y que juzgan lo que te haya pasado según la ley no de los hombres, sino de Jehová».

Los rectores del culto en España, a preguntas de este diario, sostienen que cada fiel puede acudir a la Justicia ordinaria y relacionarse con el «mundo exterior» como considere adecuado. También niegan la denominada muerte social a que se vería abocado todo siervo que abandone sus creencias. «Aquí no se obliga a nadie a nada», explica Joan Comas, portavoz de la empresa en España.

“Lo hacen todo por dinero”

Pero Gabriel sí dice haber sufrido ese vacío. «Si cuando aún estás dentro buscas otras opiniones, es apostasía, es un pecado», dice. «Con respecto a la sangre, tienen un poder tremendo para inducir a la gente, incluso menores, al peligro de la muerte. Para ellos aceptar la muerte de un ser querido a cambio del amor de un presunto dios es el sacrificio definitivo. No hay libertad ni puedes hacer preguntas, lo que vives dentro es un horror. Te dicen que todo lo va a arreglar Jehová, que es quien inspira al cuerpo gobernante, que en realidad son ocho o nueve personas de EE.UU. y tienen el poder de decidir sobre millones de personas. Y todo, ¿para qué? Dinero, dinero y dinero, por supuesto. Hay un negocio editorial detrás enorme, por las revistas que los fieles están obligados a vender en la calle. Y tienen un montón de edificios por todo el mundo, los salones del reino, y la mano de obra gratuita de millones que trabajan gratis para ellos con la excusa de Jehová».

Cuentan Gabriel y la Asociación de Víctimas que «el buen testigo» tiene que predicar muchas horas a la semana, «más de 20 en ocasiones». Eso hace «que se invite a la gente a no estudiar carreras universitarias, para poder tener trabajos que permitan invertir muchas horas en el trabajo para ellos». Esta industria del proselitismo genera además «una jerarquía muy nociva» entre los fieles: «Siempre te tratan mejor si eres publicador, es decir, si predicas, que si no, y todo eso acaba generando envidias y problemas», dice.

Los testigos de Jehová niegan todo esto taxativamente: los siervos lo hacen todo porque quieren, argumenta la confesión. De hecho, han denunciado a Gabriel por intromisión en su honor, y las vistas tendrán lugar este mes de febrero. La familia y el abogado del supuesto abusador sostienen ante este diario, por su parte, que todo es falso, que Gabriel también fue denunciado dentro de los testigos por supuesto abuso sexual a otro menor, que tiene una animadversión especial hacia el culto y que, hasta su denuncia hace año y medio, jamás comentó a nadie los supuestos abusos.

En su proceso de reconstrucción, Gabriel consiguió finalmente revertir su situación en casa: «Durante los últimos años conseguí que mi padre se acercara a mí y entendiera mi sufrimiento... Fíjate que antes, hace años, llegó a decirme que verme besar a un hombre sería para él como verme defecando, le daba asco. Bueno, pues conseguí recuperarlo, incluso se ofreció a venir a testificar a mi favor en el juicio por los abusos, algo que conllevaba su expulsión de los testigos».

Sin embargo, la vida intervino de nuevo en los lazos afectivos de Gabriel: «Mi padre murió hace dos meses. Al menos me queda que él me comprendió... Pero también me queda el recuerdo del tanatorio. Vinieron más de 120 testigos y sólo seis tuvieron el valor de darme la mano. Los otros le decían a mi hermana, que lloraba a un metro de mí: ‘Saluda a tu hermano, lo sentimos mucho, dale un abrazo’. Y ni me miraban».

 

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3. Juzgan a un hombre en EE.UU. por provocar incendios en locales de los testigos de Jehová.

FUENTE: Washington Hispanic

 

 

Un hombre del estado de Washington que ya se encuentra bajo custodia federal por cargos de posesión de armas ahora ha sido acusado de una serie de incendios provocados en los salones del reino de los testigos de Jehová, anunciaron las autoridades el pasado 14 de diciembre. El fiscal federal de Seattle, Nick Brown, dijo en un comunicado de prensa que los nuevos cargos contra Mikey Diamond Starrett, de 50 años, también conocido como Michael Jason Layes, son parte de los esfuerzos del Departamento de Justicia para atacar los delitos de odio, que han ido en aumento a nivel nacional, según leemos en Washington Hispanic.

Starrett, quien se describe a sí mismo como biólogo de vida silvestre y científico de humedales desde hace mucho tiempo en documentos judiciales y en su currículum en línea, fue arrestado en septiembre de 2021 por cargos de disparar contra un salón de testigos de Jehová en Yelm, cerca de Olympia, en 2018, y porque poseía ilegalmente una escopeta modificada. Los fiscales dijeron que cuando fue arrestado, Starrett también estaba bajo investigación por siete incendios provocados en salones de testigos de Jehová en los condados de Pierce, Mason y Thurston entre 2018 y 2020, incluido un incendio que se inició mientras había personas dentro.

El pasado 13 de diciembre, un gran jurado federal en Seattle emitió una nueva acusación acusándolo de tres de los incendios de 2018: uno en un salón en Tumwater y dos en un salón en Olympia, incluido uno que destruyó el edificio. No hay denuncias de que alguien haya resultado herido en los incendios. Starrett ahora enfrenta tres cargos adicionales de daños a la propiedad religiosa, que es un crimen de odio, y tres cargos de usar fuego para cometer un delito grave federal en relación con los incendios provocados en los salones de los testigos de Jehová en Tumwater y Olympia en 2018.

Su abogado, Lance Hester, no respondió de inmediato a un correo electrónico en busca de comentarios. Pero en una carta a un juez federal de octubre de 2021, Starrett insistió en que no atacó los salones de culto. “El fiscal afirmó que soy un peligro para la sociedad. Esto simplemente no es cierto”, escribió. “Se dijo que estaba bajo investigación por varios ataques contra las iglesias de los Testigos de Jehová (JW). Soy inocente”.

Los fiscales han dicho que los dispositivos colocados con evidencia electrónica que Starrett posee y controla estaban en las escenas de algunos de los incendios provocados o cerca de ellas, que las cuentas registradas a su nombre se usaron para buscar información sobre los salones y la religión, y que un individuo que coincidía con él y un automóvil que coincidía con el suyo fue capturado en un video de vigilancia en algunas de las escenas.

Además, dijeron que varios amigos y familiares le dijeron a la policía que Starrett creía que lo perseguían los espíritus de los familiares testigos de Jehová fallecidos de una ex novia, y que odiaba la religión. Los amigos y familiares también informaron que consumía drogas y alcohol en gran medida y que tenía graves problemas de salud mental. En una carta de seguimiento a la corte, Starrett también negó haber usado drogas o haber sido perseguido por espíritus: “Fumo cigarrillos de la marca American Spirits. ¿Debe haber alguna confusión?”.

“Nuestros investigadores criminales han estado trabajando incansablemente en estos ataques desde que comenzaron en 2018”, dijo en un comunicado de prensa Jonathan T. McPherson, el agente especial de la ATF a cargo en Seattle. “Esperamos que esta acusación ayude a calmar los temores de las personas en las áreas de los condados de Pierce y Thurston al saber que Layes está siendo procesado por sus presuntos delitos”. Starrett podría enfrentar décadas de prisión si es declarado culpable.

 

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4. Así llegaron los mormones a México hace casi 150 años.

FUENTE: El Heraldo de Chihuahua

 

 

Los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (IJSUD) son comúnmente conocidos con el nombre de “mormones”, y su origen se remonta al 6 de abril de 1830 en la región occidental del estado de Nueva York, donde Joseph Smith fundó la Iglesia de Cristo, con el fin de crear una Nueva Jerusalem, a la que llamaría Sión. Lo cuenta César Muñoz, del Archivo Histórico de Casas Grandes (Chihuahua, México), en este artículo publicado el pasado mes de diciembre en El Heraldo de Chihuahua.

En una conferencia especial efectuada en agosto de 1852, los líderes de la IJSUD reconocieron públicamente por primera vez que muchos mormones practicaban lo que ellos llamaban matrimonio plural, el matrimonio de un hombre con más de una mujer, lo que a menudo se designa como poligamia. El anuncio público confirmó los rumores que circulaban.

Los políticos se dispusieron a dar fin a esa práctica. Los mormones alegaban que la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos protegía el matrimonio plural al defender el privilegio del “libre ejercicio” de la religión, pero el repudio a la poligamia se disparó mediante la divulgación de historias de mujeres mormonas esclavizadas y abusadas. En 1856, el Partido Republicano incluyó en su plataforma la abolición de los “dos vestigios de la barbarie”: la esclavitud y la poligamia.

Seis años después, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la ley Morrill para la erradicación de la poligamia: una ley que castigaba la poligamia con una multa y cinco años de prisión. En el año de 1876, bajo el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, una gran fracción de la comunidad mormona emigró de manera oficial a México, en donde tenían y tiene la libertad de ejercer su religión gracias a las leyes de reforma que permitieron la constitución de organizaciones religiosas protestantes.

Para 1912, los mormones se habían establecido con más de cinco mil personas en nueve colonias mexicanas: dos en el estado de Sonora y siete en el estado de Chihuahua, colonias muy desarrolladas para su época, de las cuales en la actualidad sólo siguen en pie dos del estado de Chihuahua: la colonia Juárez en el municipio de Casas Grandes, que cuenta con una histórica institución educativa, la Academia Juárez, anteriormente conocida como Juarez Stake Academy, es la escuela secundaria privada más antigua, propiedad de los miembros de la IJSUD, la cual abrió sus puertas el 20 de septiembre de 1897; la segunda es colonia Dublan, en el municipio vecino de Nuevo Casas Grandes, mientras que las demás fueron abandonadas.

En el periodo revolucionario, Francisco Villa se levantó precisamente en las zonas donde los mormones se habían asentado y, por continuar con la presión de la Revolución, recibieron la orden de evacuar sus comunidades y prosiguieron su exilio en el sur de Estados Unidos. Después de la Revolución Mexicana, los mormones retornaron al país y fue hasta el 29 de junio de 1993 cuando el gobierno mexicano registró formalmente la Iglesia y le permitió poseer propiedad.

Actualmente en México radican aproximadamente 1.600.000 miembros, divididos en unas 2.000 congregaciones, 12 templos, 23 misiones y 260 centros de Family Search, la cual es una organización internacional que ofrece herramientas para ayudarte a descubrir tu genealogía. La homogenización de la cultura mormona en la región de Casas Grandes puede encontrarse en todos los niveles de la sociedad, en los negocios, educación, la agricultura, los partidos políticos y en el gobierno. Esto representa el resultado de casi 150 años de intercambio cultural.

 

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5. Muere el periodista Jean François Boyer, autor de un libro sobre la Iglesia de Unificación.

FUENTE: La Estrella de Panamá

 

 

En fecha reciente falleció Jean François Boyer, a los 76 años, el periodista francés que estuvo varias veces en Panamá, como corresponsal y como invitado de la Feria Internacional del Libro de Panamá en 2012, en ocasión de que Francia era el país invitado. Desde 1993 vivía en México. Así arranca el artículo que le ha dedicado en La Estrella de Panamá la embajadora de Panamá en Turquía, Mariela Sagel.

Había nacido en Argelia, en ese entonces departamento francés. Fue enviado especial y corresponsal del primer canal de televisión de Francia, ORTF (Oficina de Radiodifusión-televisión francesa), del canal TF1 (Medio Oriente, América Latina, África, Asia) entre 1974 y 1988, así como del diario Libération (1993 a 1995) y fundó la edición mexicana de Le Monde Diplomatique. Fue el autor del único perfil de Yasser Arafat, que fue muy elogiado en su época y que contribuyó a catapultarlo como el gran reportero de televisión.

Fue asesor de la dirección de la Agence France Presse para proyectos televisivos y realizador de documentales para diversos canales franceses. Sus dos primeras investigaciones publicadas fueron muy exitosas además de reveladoras: El Imperio Moon y La guerra perdida contra las drogas. Incursionó en la ficción con la novela Lágrimas de volcán en 2015, que presentó en la Feria del Libro de Guadalajara, entre otros escenarios.

Jean François cubrió conflictos en Argentina, Nicaragua, El Salvador, Líbano, Irak, Sahara Occidental, entre otros lugares y por supuesto, Panamá. Fue testigo de excepción cuando las elecciones de 1989 fueron anuladas, porque él filmó el ataque que sufrió Guillermo “Billy” Ford, cuya foto fue tomada por un fotógrafo del Times Magazine que dio la vuelta al mundo con la camisa ensangrentada.

En la VIII Feria del Libro de Panamá en 2012 fue invitado por el Grupo GESE (La Estrella de Panamá y El Siglo) y Medcom para abordar el tema “La investigación periodística como apoyo a la sociedad” en una mesa redonda que compartió con Eduardo Quirós, entonces presidente de GESE, y el director de La Estrella, Gerardo Berroa. Allí sostuvo su enfoque de que la sociedad necesitaba buscar razones lógicas que le revelen las realidades detrás de las apariencias que se viven día a día. Incluso se atrevió a sentenciar que en Panamá “la prensa había cambiado” y expresó su aspiración de que los resultados de ese debate resultasen en un diálogo interesante, lo que logró.

Boyer era considerado y respetado como un intelectual, pensador, crítico del sistema y de esta América Latina que tanto duele. Su ensayo El Imperio Moon fue el primer y único estudio completo sobre la Asociación para la Unificación del Cristianismo, fundada en Corea en 1954 por el reverendo Sun Myung Moon, más conocida internacionalmente como «la secta Moon». Para escribirlo, el autor realizó numerosas encuestas durante más de un año en Francia, en los Estados Unidos, en América Latina y, con la ayuda de colaboradores, en Japón y Corea del Sur. El resultado fue una obra explosiva, llena de revelaciones inéditas, y que develó que la «Iglesia de la Unificación» más que una secta era un imperio al servicio de la causa anticomunista.

Relataba, con todo detalle, las grandes etapas de la constitución de este imperio, de Pyong Yang a París, pasando por Tokio y Múnich, Montevideo y Tegucigalpa, Washington y Nueva York. Describía el fanatismo y dedicación de los 100,000 militantes de esta secta, verdaderos monjes soldados del anticomunismo, así como los trucos y malas artes de los hombres de negocios de la organización en los más diversos países. Sobre todo, aportó por primera vez una información completa sobre la «estrategia de la araña» que desplegaba Moon a nivel mundial para incorporar a su proyecto a las élites de la prensa y del mundo político. Explicaba también cómo los moonistas formaron un poderoso grupo de prensa en los Estados Unidos, cómo participaron en la financiación de la «guerra secreta» en Nicaragua, o cómo penetraron en el cono sur de Latinoamérica.

Jean François Boyer fue también un gran amigo, y en Panamá tuvo muchos, que mantuvo en sus esporádicas visitas y a través de correos y chats. Su ausencia la sentiremos muchísimo. Sólo mueren a los que se olvidan y a él no lo olvidaremos.

 

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6. Colombia: crece la preocupación por los ritos con ayahuasca tras la muerte de una pareja.

FUENTE: Caracol

 

 

Durante el año 2022, han sido muchos los turistas, propios y visitantes que viajan a los corregimientos de Medellín (Colombia), y especialmente al corregimiento de Santa Elena, para practicar el turismo ancestral, una forma de turismo que cada vez toma más fuerza en el distrito y que busca la práctica de tomas de Yagé o ayahuasca, una práctica que no siempre es tomada con respeto, según informaba a finales de año Caracol Radio.

“La comunidad de Santa Elena hizo un llamado en algún momento porque les preocupaba que había gente deambulando en días de la semana y ya se había presentado una muerte por el exceso de esas sustancias; lo que nosotros hicimos fue ir al territorio y conversar con la comunidad, con quienes prestan el servicio, y vimos que quienes prestan el servicio son comunidades muy organizadas”, explicó Carlos Calle, líder del Observatorio de Turismo Personería de Medellín.

Por otro lado, la secretaria de turismo hace un llamado a las autoridades competentes para que se incluya en la normativa de turismo de salud y bienestar el Artículo 8 del acuerdo municipal 020 de 2015 y proteger así no sólo la práctica, sino también a las personas que viajan para ello. También solicitó que desde la Subsecretaría de Turismo se designe un enlace permanente para que capaciten a las comunidades y así cuenten con los mecanismos que les permitan certificarse como prestadores de servicios turísticos en la línea de turismo de salud y bienestar.

La muerte de dos ciudadanos holandeses

Robert Koote y Nienke Trishna eran dos turistas holandeses que viajaron a Colombia de vacaciones ilusionados con la idea de un país exótico y lleno de aventuras y probaron distintas comidas, conocieron varias ciudades… pero acabó en un terrible final, según informa Caracol TV. Dice la policía que encontraron la muerte por una mezcla de hierbas en un “viaje yagé”.

Sus cuerpos, aunque sanos y jóvenes, no soportaron la carga de un brebaje de yagé con la mezcla de licor unas horas después: ese es el resultado de la investigación oficial. Finalmente colapsaron y murieron en la Clínica Medihelp de Cartagena. Los Informantes reconstruyó sus últimos pasos en Colombia hasta un expediente que dice que la ayahuasca fue suficiente para acabar con sus vidas.

 

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7. Infiltrado en una secta de ayahuasca: “utilizan tus creencias para engañarte”.

FUENTE: 20 Minutos

 

 

El youtuber Carles Tamayo se ha infiltrado durante un año en una secta presente por toda España que consume ayahuasca, un psicotrópico que provoca alucinaciones y puede derivar en brotes psicóticos. El pasado 12 de diciembre, el investigador fue entrevistado en el programa televisivo español “Todo es mentira” (Cuatro) para dar los detalles de esa peligrosa experiencia, tal como informa Lucía Ortega en el diario 20 Minutos.

Se trata de una droga de Latinoamérica que está siendo utilizada por grupos españoles para “solventar” problemas. Y el infiltrado ha investigado el ritual llamado 'El vuelo del águila': “Yo toda la gente que conocí allí eran personas que estaban en un momento muy vulnerable de sus vidas”, ha declarado. El youtuber ha contado que acudían personas “con todo tipo de problemas”, de las que el gurú se aprovechaba. Por ejemplo, estaba metida una mujer que había perdido a sus dos hijos en un accidente: “Por medio de la ayahuasca podía verlos, porque te causa alucinaciones”, ha relatado.

Tamayo recorrió varias sectas de este tipo por todo el país, reuniones por las que tenía que pagar. “Iba a ciertos rituales y retiros que hacían”, ha explicado. Además, ha destacado que era muy fácil contactar, incluso a través de WhatsApp. “No criticamos las creencias, sino como utilizan las creencias. Y aquí las utilizaban para engañarte y afianzarte”, ha explicado el investigador. “Si tú sabes todas las consecuencias que trae consumir ayahuasca, como un brote psicótico, pues eres libre de consumirla”, añadía.

“Pero aquí te engañan, y te dicen que te viene bien para cosas que no”, ha relatado Tamayo, quien ha insistido en que “lo importante es tener toda la información”. Finalmente, la secta lo descubrió en un evento global de todas las “Iglesias”. “Me vino un tipo por detrás y me dijo: ‘Sé quién eres’”, ha contado. Acto seguido, huyó y presentó las grabaciones a la policía.

 

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8. Manipulación, latigazos y quemaduras: habla la víctima de una secta umbanda de Argentina.

FUENTE: El Tribuno

 

 

Antes de la feria judicial por el receso de fin de año, el Tribunal Oral Federal N°2 de Salta (Argentina), que tiene al juez Domingo Batule como presidente, llevó a cabo dos audiencias con una fuerte carga emotiva. En una de ellas, se escuchó el desgarrador testimonio de una de las víctimas: la mujer contó los episodios de maltrato y sometimiento que sufrió bajo la autoridad de los líderes espirituales del culto umbanda.

Según explica el diario El Tribuno, se trata de Juan Jorge Soria Villalba y su pareja María Ester Arroyo, quienes son juzgados por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por el uso de intimidación y por la calidad de “ministros religiosos” de las personas imputadas, y concursa de forma real con lesiones leves. El tribunal se completa con los jueces Gabriela Catalano y Abel Fleming. Por la acusación, en tanto, interviene el fiscal general Eduardo José Villalba. También participa del debate el titular de la Defensoría Pública de Víctimas, Nicolás Escandar.

El juicio comenzó el 15 de diciembre pasado, ocasión en la que un testigo, ex pareja de una víctima, anticipó los cruentos episodios que se vivían dentro del santuario de San La Muerte, dirigido por Soria Villalba y Arroyo, desde una casa ubicada en villa San Antonio, a pocos minutos del casco céntrico. En la audiencia siguiente, el 29 de diciembre, el relato de una víctima –dado a conocer a través de un video para evitar la revictimización– superó con creces lo relatado por el testigo, pues contó en primera persona las atrocidades que sufrió a manos de los acusados.

Su testimonio dejó al descubierto el rostro más aterrador del delito de trata de personas en Salta, muchas veces, imperceptible; máxime dentro de un culto religioso, donde la vulnerabilidad de los fieles está a flor de piel, como el caso de esta víctima, quien llegó en busca de ayuda espiritual después de un divorcio marcado por la violencia de género.

Así fue la manipulación que sufrió

Sin poder ver a sus hijos y con intentos de suicidios, la testigo reconoció haber llegado al santuario de los acusados con “el juicio nublado”. Afirmó que, en un inicio, Soria Villalba y Arroyo parecían “buenas personas”, pues le brindaron el apoyo anímico que ella buscaba. Más adelante, sin embargo, todo comenzó a cambiar. De pronto, las palabras de aliento se convirtieron en órdenes que debía cumplir, siempre con la excusa de que las peticiones que se le hacían provenían de entidades espirituales, que sólo los acusados podían interpretar.

Fue así como los acusados la convencieron de que el mal que padecía provenía de su propia familia, por lo que debía separarse de ellos. También le dijeron que el local comercial que tenía, y que era su sustento de vida, tampoco era bueno para su vida, por lo que tenía que venderlo. “Me aconsejaron que me apartara de la familia, ya que no era buena; y que debía cerrar el negocio porque no era viable, que las personas que me habían hecho daño estaban alrededor mío. Ellos eran videntes y supuestamente veían todo el daño que sufría”, relató.

De esta manera, la víctima fue aislada y quedó a merced de los imputados, quienes la sometieron a castigos físicos, humillaciones y actos denigrantes que jamás pensó que existieran, ya que no se percató de ellos hasta que logró huir. “Todo fue una farsa para sacar plata” y otros beneficios a su costa. “Con otros hermanos que salimos de ahí, nos pusimos a hablar de lo que sucedía y eso no era religión. Con una vara te decían que estaba mal estar con tu familia, pero con la otra, con la teoría, enseñaban que la familia era lo primero que debíamos tener”, afirmó.

Cómo aumentó su implicación

“Seguía yendo al santuario, donde me enteré de que también se practicaba el culto de Umbanda, lo que a mí me interesaba, así que pregunté si podía ingresar y me dijeron que sí, pero debía pagar una sesión. En ese momento pague unos cinco mil pesos”, explicó. Después de ello, le ofrecieron hacerle un “trabajo de limpieza”, que tampoco era gratis, sino que debía “pagar la consulta”, todo con la promesa de que así tendría éxito en su trabajo. Más adelante, se bautizó. Fue un 23 de abril, pues se trataba de una fecha importante para ese culto (la fiesta de San Jorge, a quien identifican con el orishá Ogum).

Con el bautismo, “empezaron más obligaciones, aportar más trabajo y vivir en el santuario con más responsabilidades. La plata que recibía -producto del trabajo- se debía aportar al santuario, unos 800 pesos de cuota mensual y si había una fecha de alguna entidad (similar a un santo) se debía aportar para las ofrendas”. Dado que también era devota de San La Muerte, también tenía que aportar para el santuario. “Tenía que buscar hacer cosas para generar más plata; cuando ingresé, era un lugar chico, era la parte de adelante del inmueble, y ellos (los acusados) decían que querían agrandar el santuario”.

“Querían reformarlo para que albergue más devotos, así que comenzamos a hacer de todo, rifa, venta de empanadas, todo para que se junte esa planta, además de pagar la cuota y lo de las ofrendas”, recordó la testigo, quien aportó dinero durante 5 o 6 años a los acusados. Al pedirle que actualice los aportes que hacía, indicó que “hoy en día, serían unos 20.000 pesos por mes. También estaba la fiesta de San La Muerte, para la cual se debía aportar y así cumplir con lo que el pae y la mae (Soria Villalba y Arroyo) querían para esa festividad, por ejemplo, un conjunto de música, DJ y otras muchas cosas. Era una fiesta que se hacía a orillas del río”.

Presión psicológica y castigos físicos

En su testimonio, alternado con fuertes picos de emotividad y sollozo, la testigo se refirió a la presión ejercida por los acusados, especialmente en lo vinculado con el dinero. “Se debía aportar para todo, así que casi no veías tu dinero ni para comer”. Y también fue bastante explícita respecto a qué pasaba si no aportaban. “Tenías castigos. En mi caso, en una sesión de kimbanda, me quemaron con la cera de la vela en mi cuerpo, me echaron tierra y agua del cementerio y me pedían que me autoflagelara”, describió.

Entre lágrimas, siguió con el recuerdo de esos episodios. “En otra ocasión, me dieron siete latigazos y me quemaron los pies con brasas de carbón, lo que me causó una ampolla enorme que hasta el día de hoy tengo secuelas; fueron una infinidad de cosas que pasé”. Al explicar las razones de estos padecimientos, mencionó varios motivos que no sólo no justificaban tales penitencias, sino que eran irrisorios y dieron muestra del nivel de sometimiento que habían logrado, en este caso, sobre la testigo. Entre otros motivos, remarcó que los castigos respondían al nivel de los aportes de dinero. “Otras veces, era porque te olvidabas de algo, como un paquete de cigarro para la entidad o una vela, cosas así”.

“Si no hacías el pago semanal, era un castigo. También me castigaron por ponerme en contacto con mi familia cuando mi padre cayó enfermo. No eras dueña de pensar ni de actuar. Cuando les dije que quería ver a mi familia, me dijeron: para qué vas a ir, si tu familia no te quiere; te van a echar la culpa de todo, pero mi padre estaba mal y si lo veía, era un castigo, ya sea dinero o físico”, dijo con la voz quebrada.

Indicó que valiéndose de las promesas de porvenir que las entidades espirituales de ese culto representaban, los acusados, en su calidad de videntes, obtenían lo que querían. “Tenían una facilidad de hacerte creer tanto de las cosas que llegabas a pensar que estaba bien, pero para eso, primero te interrogaban de todo, veían tu estado tu Facebook y así sabían todo de uno. Actualmente tengo pesadillas por los muchos castigos que padecí por no acceder a sus pedidos”. Por último, y a modo de reflexión, consideró que “de haber estado acompañada por la familia, como estoy ahora, no hubiera pasado lo que pasé”.

 

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9. Argentina: recuerdan a Ramoncito, el niño asesinado en un ritual hace 16 años.

FUENTE: El Litoral

 

 

Ramoncito González, el niño asesinado en Mercedes (Corrientes, Argentina) en 2006, habría cumplido 28 años el pasado mes de diciembre, y en su ciudad le prepararon un homenaje. Los integrantes del grupo Ramoncito Prohibido Olvidar organizaron una procesión con antorchas y una suelta de globos por las calles de la ciudad, según leemos en El Litoral. A 16 años del histórico caso que marcó un antes y un después en la cultura correntina, la memoria de Ramoncito busca seguir viva a través de sus familiares y amigos. Por eso, el Grupo Ramoncito Prohibido Olvidar realizó una movilización por las calles de Mercedes.

Según indicaron previamente en un comunicado difundido a los medios de prensa, buscaban recordar el aniversario del nacimiento del niño brutalmente asesinado por una secta. “Este martes 20 [de diciembre] hubiera cumplido 28 años e íbamos a hacer un responso en el cementerio. Pero, como hay una filial del grupo Estrellas Amarillas nos invitaron a su suelta de globos”, explicó a El Litoral María Ramírez, integrante del grupo y vecina que vio crecer al niño mercedeño.

Cabe destacar que Estrellas Amarillas es un grupo civil que recuerda a las personas fallecidas en accidentes de tránsito y pinta estrellas en los lugares de los siniestros. “Vamos a sumarnos a su actividad”, sostuvo. El acto se desarrolló en las vías del tren, donde se encontró el cuerpo del niño. “Vamos a partir con una marcha de antorchas desde donde se encontró el cuerpo de él y caminaremos hasta la plazoleta 20 de Diciembre”, contó Ramírez. Luego, se sumaron a la actividad con globos. “Invitamos a los vecinos y a todos los que se quieran sumar para mantener viva la memoria de Ramoncito”, cerró María. Además, contó que los vecinos y familiares del grupo diseñaron un banner con una fotografía del niño para la marcha de ese día.

La historia de Ramoncito fue noticia nacional en 2006. Su cuerpo fue encontrado en unos pastizales, con quemaduras de cigarrillos, golpes, el cuero cabelludo arrancado, degollado y con signos de haber sido abusado sexualmente. Había sido captado por un grupo satánico de al menos 10 personas y María lo tiene presente. “Esa gente ya lo tenía fichado” o “le llenaron la cabeza”, sostenía entre oración y oración en una nota previa a El Litoral.

Los implicados fueron condenados a cadena perpetua por homicidio triplemente calificado por haberse cometido con ensañamiento, alevosía y con el concurso de dos o más personas, en concurso ideal con el delito de privación ilegal de la libertad personal calificado. Y aunque la Corte Suprema evalúa rever la pena de uno de los prisioneros, ya que en esos años era menor de edad, aún pagan por lo cometido.

 

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10. España: confirman la prisión para el padre de los niños asesinados “para que pudieran revivir”.

FUENTE: El Español

 

 

El Tribunal Supremo ha confirmado 50 años de cárcel, -con un máximo de cumplimiento de 40-, para el padre que asesinó a sus dos hijos, de tres años y seis meses, el 13 de marzo de 2019 en la localidad de Godella (Valencia, España). La madre, coautora de los crímenes, ha sido absuelta por la eximente de anomalía psíquica por enfermedad mental, aunque permanece en internamiento psiquiátrico. Lo contaba el pasado 23 de diciembre Andrea Reinosa en El Español.

La Sala de lo Penal del alto tribunal ha rechazado los recursos de ambos progenitores contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que confirmó a su vez la dictada por la Audiencia Provincial de Valencia. Ambos fueron juzgados por un tribunal del jurado, que los consideró autores del crimen de sus hijos, cometido el 13 de marzo de 2019, tras propinarles multitud de golpes después de bañarlos en la piscina de la casa de campo de Godella donde residían.

La sentencia declaró probado que ambos estaban convencidos de la existencia de una secta que los perseguía, asediaba y abusaba sexualmente del niño, hasta el punto de que realizaban vigilias nocturnas para evitar ser atacados y que sus hijos fueran secuestrados. Según la resolución ahora firme, decidieron que la única manera de proteger a los menores era someterlos a un “baño purificador”, “terminar con sus vidas y enviarlos al más allá para que posteriormente pudieran revivir”.

El Tribunal Supremo ha ratificado la condena al padre, de nacionalidad belga, a 50 años de prisión por dos delitos de asesinato con agravante de parentesco, y la imposición de los mismos años de internamiento psiquiátrico a la madre debido a la enfermedad mental que padece, con un máximo de 40 de cumplimiento.

Avala que se trató de un asesinato con alevosía y rechaza la alegación del padre relativa a que la enfermedad mental de la madre hace incompatible que ambos acusados pudieran idear un plan conjunto para matar a sus hijos, dado que, para el Supremo, hay suficientes pruebas como para afirmar que no es incompatible dicha enfermedad “con la certeza que aporta en cuanto a la participación activa en los hechos del otro condenado”.

Según ha descrito este diario en múltiples artículos, la familia 'vivía' entre basura y animales muertos en una casa okupa cercana a las urbanizaciones de Santa Bárbara, una de las zonas con la renta per cápita más alta de todo el municipio valenciano de Godella. Al parecer, el padre de los menores, conocido como Gabriel, había perdido su trabajo por culpa de, entre otras cosas, su problema con el consumo de estupefacientes. La madre, María, diagnosticada con esquizofrenia, llevaba tiempo sin tomar la medicación, sustituyendo esta por las drogas, entre otras hasta setas alucinógenas.

Los servicios sociales estaban detrás de la familia, ya que el hijo mayor llevaba tiempo sin ir al colegio, y la abuela de los niños, también había alertado de que algo malo podría suceder, ya que hija le había llegado a mencionar días antes que se “reuniría con el creador”. En Godella, ningún vecino se explicaba cómo podía ser que, tras una visita de la Policía, los agentes decidieran marcharse porque la familia se encontraba “en perfectas condiciones”.

Finalmente, el día de los hechos un vecino alertó a la policía de que había visto al marido correr con una escopeta tras su pareja, que iba desnuda y ensangrentada. Pero para la visita policial del 13 de marzo de 2019 ya era demasiado tarde: la madre estaba escondida dentro de un bidón, después de intentar 'enterrar' a su hijos, que yacían muertos en el terreno de la casa okupa de Godella.

 

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.