Biblia

 

¿Qué significa la palabra "pecado"?

 

En la Biblia, la noción de pecado se designa con toda una serie de palabras.

 

 

 

22 feb 2022, 14:00 | Gilles Donada, con Roselyne Dupont-Roc, biblista. La Croix


 

 

 

 

 

Las palabras más importantes son "hattah" en hebreo y "hamartia" en griego. Ambos significan "no dar en el blanco", como una flecha que pierde su objetivo o destino. Otras palabras evocan "falta", "revuelta", "rebelión", "transgresión"...

La palabra pertenece al vocabulario religioso y nos revela que algo no está bien en nuestra relación con Dios. No honrar al único Dios, equivocarse de Dios, negar la realidad proyectando los propios deseos en los ídolos, es básicamente engañarse sobre la propia seguridad, la felicidad y la salvación y así alejarse de la fuente de la verdadera vida.

La palabra pecado no tiene inicialmente un significado moral. En el Decálogo, los primeros mandamientos llaman a honrar al Dios verdadero, el Dios de la vida, y, en segundo lugar, a respetar su ley y sus exigencias que garantizan esta vida. Los paganos son llamados "pecadores" porque adoran a los ídolos.

La primera aparición de la palabra pecado se produce en el libro del Génesis en relación con la sangre de Abel, que su hermano Caín está a punto de derramar por celos. El pecado es descrito como una bestia salvaje: "El pecado acecha a la puerta y te codicia, aunque tú podrás dominarlo" (4,7).

Matar a un ser humano, tocar la sangre de un ser vivo, por ejemplo, es un acto impuro porque nos separa de la vida. El libro 4 del Levítico especifica los ritos y sacrificios que deben realizarse "para el perdón de los pecados".

Poco a poco, son los profetas los que afinan el sentido moral del pecado y la conversión del corazón, que es mucho más importante que los ritos y los sacrificios. "Quiero misericordia y no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos", dice Dios al profeta Oseas (6,6).

Los Evangelios, en cambio, utilizan la palabra pecado solo en el contexto del perdón. Esta es la palabra de Cristo al paralítico de Cafarnaún: "Hijo, tus pecados te son perdonados" (Marcos 2,5).