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¿Existe un vínculo entre mi vida de oración y mi vida cotidiana?

 

¿Es la oración una forma de escapar del mundo? ¿Cómo puedo mantener unidas mi vida diaria y mi oración? Aquí está el comienzo de una respuesta con nuestros amigos del Apostolado de la Oración.

 

 

11 feb 2022, 14:00 | P. Frédéric Fornos, jesuita. La Croix


 

 

 

 

 

En la escuela de los maestros espirituales - Evagrio Póntico.

 

Cloe me pregunta: "He leído en el Tratado sobre la oración de Evagrio unas palabras que me han sorprendido. Es como si dijera que para poder rezar de verdad, toda nuestra vida debe ser una preparación para ello... Me parece sorprendente e incluso paradójico. ¿No deberíamos decir lo contrario, que es la oración la que nos ayuda a amar y, por tanto, a encontrar a Dios en nuestras vidas?".

La oración, al despertar nuestro corazón a la presencia del Señor, nos ayuda a encontrar a Dios en nuestra vida. Pero Evagrio Póntico, el padre egipcio del desierto, también llamado "el buscador de almas", es un maestro de la vida espiritual. Sabe que orar, es decir, entrar en comunicación íntima con el Padre, requiere preparar el corazón para abrirse a la presencia del Señor con gran respeto y amor. ¿Cómo podemos acogerlo si nuestro corazón está lleno de egoísmo, de resentimiento o de celos, aunque sean más o menos reconocidos o disimulados? Para Evagrio está claro: nuestra vida cotidiana es nuestra oración (n°13-22). Lo que está en juego es el encuentro amoroso con Dios en todas las cosas.

En estas frases nos hace comprender que es nuestra actitud ante los acontecimientos de la vida y nuestras relaciones lo que determina nuestra oración, y si estamos o no preparados para ella. Por respeto al Señor, para este tiempo de relación con Él, debemos prepararnos de antemano durante el día. De hecho, es esta relación de corazón a corazón con Él la que nos prepara toda la vida para "alabar, respetar y servir a Dios nuestro Señor". Nuestro modo de relacionarnos con los demás y con los acontecimientos, en la confianza, la bondad y la dulzura, o en la desconfianza, el resentimiento o la ira, prepara nuestro corazón para acoger al Señor, o lo cierra.

Nuestra vida cotidiana es una preparación para buscar y encontrar a Dios en la oración: "Si soportas toda clase de problemas, acéptalos sabiamente para la oración". Así como la oración nos ayuda a encontrar a Dios en la vida, Evagrio nos ayuda a comprender que el objetivo de nuestra vida, así como de nuestra oración, es la unión con DIOS. Esta es una sabia comprensión "circular" de la oración.