Tribunas

El Papa Francisco y los marcos mentales

 

 

José Francisco Serrano Oceja


 

 

 

 

 

Decía el Talmud que “no vemos las cosas tal y como son. Vemos las cosas tal y como somos nosotros”.

En la nueva psicología cognitiva, en los estudios de análisis social y de la información, incluso en las escuelas de negocios, está de moda el término “frame” y la teoría de los marcos mentales o marcos cognitivos.

De entre la reciente bibliografía general sobre esta cuestión destaco el estudio de Cukier-Mayer-Schönberger y De Véricourt titulado “Framers. La virtud humana en la era digital”.

¿Qué es un marco mental? Es nuestra manera de percibir cómo funciona el mundo, de comprenderlo, de actuar en él. Es lo que nos permite generalizar y realizar abstracciones que podemos aplicar a diversas situaciones en la vida. Es una “plantilla” que nos permite clarificar situaciones, que también genera sesgos cognitivos.

Nuestra forma de enmarcar pasa a ser una facultad de la cognición humana y una herramienta práctica que utilizamos para tomar decisiones.

Los elementos que conforman un marco cognitivo tienen que ver con la causalidad –que es el razonamiento básico de las personas, base de nuestra cognición-, con la capacidad de crear espacios contrafactuales, es decir, de imaginar nuevas situaciones, y con el respeto a los límites. Aplicar un marco facilita por tanto esos procesos de causalidad, de contrafactualidad y de reconocimiento de los límites. Por cierto que esto de los límites me recuerda a la antropología de Leonardo Polo y al pensamiento de Eugenio Trías.

Todo esto viene a cuento de una tesis que se me ha ido ocurriendo a medida que he ido profundizando en esta teoría, que algunos consideran clave para gestionar el pluralismo en la sociedad. Por cierto que los citados autores, a la hora de hablar del pluralismo social, dejan claro que no es un fin sino un medio para lograr un fin.

Un ejemplo de la aplicación de esta teoría fue el cambio que en la sociedad americana se produjo respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo, bien explicada en el libro anteriormente citado. Si en 1995 en EEUU solo el 25% de los americanos apoyaban el matrimonio homosexual, en 2020 era ya el sesenta por ciento. Las campañas que se hicieron para que se diera este cambio estaban basadas también en la teoría del marco cognitivo.

Pero lo que quería asentar ahora, y esta es la idea que propongo a debate, es la tesis de que el Papa Francisco es un ejemplo de “enmarcador” en la Iglesia. Bueno, al fin y al cabo todos los papas lo han sido de una forma o de otra.

Es decir, propone marcos cognitivos nuevos, actualizados, que se basan en el razonamiento causal del lo precedente, llámase magisterio, tradición, que son capaces de motivar mundos posibles alentando el testimonio cristiano y que, además, son muy conscientes de que el éxito de la propuesta y reformulación de los marcos cognitivos depende de no traspasar determinados límites. Nadie puede aducir una afirmación del Papa que rompa con la doctrina católica.

Ahora, introduzca el lector los grandes temas de este pontificado y la forma de presentarlos, y cómo se repiten y se llevan a la práctica. Casi daría no para un artículo, sino para una tesis doctoral, aunque no sea en teología dogmática.

 

 

José Francisco Serrano Oceja