Tribunas

25 años de San Dámaso

 

 

José Francisco Serrano Oceja


 

 

 

 

 

Veo en un medio digital la reseña periodística de la inauguración de curso de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. El Excelentísimo Señor Rector, el gran teólogo Javier Prades, se refirió en su intervención a “las más de 25.000 matrículas en estos 25 años, números que producen impresión si caemos en la cuenta de que detrás de cada número, hay un sacerdote, religioso o laico que testimonian en el mundo la fe y la caridad”.

Y añade la nota de “Ecclesia”: “25 años no son tantos para la vida de esta institución, y por tanto necesitamos seguir creciendo para aportar lo mejor que tenemos. Los actos de celebración no serán solo celebrativos, sino profundos para estar presentes en el contexto actual”.

No sé que efeméride es ésa de los 25 años de San Dámaso. En la reseña histórica que se publica en la página web encuentro que en 1995 “a la vista de la importancia adquirida por el Centro de Estudios en la Archidiócesis de Madrid y de las expectativas abiertas por la erección de la nueva Provincia Eclesiástica, el Excmo. Sr. Arzobispo de Madrid, D. Antonio Mª Rouco Varela, inicia las gestiones para su constitución en Facultad de Teología”.

Y en 1996, “el 19 de septiembre, es erigida, por la Congregación para la Educación Católica, la Facultad de Teología "San Dámaso", en la que queda integrado el Instituto Superior de Ciencias Religiosas "San Dámaso"”. Aquí está, entiendo, la madre del cordero.

Enhorabuena por tanto a San Dámaso, a quienes fueron sus decanos y a su Rector. A toda la comunidad universitaria. Sería buena ocasión para hacer una sucinta historia de las razones por las que se erigió la Facultad de Teología San Dámaso, del contexto de la enseñanza de la teología en esa época, de lo que aportó san Dámaso y de lo que sigue aportando.

No estaría mal, tampoco, ver la evolución no solo cuantitativa del proyecto, su situación actual y sus proyectos, en un tiempo en el que se han mudado muchas tornas.

El cardenal Rouco recordó así los orígenes de San Dámaso en su biografía autorizada:

“El caso es que asisto al claustro del Instituto Teológico San Dámaso, que tenía un profesorado muy notable. Y me pregunto: qué sentido tiene esto. No se me ocurría una respuesta. La verdad es que no son de esas iniciativas que tú has pensado antes, y que traes un poco rumiadas, o que has pensado en ellas, por el contacto que has tenido con la realidad sobre la que vas a actuar. Entonces se me ocurrió en pleno claustro: “Nosotros creemos que es hora de que este Instituto se convierta en Facultad de Teología”. Lo dije delante de José Manuel, con la confianza que yo tenía con él. Fue una gran “campanazo”, a los dos meses escasos de ser arzobispo de Madrid. El Rector de la Pontificia me comentó: “No va a ser fácil, es complicado”. Me dio una serie de argumentos, unas cuantas vueltas. Concluí: “Pues ya lo arreglaremos, ya lo resolveremos. Me iré a Roma y hablaré con el Santo Padre”. En cuanto pude, me fui a ver al Papa, creo que a los cinco meses de tomar posesión. Tenía que hacer la primera visita como arzobispo de Madrid. Se la hice pronto, y ya le conté este asunto. Y me dijo: adelante. Y a partir de ahí, fue todo rapidísimo”.

Por cierto, si no mal recuerdo, todavía sigue vivo su promotor, el cardenal Rouco Varela, que creo no es Doctor Honoris Causa de la Universidad que él fundó. Bueno, es fundador, que, probablemente, es más importante.

De la lección del Cardenal Ladaria no digo nada hasta que no lea el texto completo. Entiendo que fue magnífica. Claro que los españoles, y los madrileños, le estamos dando últimamente mucho trabajo al cardenal Ladaria que, seguro, aprovechó la visita para más menesteres que los propios de un ejemplar teólogo…

 

 

José Francisco Serrano Oceja