Iglesia-Estado

 

Ambiente de cordialidad en un encuentro de más de una hora entre el cardenal Omella y Félix Bolaños

 

El presidente de la Conferencia Episcopal mantuvo en Moncloa su primer contacto con el ministro de Presidencia tras la salida de Carmen Calvo del Gobierno

 

 

04/08/21


 

 

 

 

 

El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, mantuvo ayer un encuentro con Félix Bolaños, el recién nombrado ministro de la Presidencia del Gobierno, en la sede del Ministerio.

Según la CEE, los dos estuvieron hablado “casi una hora en un ambiente de cordialidad y cercanía”. El encuentro se enmarca dentro de los que está teniendo el nuevo ministro con las instituciones de su área, entre las que está la Subdirección General de Relaciones con las Confesiones, cuyo cometido es lograr el ejercicio del derecho fundamental de la libertad religiosa que la Constitución recoge en el artículo 16.

Según sus estatutos, este órgano actúa en la gestión del Registro de Entidades Religiosas, en la promoción de estudios y análisis sobre religiosos, y en la relación con las distintas confesiones religiosas, siendo este último cometido el que ha propiciado el encuentro.

La Conferencia Episcopal y el Gobierno llevan trabajando desde junio de 2020 en una comisión mixta sobre varios aspectos sobre la Iglesia, como son la reforma fiscal y los bienes inmatriculados que esta posee. La CEE ha reclamado en varias ocasiones poder hablar con el Ejecutivo sobre la reforma educativa de la ley Celaá, la reforma de la ley del aborto, la regulación de la eutanasia o la ley trans, algo a lo que todavía no ha accedido el Gobierno.

A principios de año, monseñor Luis Argüello aseguró que el diálogo con el Ejecutivo a través de la Vicepresidencia sigue abierto, algo que el encuentro con Bolaños viene a ratificar, aunque sea a través de otro ministerio. Arguello también habló acerca de las propuestas legislativas del Gobierno, que responden a “una forma de entender la laicidad y la neutralidad del Estado”. Sin embargo, lamentó la dificultad de contrastar opiniones y la incapacidad de ambas partes de poder hablar sobre otras cuestiones.