Tribunas

Y el ¿Padre?

 

 

Daniel Tirapu


 

 

 

 

 

 

Se ha hecho muy difícil ser un buen padre en esta época. Siempre cuestionado, casi con el papel de sólo progenitor, prescindible.  Hace un par de décadas, la pregunta era por el Espíritu Santo y por la Iglesia. "Padre nuestro"; "marcho al Padre", "quien me ve a Mí, ve al Padre". Un colega me dijo que en USA, aquí pronto, muchas personas buscan al padre, anónimo por donación a banco de esperma.

"Un famoso teólogo protestante dijo que hoy habría que volver a contar la parábola del hijo pródigo de un modo nuevo: como la parábola del padre perdido. En efecto, el extravío del hijo se debe propiamente a la ausencia del padre, a quien no puede verlo más. Este hijo pródigo somos nosotros. Es la dificultad de nuestro tiempo, que se caracteriza por ser una sociedad sin padre. Según Freud, creíamos que el padre estaba en el Súper Yo, era él quien limitaba nuestra libertad y de quien debíamos liberarnos. Y ahora que esto ha sucedido, reconocemos que, actuando así, nos hemos emancipado del amor y hemos amputado de nosotros mismos aquello que nos hace vivir" (Ratzinger).

 

Daniel Tirapu