Tribunas

Espíritu Santo: ¡Tres símbolos para un mismo soplo de Vida!

 

Alice Ollivier. Association Hozana


 

 

 

 

 

Durante Pentecostés, celebramos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Tercera persona de la Trinidad, consolador y defensor enviado por el Padre, tras el Hijo, para guiarnos, el Espíritu de Dios está a nuestro lado. La Biblia lo describe de múltiples maneras; del Génesis a los Actos de los Apóstoles (¡y hasta hoy en nuestras vidas!), Él envía su soplo sobre el mundo.

Volvamos a encontrarnos con él a través de tres de sus símbolos:

-Viento: El Espíritu de Dios es un espíritu de libertad; está aquí y allá, nada lo encierra ni lo restringe. “El viento sopla donde quiere, y tú oyes su ruido; pero no sabes de donde viene ni adónde va. Así es para todo hombre nacido del Espíritu.” (Juan 3; 8). Indefinible, inalcanzable, su presencia es tanto caricia de la brisa como ímpetu y movimiento en nuestras vidas.

 -Fuego: El Espíritu de Verdad es purificador. Consume en nosotros todo lo que no es Dios. Es luz y nos guía en nuestras vidas. Para esto, nos dispensa sus 7 dones: sabiduría, inteligencia, ciencia, fuerza, consejo, piedad, temor. San Juan Pablo II nos dejó una corta oración para pedir la gracia de estos dones al Espíritu Santo; los encontramos también en la letanía del Espíritu Santo.

 -Paloma: El Espíritu Santo es también Espíritu de Amor que trae la señal del renacimiento, de la paz, de la vida nueva, de la ternura de Dios con sus hijos.

“En cuanto Jesús fue bautizado, salió del agua; he aquí que los cielos se abrieron, y vio el Espíritu de Dios descender como una paloma y posarse sobre él. Y desde los cielos, una voz dijo: “Este es mi Hijo bien amado; en él he puesto todo mi amor.” (Mateo 3; 16-17)

¡Para Pentecostés, dense el tiempo para descubrir el rostro del Espíritu Santo, con este hermoso retiro sobre Hozana!