Servicio diario - 19 de febrero de 2019


 

¿Cómo serán escuchadas las víctimas en el Encuentro de protección de menores?
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: "Nuestro Dios tiene sentimientos"
Anne Kurian

Nicaragua: El Papa levanta las sanciones canónicas del padre Ernesto Cardenal
Marina Droujinina

Venezuela: El Obispo Moronta escribe una carta abierta a Nicolás Maduro
Redacción

Bolivia: El Papa acepta la renuncia al gobierno pastoral del vicariato apostólico de Reyes
Rosa Die Alcolea

Antonio Rivero: "Regla de oro del Cristianismo: perdonar"
Antonio Rivero

Santos Jacinta y Francisco Marto, 20 febrero
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

19/02/2019-15:12
Rosa Die Alcolea

¿Cómo serán escuchadas las víctimas en el Encuentro de protección de menores?

(ZENIT — 19 febrero 2019).- Escuchar a las víctimas es uno de los principales objetivos del inminente Encuentro. El Papa quiere que los participantes en el Encuentro sean conscientes del drama y del sufrimiento de las víctimas del abuso sexual de un menor por parte de un clérigo.

Esa conciencia suscitará un fuerte sentido de responsabilidad por parte de cada obispo, por parte del episcopado en general, y por parte de toda la comunidad eclesial.

 

"Entender su dolor"

"Escuchar a los que han sufrido abusos sexuales por parte de clérigos y entender su dolor es el punto de partida imprescindible para cualquier compromiso para combatir el abuso sexual", aseguran los organizadores. "Por consiguiente, sus testimonios son parte importante del Encuentro", señalan.

Por razón de la disponibilidad de tiempo en una reunión tan breve, esa escucha tendrá una extensión limitada. Por ese motivo, se ha pedido a los participantes en el Encuentro que preparen la reunión escuchando a algunas víctimas en su país de origen. Así podrán percatarse de la gravedad del problema en su propio territorio.

En el horario del Encuentro hay dos momentos en los que las víctimas podrán ser escuchadas: un video con el testimonio de 5 víctimas, al principio del Encuentro; y en cada uno de los momentos de oración vespertina, una víctima presentará su testimonio en vivo.

Además, durante el Encuentro se insistirá a los presentes en la necesidad de escuchar a las víctimas de manera habitual y permanente.

 

Documento final

No está previsto que se elabore un documento final al final del Encuentro. La conclusión del Encuentro será el discurso final del Santo Padre tras la celebración eucarística del domingo por la mañana.

Para dar continuidad a las reflexiones y propuestas de los participantes, poco después del Encuentro el Comité organizador se reunirá con los prefectos de los distintos dicasterios vaticanos competentes en las distintas materias tratadas. El objetivo de esa reunión será identificar las propuestas presentadas durante el Encuentro y las tareas que han de llevarse a cabo para que esas propuestas puedan ponerse en práctica sin dilaciones.

 

 

19/02/2019-15:19
Anne Kurian

Santa Marta: "Nuestro Dios tiene sentimientos"

(ZENIT — 19 febrero 2019).- "Nuestro Dios tiene sentimientos", dijo el Papa Francisco en la misa de la mañana de este 19 de febrero de 2019 en Santa Marta. En un momento que no es mejor que el del Diluvio, denunció: "son los débiles, los pobres, los niños ... quienes pagan el precio de la fiesta".

Dios "no es abstracto", y él "sufre", dijo el Papa Francisco en su homilía informada por Vatican News . Se detuvo en "los sentimientos de Dios, Dios Padre que nos ama, y ??el amor es una relación, pero puede también enojarse y enfadarse ... Nuestro Dios tiene sentimientos".

"Nuestro Dios nos ama con su corazón, no nos ama con sus ideas, nos ama con su corazón", insistió el Papa. Y cuando nos acaricia, nos acaricia con su corazón y cuando nos reprende, lo hace con el corazón, sufre más que nosotros ... No es sentimentalismo, es la verdad".

"Los tiempos de hoy no son diferentes a los del diluvio", no creo, dijo, refiriéndose a "las personas que mueren en la guerra porque las bombas se lanzan como caramelos ... son los débiles, los pobres, los niños, los que no tienen recursos para vivir, que pagan el precio de la fiesta":" Las calamidades son más o menos las mismas, las víctimas son más o menos las mismas. Pensemos por ejemplo en los más débiles, los niños. El número de niños hambrientos, niños sin educación: no pueden crecer en paz. Sin padres, porque fueron masacrados por las guerras ... niños soldados ... solo piensen en estos niños".

El Papa Francisco invitó a pedir "un corazón como el corazón de Dios ... un corazón de hermano con sus hermanos, de padre con sus hijos, de hijos con su padre. Un corazón humano, como el de Jesús, es un corazón divino". Si Dios "es capaz de tener problemas, nosotros también podremos tener problemas ante Él", agregó.

Y para animar: "Pensemos que el Señor está afligido en su corazón y acerquémonos al Señor y hablemos con él:" Señor, mira esto, te entiendo ". Consolemos al Señor: "Te comprendo y te acompaño", te acompaño en la oración, en la intercesión por todas esas calamidades que son el fruto del diablo que quiere destruir la obra de Dios".

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

19/02/2019-15:46
Marina Droujinina

Nicaragua: El Papa levanta las sanciones canónicas del padre Ernesto Cardenal

(ZENIT — 19 febrero 2019).- El Papa Francisco otorga la reincorporación total del padre nicaragüense Ernesto Cardenal, quien fue suspendido por divinis hace más de 30 años debido a su activismo político: fue Ministro de Cultura en el gobierno encabezado por Daniel Ortega, luego abandonó el El Frente Sandinista y su lucha política en 1994, dice Vatican News en italiano el 18 de febrero de 2019.

Gravemente enfermo, el sacerdote de 94 años recibió la bendición del Papa a través del Nuncio Apostólico en Nicaragua, Mons. Waldemar Sommertag. Concelebró la misa con él desde su cama del hospital: la primera en 34 años.

La absolución de "toda censura canónica": esto es lo que el Papa Francisco dio "con benevolencia" al Padre Ernesto Cardenal, suspendido el 30 de enero de 1985. El Nuncio Apostólico en Nicaragua explica en una nota cómo el religioso estuvo durante "35 años suspendido del ejercicio del ministerio por su activismo político". "El religiosos", dice la nota, "aceptó el castigo canónico impuesto" en ese momento, "sin ejercer ninguna actividad pastoral". Abandonó "durante muchos años cualquier compromiso político".

En las últimas semanas, el obispo Sommertag ha visitado varias veces al sacerdote, teólogo y famoso poeta de América Latina, promotor en los años ochenta de una importante campaña de alfabetización que le valió el reconocimiento de la UNESCO. Gracias a esta iniciativa, al menos 500.000 nicaragüenses han aprendido a leer y escribir.

El 2 de febrero, en la casa del padre Cardenal en Managua, el Nuncio tuvo una conversación privada con él durante media hora. Con motivo de esta conversación definida por el Nuncio como profunda, abierta y amistosa, se hizo la solicitud de "ser readmitido en el ejercicio del ministerio sacerdotal", informa el Obispo Sommertag. Después de la hospitalización, el representante pontificio lo visitó en el hospital el 11 de febrero, con motivo del Día Mundial de los Enfermos, y nuevamente ayer cuando le anunció la decisión del Papa.

Durante su viaje a Nicaragua en marzo de 1983, el Papa Juan Pablo II le pidió al padre Ernesto Cardenal que renunciara. Habiendo rechazado, el p. Cardenal fue suspendido en Divinis por la Congregación para la Doctrina de la Fe con la prohibición de celebrar misa y administrar los sacramentos.

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

19/02/2019-10:00
Redacción

Venezuela: El Obispo Moronta escribe una carta abierta a Nicolás Maduro

(ZENIT — 19 febrero 2019).- "No es ningún secreto que hoy atravesamos la más grave crisis política, económica, social y moral que azota al país. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo o demostrar que se está encerrado en una cúpula de cristal", expresa monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, Obispo de San Cristóbal, en una carta pública y abierta que dirige a Nicolás Maduro, exigiéndole que escuche el clamor del pueblo.

El Obispo hizo lectura de la carta en conferencia de prensa, en la Curia Diocesana acompañado de sacerdotes y laicos de su iglesia local, este lunes 18 de febrero en horas de la mañana.

"El pueblo le pide que escuche el clamor que proviene de sus sufrimientos, por el hambre, por la falta de medicamentos, por la hiperinflación, etc. Atrévase a escuchar a ese pueblo que quiere ser tratado con dignidad y justicia, pero en paz y sin revanchismos", dijo el Obispo, pidiendo a Nicolás Maduro que permita la Ayuda Humanitaria por el bien de la gente.

Manifiesta también que el venezolano pide respeto a su condición y dignidad: "Es hora de pensar en que la gente tiene dignidad y que ésta no le viene por pertenecer a un partido o por creer en una ideología, o porque recibe una bolsa de comida de vez en cuando... sino porque somos hijos de Dios. Y en este campo, todos somos iguales, llamados a la libertad y a la práctica de la caridad".

Así mismo, el Obispo solicita a Nicolás Maduro que atienda el llamado del pueblo: "que está pidiéndole un cambio de orientación política. Le está pidiendo que se dé la posibilidad de una nueva dirección. ¿Por qué no se arriesga a convocar a unas elecciones libres, con un nuevo CNE (constituido por representantes de todos los partidos políticos y por instituciones nacionales que tienen que ver con la academia, la economía, los obreros) y con la posibilidad de otros candidatos? Abra la puerta y póngase a un lado. La inmensa mayoría de los venezolanos está pidiendo que ya no siga al frente del Poder Ejecutivo".

También recordó la invitación del Papa Francisco a evitar el derramamiento de sangre, y le pregunta a Nicolás Maduro: ¿Por qué en el eje fronterizo se han colocado tantos piquetes de militares para "impedir" la entrada de ayuda humanitaria? ¿Es que acaso esos militares no son pueblo? Ellos están para defender a los hombres y mujeres de Venezuela y no para reprimirlos. ¿Sus asesores e informantes no le han dicho que la gente está resteada? Evite el derramamiento de sangre; deje a un lado la persecución a los disidentes; escuche y sienta el padecimiento de un pueblo que quiere libertad y justicia, pero con dignidad y sin opresión".

De igual manera envió un mensaje a los miembros de la Fuerza Armada Bolivariana de Venezuela. "Ustedes han prestado el juramento de defender a la patria y a sus instituciones. Pero ese juramento no significa que deben estar servilmente a la defensa de una parcialidad política. Es cierto que deben mantener y sostener el orden. Pero, al hacerlo han de respetar las leyes y el ordenamiento jurídico de la nación. Dicho juramento apunta a defender la dignidad, el protagonismo y los derechos de todos los ciudadanos del pueblo venezolano. Cumplan con sus obligaciones, pero sin olvidar que son miembros del pueblo al cual sirven".

***

 

CARTA PÚBLICA Y ABIERTA DEL OBISPO DE SAN CRISTÓBAL A NICOLÁS MADURO Y A LA FUERZA ARMADA NACIONAL

San Cristóbal, 17 de febrero del año 2019.

 

NICOLAS MADURO MOROS
Miraflores.

Con mi respetuoso saludo.

Tengo a bien escribirle la presente misiva en mi condición de ciudadano venezolano, cristiano católico y pastor de la Iglesia al servicio del Pueblo. Lo hago en pleno uso de mis capacidades y en conciencia delante de Dios, con la libertad que me da el Evangelio de Jesucristo, del cual nunca me he avergonzado.

Hace algunos días, atendiendo una fraterna invitación de los Obispos de Ecuador, me pude reunir con ellos en Riobamba. Pocos días antes, había tenido la ocasión de encontrarme con numerosos hermanos venezolanos que han emigrado al hermano país de Ecuador en búsqueda de mejores condiciones de vida. En Riobamba, se halla el hermoso monte nevado de El Chimborazo, que inspiró un hermoso poema escrito por el Libertador Simón Bolívar, bien conocido como "MI DELIRIO SOBRE EL CHIMBORAZO ". Le transcribo un trozo importante del mencionado poema y muy diciente para los tiempos que hoy vivimos en Venezuela: "OBSERVA, APRENDE, CONSERVA EN TU MENTE LO QUE HAS VISTO, DIBUJA A LOS OJOS DE TUS SEMEJANTES EL CUADRO DEL UNIVERSO MORAL; NO ESCONDAS LOS SECRETOS QUE EL CIELO TE HA REVELADO: DI LA VERDAD A LOS HOMBRES".

Motivado por este pensamiento del Libertador, hoy le escribo y hablo con la verdad en la mano, la misma Verdad que nos hace libres, según nos enseña el Evangelio de San Juan (Jn 8,32), pues "para ser libres nos liberó Cristo" (Gal 5,1). Es necesario enfatizar que debemos entendernos con la verdad verdadera, no la que se inventa o la que se quiere mostrar sin seria.

No es ningún secreto que hoy atravesamos la más grave crisis política, económica, social y moral que azota al país. Negarlo es querer tapar el sol con un dedo o demostrar que se está encerrado en una cúpula de cristal. Sé que le disgusta a Usted y sus seguidores que se le hable de "crisis o emergencia humanitaria" Pero ¿cómo caracterizar la situación que golpea a la inmensa mayoría de nuestros hermanos? No se puede negar el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos. Hay hambre: muchas familias no comen lo necesario para poder alimentarse. Ha crecido la pobreza crítica y los índices de desnutrición son altísimos. Me imagino que a Usted eso no se lo informan. Asimismo, la salud se ve desguarnecida en todos los sentidos, desde la atención hospitalaria hasta la consecución de medicamentos. Hay muchos que están sufriendo por la falta de atención (es el caso de los enfermos renales por falta de diálisis y el de los enfermos oncológicos por no ser debidamente atendidos).

Podríamos hacer mención de muchas otras calamidades que están golpeando a la mayoría de los venezolanos. Es fácil negarlo, y contraatacar con insultos, menosprecios y amenazas. Usted apela a cada rato que la causa es la "guerra económica": es verdad, existe una "guerra económica" pero no contra el Gobierno ni las instituciones del Estado, sino contra el pueblo: la guerra de la corrupción que ha enriquecido a muchos que se denominan dirigentes y servidores de la nación; la del saqueo del así denominado "arco minero" que, amén de destruir la "Casa común de la Creación", ha permitido que no pocos se llenen de las ganancias de la minería ilegal; la del olvido de las atenciones que hay que dársele al pueblo. Todo esto tiene sus consecuencias en el deterioro de la calidad de vida de muchísimos hermanos nuestros.

Yo me imagino que nunca le habrán señalado cómo en nuestra región tachirense se siguen aumentando las colas para adquirir la gasolina (hasta 48 horas se necesita para "tanguear" un vehículo). El contrabando de combustible es escandaloso y casi "irreversible", porque quienes tienen la misión de velar por la protección del pueblo o se hacen de la vista gorda o, sencillamente, tienen parte en el negocio. Sería bueno que el SEBIN, en vez de andar persiguiendo a quienes piensan diferente al Gobierno, se dedicaran a hacer labores de auténtica inteligencia: así podrían descubrir la presencia de grupos irregulares en el país, particularmente en nuestra región tachirense; de seguro descubrirían los "negociados" de muchos dirigentes y autoridades, así como de civiles, en torno a lo que es el contrabando de gasolina y otros insumos necesarios; además, si trabajaran como debe ser, podrían conseguir a los responsables y miembros de las mafias que trafican con personas y llevan a muchos jóvenes y adolescentes venezolanos a la prostitución en otros países, como si se tratara de una mercancía apetitosa. De verdad, ¿por qué el SEBIN no realiza una auténtica labor de inteligencia y contra inteligencia en nuestra región y en el país para detectar los males que golpean al pueblo y a sus responsables? Creo que se conseguirían con grandes sorpresas.

Debo decirle la verdad, como lo sugirió Bolívar en su poema desde El Chimborazo. La gente del pueblo está cansada, porque sigue siendo menospreciada. Hay represión de diverso tipo. Aunque no guste, la inmensa mayoría del pueblo, sufre una crisis de carácter humanitario. Se lo puedo atestiguar. No soy de los que está encerrado en oficinas, sino que camino por las comunidades, me encuentro con todos sin distinción. No ando rodeado de escoltas que portan armamento sofisticado para proteger al estado. Mi única escolta es la gente con la cual comparto y mi única arma la Cruz de Cristo. Y en todos los sitios donde voy, hablo, escucho y comparto. Ustedes hace mucho tiempo que no caminan libremente por en medio de la gente. ¿Por qué será? No hay que tenerle miedo al pueblo si de verdad uno forma parte de éL

Usted habla de diálogo. Siempre he sido defensor del diálogo, que requiere del encuentro, del reconocimiento del otro y de la corresponsabilidad en los acuerdos y soluciones que se presenten. Usted ha acudido nuevamente al Papa para que se garantice el diálogo. Además de no haberse cumplido con anteriores acuerdos, según lo indicaba el Cardenal Pietro Parolin en la misiva del 2 de diciembre del 2016, no vemos disposición para el autentico diálogo. Y no me refiero al del entablado o al que se quiere volver intentar, con las élites políticas del oficialismo y de la oposición. Hace muchos años hay un protagonista necesario del diálogo que ha quedado por fuera. Para que haya diálogo verdadero, hay que escuchar de verdad, con sinceridad, al mismo pueblo. Y eso ni se ha dado ni parece darse.

Si Usted escuchara al pueblo y su clamor, de verdad, se podrían dar pasos que podrían abrir las puertas para resolver la crisis, sin conflicto, sin violencia y sin derramamiento de sangre. Hay muchas cosas que el mismo pueblo ha venido diciendo. Lástima que haya habido oídos sordos para eso. Entre las muchas cosas que pide el pueblo hay tres que quiero destacarle para que entienda cómo sí se podría dar una solución a los problemas de nosotros los venezolanos. Siempre he sido consciente de que nosotros mismos podemos dar respuestas a nuestras dificultades e interrogantes. Entre esas cosas menciono las siguientes:

1) El pueblo le pide que escuche el clamor que proviene de sus sufrimientos, por el hambre, por la falta de medicamentos, por la hiperinflación, etc. Atrévase a escuchar a ese pueblo que quiere ser tratado con dignidad y justicia, pero en paz y sin revanchismos. Si Usted lo escuchara, podría sensibilizarse y así permitir que quienes quieren ofrecer una ayuda humanitaria, lo realicen: es el bien del pueblo, no el de un grupito lo que de verdad interesa. Pedir y recibir la ayuda de ese tipo no es ninguna traición a la patria; sino un deber moral a favor de la dignidad de las personas que no tienen medicamentos, alimentos y otros insumos necesarios. Atrévase a oír al pueblo venezolano. No impida la ayuda que podemos darnos entre nosotros y la que se pueda recibir de otros países e instituciones internacionales. No diga que no es necesario. Fíjese en algo delicado: a muchos sacerdotes y laicos, instituciones de esta región acuden silenciosamente un sinnúmero de oficiales de las Fuerzas Armadas, de los altos puestos del Gobierno, para que les podamos conseguir, en Cúcuta, medicinas para ellos o sus familiares, alimentos, etc. Ciertamente que no se lo dicen por miedo. Pero eso es verdad.

2) El pueblo le pide respeto a su condición, a su dignidad y a sus derechos. Es lamentable que numerosos hermanos nuestros deban emigrar del país para tratar de conseguir una mejor calidad de vida o cómo sostener a sus familias. Nuestra nación es rica y puede ser capaz de crear condiciones de vida que permitan a los ciudadanos ser gente honesta, progresista y constructora de futuro. Pero está siendo expoliada por quienes explotan irracional e inhumanamente las minas y otros rubros de la economía del país. Atrévase a mirarle los ojos a nuestros niños, a los adolescentes y a los ancianos, a los jóvenes y adultos: y descubrirá que se sienten abandonados, maltratados... Es hora de pensar en que la gente tiene dignidad y que ésta no le viene por pertenecer a un partido o por creer en una ideología, o porque recibe una bolsa de comida de vez en cuando... sino porque somos hijos de Dios. Y en este campo, todos somos iguales, llamados a la libertad y a la práctica de la caridad.

3) Debe escuchar al pueblo que está pidiéndole un cambio de orientación política. Le está pidiendo que se dé la posibilidad de una nueva dirección ¿Por qué no se arriesga a convocar a unas elecciones libres, con un nuevo CNE (constituido por representantes de todos los partidos políticos y por instituciones nacionales que tienen que ver con la academia, la economía, los obreros) y con la posibilidad de otros candidatos? Abra la puerta y póngase a un lado. La inmensa mayoría de los venezolanos está pidiendo que ya no siga al frente del Poder Ejecutivo. Es bueno recordar, al haber celebrado este 15 de febrero pasado 200 años del Congreso de Angostura, lo dicho por Simón Bolívar en su discurso: "El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política"

En estos momentos, nuestro pueblo carece de felicidad, tiene hambre y carece de estabilidad política. Arriésguese, y la historia será mucho más benigna con Usted.

Le hablo con la verdad en la mano. Lo dije al inicio. Lo hago sin ningún interés político ni económico. Lo hago desde mi pertenencia a un pueblo del cual me siento orgulloso en pertenecer. Sé que no le resultará cómodo lo que le he dicho. Lo hago con respeto, pero con la certeza de que estoy cumpliendo un deber. Ya el pueblo está cansado. El Papa Francisco nos ha invitado a evitar un derramamiento de sangre. Ello depende de Usted en gran parte. ¿Por qué quiere asustar al pueblo con tantas alcabalas en las carreteras? ¿Por qué en el eje fronterizo se han colocado tantos piquetes de militares para "impedir" la entrada de ayuda humanitaria? ¿Es que acaso esos militares no son pueblo? Ellos están para defender a los hombres y mujeres de Venezuela y no para reprimirlos. ¿Sus asesores e informantes no le han dicho que la gente está resteada? Evite el derramamiento de sangre; deje a un lado la persecución a los disidentes; escuche y sienta el padecimiento de un pueblo que quiere libertad y justicia, pero con dignidad y sin opresión. Usted suele hablar de las influencias del "imperio". Soy de los que creo que debemos reafirmar continuamente nuestra independencia y autonomía. Pero eso es válido también para aquellos países que quieren imponer en Venezuela una ideología que rompe con la integración latinoamericana, desvaloriza a la persona humana y destruye la grandeza de una sociedad. No nos sigan hablando del "mar de la felicidad" cuando estamos en medio de un océano de inquietudes, desesperanzas y destrucción.

Como le dije, es probable que el tenor de esta misiva no sea de su agrado. He hablado con la verdad y el corazón; también con respeto. Sí le pediría dos cosas: una es que le indique a sus seguidores que cuando critiquen o manifiesten sus desacuerdos con lo que le he dicho ni ofendan ni descalifiquen. Podemos estar en desacuerdo, y lo estamos; pero merecemos el respeto. Se ha hecho común defenderse con insultos y burlas y lo entiendo pues "de la abundancia del corazón habla la boca" como nos dijo el Maestro de Nazaret.

Lo segundo: Yo soy responsable de todo lo que he dicho. Así que no se tomen represalias, ni persecuciones, ni nada que atente contra la seguridad física, psíquica e integral de mi familia, de mis amigos allegados, de los sacerdotes ni de las comunidades que sirvo como pastor de la Iglesia. Espero poder seguir caminando libremente por las calles y caminos del Táchira y de Venezuela sin persecuciones. En todo caso, cualquier cosa que le acontezca a los mencionados y a mi persona será responsabilidad de quienes den la orden y de quien debe ser capaz de velar por la integridad de todos.

Aunque Usted no lo crea: le ofrezco una oración para que el Dios de la Vida, manifestado en Jesús de Nazaret, le dé la sabiduría y la luz del Espíritu para que tome la decisión más conveniente para Usted y para todo el pueblo venezolano. Ya se lo hemos señalado. Dé el paso.

+Mario Moronta R.,
Obispo de San Cristóbal.

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A MIS HERMANOS VENEZOLANOS MIEMBROS DE LAS FUERZAS ARMADAS BOLIVARIANAS DE VENEZUELA

 

Los saludo con el afecto que puede tener un venezolano hacia otro conciudadano. Además con la caridad de Cristo, presente desde el bautismo en nuestros corazones.

Vivimos momentos bien duros. Nuestro pueblo al cual Ustedes y Yo pertenecemos está pasando hambre, desolación, abandono e indefensión. Ustedes lo saben pues muchos de sus familiares se lo habrán dado a conocer.

Ustedes han prestado el juramento de defender a la patria y a sus instituciones. Pero ese juramento no significa que deben estar servilmente a la defensa de una parcialidad política. Es cierto que deben mantener y sostener el orden. Pero, al hacerlo han de respetar las leyes y el ordenamiento jurídico de la nación. Dicho juramento apunta a defender la dignidad, el protagonismo y los derechos de todos los ciudadanos del pueblo venezolano. Cumplan con sus obligaciones, pero sin olvidar que son miembros del pueblo al cual sirven. Nunca olviden esto. Por eso, les pido en el nombre del mismo Dios en el que la inmensa mayoría de ustedes creen que nunca levanten ni la voz ni las armas en contra de sus hermanos.

Corremos muchos peligros. Más que cuidar intereses particulares de unos, o los propios personales, más que permitir el contrabando en nuestra región, más que reprimir violentamente, sean constructores de la paz, como bien nos lo enseña el Señor Jesús. No se olviden de donde vienen: de sus hogares, de sus familias, de sus vecinos y compañeros, de sus amigos. ¿ Cómo quedaría la conciencia de ustedes si le dispararan al pueblo, cuándo lo atropellan con el abuso de autoridad? Acá podrán creerse superiores... pero un día deberán presentarse ante el juicio de Dios y allí estarán desnudos con su conciencia y ante un Dios que todo lo sabe y conoce.

Hoy hay que escuchar la voz del pueblo que, sencillamente, está clamando por que se le escuche, porque sea atendido, porque sea dignificado.

Es cierto el juramento de fidelidad a la constitución, de reconocimiento de sus autoridades... pero ese juramento también y sobre todo va dirigido a su pueblo. No dejen de sentirse pueblo, no dejen de acompañarlo, no dejen de protegerlo... Para eso hicieron de verdad el juramento como militares, policías, autoridades. Actúen en el nombre de Dios. En ese mismo nombre acompañen a su pueblo que quiere, repetimos, ser escuchado y que necesita una ayuda humanitaria que también les favorecerá a ustedes mismos con sus familias y cercanos.

En el nombre del Señor.

+Mario Moronta R.,
Obispo de San Cristóbal.

 

 

19/02/2019-09:47
Rosa Die Alcolea

Bolivia: El Papa acepta la renuncia al gobierno pastoral del vicariato apostólico de Reyes

(ZENIT — 19 febrero 2019).- El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral del vicariato apostólico de Reyes (Bolivia), presentada por Mons. Karl Bürgler,
redentorista, anunció la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en un comunicado emitido el lunes, 18 de febrero de 2019.

La Conferencia Episcopal de Bolivia informó —también el lunes 18— de que el Papa ha nombrado a Mons. Waldo Barrionuevo como Administrador Apostólico, hasta que se realice el nombramiento de un nuevo Vicario Apostólico.

La renuncia de Mons. Karl Bürgler corresponde al límite de edad de 75 años que establece el Código Canónico. Mientras tanto, Mons. Waldo Barrionuevo ya se desempeñaba como Obispo Auxiliar de ese Vicariato, señaló el portal Iglesia Viva, sistema de información de la Iglesia Católica en Bolivia.

 

Mons. Waldo Barrionuevo

Mons. Waldo Rubén Barrionuevo Ramírez, redentorista, nació en Oruro el 9 de septiembre de 1967.

Ingresó a la Congregación del Santísimo Redentor en 1989 e inició su formación como Postulante en Cochabamba; continuó en 1991 el Noviciado en Tupiza y, posteriormente, en Cochabamba, el estudio de Teología en 1992. Emitió la profesión religiosa en 1992. En Tupiza; un año de pastoral precedió la ordenación sacerdotal, celebrada en Cochabamba, el 25 de octubre de 1997.

En los años 1996-1999, fue Consejero extraordinario de la Provincia redentorista en Bolivia. De 1997 al 2000, fue miembro del Equipo misionero en Santa Cruz de la Sierra.

Por cuatro años a partir del año 2000, fue enviado a Oruro como colaborador del Maestro de Novicios y, posteriormente, del 2004 al 2006 se desempeñó como Maestro de Novicios.

En 2007, fue nombrado Administrador Parroquial de la Parroquia "Nuestra Señora de la Paz", en la ciudad de Cochabamba y del 2009 al 2010 dirigió como Superior el Equipo Misionero en Santa Cruz de la Sierra.

Frecuentó los cursos de Misionología en el Instituto Superior de Estudios Teológicos — ISET, en Cochabamba.

En el año 2010, fue enviado al Colegio San Alfonso de los Padres Redentoristas en Roma, y como alumno, en los años 2010-2012, frecuentó los cursos para la licenciatura en Teología Bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana y a partir del 2013, los cursos de Teología Dogmática en el mismo Ateneo.

Su ordenación episcopal se produjo, en la localidad de Reyes, el 14 de mayo de 2014.

 

 

19/02/2019-09:24
Antonio Rivero

Antonio Rivero: "Regla de oro del Cristianismo: perdonar"

 

SÉPTIMO DOMINGO TIEMPO COMÚN

Ciclo C

Textos: 1 Sam 26, 2.7-9.12-13.22-23; 1 Co 15, 45-49; Lc 6, 27-38

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: Amemos y perdonemos a nuestros enemigos. Esta es la regla de oro del cristianismo.

Síntesis del mensaje: Hoy toda la liturgia está permeada de misericordia. Bien nos hará profundizar en esta virtud, corazón del cristianismo. Cristo, en este discurso de la llanura, nos pide amor misericordioso sobre todo con los enemigos, algo muy difícil de practicar, porque el hombre por naturaleza es vengativo y rencoroso. Perdonar a nuestros enemigos, humanamente es imposible, pero si Dios pone alguna de las fibras de su corazón en el nuestro o si nos hace un "trasplante de corazón", sí podremos.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, David nos da ejemplo de gran magnanimidad —con los ojos de Cristo, diríamos de gran misericordia- con el rey Saúl. Lo tenía a tiro de piedra para acabar con él, por todo el mal que el rey por envidia le deseaba, aunque David nada malo le había hecho a Saúl. David venció el deseo de venganza, justificado humanamente, con ese gesto de magnanimidad. Por respeto y veneración al ungido de Dios, David supo perdonarlo. No quiere arriesgarse a que Dios le castigue por haber puesto la mano encima al consagrado del Señor. Por eso se contenta con llevarse la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl, y después grita desde lejos: "¡Rey!, aquí está tu lanza, manda uno de tus criados a recogerla". Este gesto de grandeza de alma de David, renunciando a la venganza, sin duda fue inspirado y premiado por Dios. Más tarde, el rey David tendrá necesidad de esa gran misericordia de Dios, porque pecó gravemente (2 Sam 11).

En segundo lugar, Jesús nos pide mucho más, respecto a nuestros enemigos. No sólo que renunciemos a responder a la violencia con la violencia, a las palabras violentas con palabras violentas, sino que los amemos y los perdonemos. Es la regla de oro del cristianismo. ¿Razones para perdonar a nuestros enemigos? Primero, son creaturas de Dios, como nosotros. Y muchos de ellos, por el bautismo, son hijos de Dios, y por lo mismo hermanos nuestros. Otro motivo: porque Dios nos ha perdonado y no nos trata según nuestros pecados (Salmo). El último motivo nos lo ofrece el Papa Francisco: "¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices" (Mensaje del Papa Francisco para la XXXI Jornada Mundial de la Juventud, 2016). Sigue el Papa: "El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza" (Vultus misericordiae, n. 10). El perdón es la única respuesta para romper la escalada de odio y represalias que nos tienta, tanto en el nivel de las relaciones políticas como en la vida eclesial y familiar. Nos aconseja de nuevo el Papa Francisco: "Cuánto deseo que (...) nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia" (Mensaje para la Cuaresma 2015).

Finalmente, reflexionemos en lo que Cristo nos dice: "La medida que uséis la usarán con vosotros". Debemos medir con una medida generosa, "colmada, remecida, rebosante" (evangelio). De este modo obtendremos que Dios nuestro Padre nos colme de sus gracias. Es un hecho, el hombre está llamado a amar y ser amado. No hay más remedio que amar, porque ninguno puede parar el tictac del corazón. Siquiera por minutos. Amar, sí. Ya sea, sacando del corazón a los hermanos pequeños del amor cristiano: un saludo, una amabilidad, un respeto, un detalle, un adiós. Y debemos enterrar las hermanas pequeñas del odio: la crítica, la mala cara, el sacarle la vuelta para no saludar al otro. Pero un cristiano no se conforma con dar a conocer los hermanos menores del amor. Tiene que dar a conocer también a los hermanos mayores de ese amor cristiano, que llamamos caridad: el perdón sincero y lleno de misericordia, el acercarnos al que nos hirió y darle un abrazo sincero, el hablar bien de quien sabemos que nos despellejó hace unos días o unos meses o unos años, el ayudar a alguien que maltrató a alguno de nuestra familia. Estos son los hermanos maduros de nuestra caridad cristiana. Son frutos del Espíritu Santo que sana nuestro corazón y anida en él estos maravillosos destellos de la caridad de Dios.

Para reflexionar: San Juan Pablo II supo perdonar a Ali Agca, asesino profesional, que quiso matarlo el 13 de mayo de 1981 con una Browning del calibre 9. Le disparó con una pistola, hiriendo al Santo Padre en el vientre, en el codo derecho y en el dedo índice. Fue llevado al hospital Policlínico Gemelli y la operación duró cinco horas y veinte minutos. Cuatro días después del atentado, en el mismo hospital, manifestaba: "Rezo por el hermano que me ha disparado, a quien sinceramente he perdonado". El Papa lo perdonó públicamente en su primer discurso después del atentado. Y pocos años más tarde en diciembre de 1983, el Papa lo visitó a la cárcel de Rebibbia, conversó con él y le otorgó el perdón. Yo, ¿hubiera hecho lo mismo? ¿Qué capacidad de perdón tengo?

Para rezar: Hoy nunca mejor que el himno de san Francisco de Asís:

Hazme un instrumento de tu paz
donde haya odio lleve yo tu amor
donde haya injuria tu perdón señor
donde haya duda fe en ti.

Maestro ayúdame a nunca buscar
el ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender
ser amado sino yo amar.

Hazme un instrumento de tu paz
que lleve tu esperanza por doquier
donde haya oscuridad lleve tu luz
donde haya pena tu gozo señor.

Maestro ayúdame a nunca buscar
el ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender
ser amado sino yo amar.

Hazme un instrumento de tu paz
es perdonando que nos das perdón
es dando a todos como tu nos das
muriendo es que volvemos a nacer.

Maestro ayúdame a nunca buscar
el ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender
ser amado sino yo amar.

Hazme un instrumento de tu paz

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

19/02/2019-15:58
Isabel Orellana Vilches

Santos Jacinta y Francisco Marto, 20 febrero

Mundialmente conocidos por ofrendar su vida pensando en los pecadores, bajo el influjo de María, estos pastorcitos portugueses, humildes y sencillos son un ejemplo de abnegación y sacrificio en defensa de la fe.

Junto con su hermano, el pequeño Francisco, y su prima Lucía, Jacinta compone la tríada de pastorcitos a los que se les apareció la Virgen María en Fátima. Francisco nació en Ajustrel el 11 de junio de 1908, y Jacinta vino al mundo en esa misma localidad el 11 de marzo de 1910. Lucía era la mayor, nació el 22 de marzo de 1907. Fue la superviviente de los tres. Falleció el 13 de febrero de 2005. Ella y los dos hermanos compartían confidencias, jugaban y rezaban unidos mientras cuidaban del rebaño. Lucía les hablaba de Cristo. El prodigio que aconteció con los niños se produjo entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. El lugar elegido por la Virgen para hacerse presente ante ellos fue Coya da Iría. Como les sucedió a otros videntes, los pastorcitos también sintieron su corazón henchido de amor por Dios y por la humanidad, disponiéndose a ofrecer sus sufrimientos para rescate de los pecadores.

Sus desdichas aparecieron desde el primer instante en el que hicieron partícipes a otros de la celeste visión. Fueron objeto de malas interpretaciones y calumnias, perseguidos y encarcelados. Pero todo lo soportaron con paciencia y humildad dando pruebas de heroica fortaleza, pese a su corta edad. En particular Francisco actuó con hombría cuando fueron amenazados de muerte, a menos que declararan falsas las apariciones. Él infundió valor a Jacinta y a Lucía. Los tres se mantuvieron firmes: «Si nos matan no importa; vamos al cielo». De forma específica se hizo patente su espíritu martirial cuando le engañaron llevándose a su hermana, a la que supuestamente iban a sacrificar: «No se preocupen, no les diré nada; prefiero morir antes que eso». También fue palpable su inocencia evangélica y candor en el transcurso de su enfermedad. Siempre deseó consolar a Dios y a la Virgen en los que le pareció entrever su tristeza: «¿Nuestro Señor aún estará triste? Tengo tanta pena de que Él este así. Le ofrezco cuanto sacrificio yo puedo», confió a su prima. El Padre se llevó tempranamente junto a Él a este pequeño santo el 4 de abril de 1919.

Su hermana Jacinta, impresionada también por la pavorosa visión del infierno, oraba por la conversión de los pecadores: «¡Qué pena tengo de los pecadores! ¡Si yo pudiera mostrarles el infierno!». Ella, como su hermano y su prima, no ahorró mortificaciones ni sacrificios. Las apariciones pusieron al descubierto su espíritu misionero. Así como Francisco experimentaba inclinación a consolar a Dios y a María, Jacinta quería convertir a las almas rescatándolas del infierno. El amor a Dios la devoraba: «¡Cuánto amo a nuestro Señor! A veces siento que tengo fuego en el corazón pero que no me quema». Obtuvo la gracia de ver los sufrimientos del Santo Padre, que narró a su hermano y a su prima. Entonces unieron sus oraciones y elevaron insistentes plegarias por él, a la par que ofrecían sacrificios.

Los dos hermanos fueron testigos de hechos prodigiosos realizados por mediación de María, que se hizo eco de sus súplicas. Cuando veían que la atención recaía en ellos por haber sido agraciados con las visiones, actuaban con la misma sencillez y humildad de siempre, huyendo de la notoriedad. En concreto Jacinta fue bendecida con apariciones de la Virgen de la que no fueron testigos ni Francisco ni Lucía. Ésta admiraba a su prima; la vio madurar después de haberse comprometido con María a ofrecer su vida y aficiones —como el baile que le agradaba sobremanera— por los pecadores. Antes se había dejado llevar por un carácter voluble y oscilante que según fuesen las circunstancias se tornaba en gozo o en llanto.

Cuando al paso de los años Lucía hizo memoria de su acontecer, manifestó: «Jacinta fue, según me parece, aquella a quien la Santísima Virgen comunicó mayor abundancia de gracia, conocimiento de Dios y de la virtud. Tenía un porte siempre serio, modesto y amable, que parecería traslucir en todos sus actos una presencia de Dios propia de personas avanzadas ya en edad y de gran virtud. Ella era una niña solo en años [...]. Es admirable cómo captó el espíritu de oración y sacrificio que la Virgen nos recomendó. Conservo de ella una gran estima de santidad». Otra de las características de Jacinta fue su devoción por el Sagrado Corazón de Jesús, unida a la que sentía por María, y una especial dilección por el Santo Padre al que tenía presente en su ofrenda personal y en las oraciones compartidas con su hermano y con su prima.

La Virgen había advertido a Francisco y a Jacinta que sus vidas serían breves. Ésta padeció mucho antes de morir por una llaga abierta en el pecho, producto de la pleuresía que se infectó por falta de higiene: «Sufro mucho; pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María», confió a su prima Lucía. En una aparición, María le aseguró que vendría a buscarla. Voló a los brazos del Padre en un centro hospitalario de Lisboa, donde la llevaron casi in extremis esperando que se recuperara, el 20 de febrero de 1920, a los 10 años de edad. Ambos hermanos fueron trasladados al santuario de Fátima. Al abrir el sepulcro de Francisco vieron que el rosario que colocaron sobre su pecho aparecía enredado en sus dedos. En cuanto a Jacinta, al trasladarla al santuario, 15 años después de su muerte, constataron que su cuerpo estaba incorrupto. El 18 de abril de 1989 Juan Pablo II declaró venerables a los dos hermanos. El 13 de mayo de 2000, en el transcurso de su visita a Fátima, los beatificó en presencia de Lucía, la tercera vidente. El 13 de mayo de 2017 Francisco los canonizó.