Tribunas
19/01/2018
Los buenos
Daniel Tirapu
Está muy de moda, decir: en esta vida basta con ser buena persona: amable, enrollado, con cierto discurso, leal, llorar mucho con los colegas, abrazarse, es algo pero es muy poco. Yo de más joven también me creía " bueno" respecto a lo que consideraba la media de los que me rodeaban y juzgaba mucho a los demás.
Escrivá en Camino es casi cruel con la imagen del chico bueno; “madera de santo”, no hay santos de madera y hace falta mucha obediencia al acompañamiento espiritual, a la gracia, luchar. Sin eso, esa madera será buena para un buen fuego.
Lo de ser bueno es muy relativo; con el tiempo he convivido con gente heroica, familias de porte y fondo, gente muy servicial sin ser servil y ya no te ves tan "bueno". Un discípulo le llama a Jesús, " Maestro Bueno" y Jesús le dice, porqué me llamas bueno, si bueno es sólo Dios.
No sé quién decía, "me asomé al alma de un hombre bueno y me dio miedo". El que juzga es el Señor, tampoco las comparaciones son buenas.
Un niño le pedía al buen Jesús: que los malos sean buenos y los buenos simpáticos.
Daniel Tirapu.