22.11.11

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Parte 2 – Aislamiento del adepto
Dependencia psicológica y emocional de la organización

En la entrega anterior señalabamos algunas de las características de las sectas destructivas, y entre ellas señalabamos la de exigir total adhesión al grupo y obligar bajo presión psicológica romper todos los lazos sociales anteriores con la entrada al culto. Señalabamos también como buscan vivir en comunidades cerradas en total dependencia del grupo, controlando la información que llega hasta sus miembros, manipulándola a su conveniencia. Esto lo logran los testigos de Jehová de varias maneras:
 

1. Aislamiento del adepto y dependencia del grupo

Para comprender como logran los testigos de Jehová esto hay que conocer la doctrina de la organización, para la cual todas las demás religiones, incluyendo el resto de las iglesias y denominaciones cristianas, ya sean la católica, la ortodoxa, o las protestantes, forman parte de Babilonia la Grande, la Gran Ramera. No escapan tampoco los gobiernos, ni sus instituciones que forman parte de lo que llaman este “sistema inicio de cosas”.
 

Es, en este contexto de polarización (bien-secta versus mal-sociedad) en el cual todo y todos los que no pertenecen a la secta forman parte del sistema inicio del que hay que apartarse. Mantienen una postura muy distinta a religiones abiertas como la Católica, donde el cristiano sin ser del mundo, pero estando en él, trabaja para «lograr que la ley divina quede grabada en la ciudad terrena» (GS 43) y «para instaurar el orden temporal de forma que se ajuste a los principios superiores de la vida cristiana» (AA 7). Para la organización en cambio, toda la política es “sucia[1] por lo cual los testigos de Jehová no se “mezclan” ni “ensucian” con ella[2].

Del ámbito familiar y social no vinculado a la organización se aíslan paulatinamente, pues celebrar cumpleaños, fiestas e incluso navidades pasa a ser pecado por ser de origen “pagano”.

Una vez que el individuo ya ha sustituido su anterior círculo social por uno compuesto casi exclusivamente por testigos de Jehová, incluyendo en ocasiones las relaciones de trabajo y comerciales, comienza la dependencia de la secta, debido a que la salida del adepto de la organización significa en la práctica la execración de éste del círculo social, al ser considerado un “apóstata”.
 

2. Apóstatas


Para la organización de los testigos de Jehová hay muchas razones por las cuales alguien puede ser considerado un apóstata. Entre algunas de las características que ellos mismos indican para identificarlos están:

· Falta de fe
· Falta de aguante ante la persecución
· Abandono de las normas morales correctas
· Hacer caso de “palabras fingidas” de falsos maestros y de “expresiones inspiradas que extravían”
· Tratar de “ser declarados justos por medio de ley”.
· Considerar de poca importancia la predicación de casa en casa
· Rechazar a sus representantes y su organización visible
· Rechazar cualquiera de las enseñanzas y doctrinas de la organización

Observe usted que no se requiere mucho para ser considerado apóstata. Basta por ejemplo que la persona no desee hacer la acostumbrada predicación de casa en casa para distribuir la literatura de la WatchTower para que ya haya un indicio de su apostasía. Puede bastar inclusive que el adepto no considere que esté viviendo los últimos días, para ser expulsado.

“Aun profesando tener fe en la Palabra de Dios, puede que los apóstatas desatiendan su servicio a Dios al considerar de poca importancia la obra de predicar y enseñar que Él encargó a los seguidores de Jesucristo”[3]


En resumen, podríamos decir que ellos consideran apóstatas a todo aquel que fue testigo de Jehová y ya dejó de serlo:
 

Los que abandonan voluntariosamente la congregación cristiana se convierten en parte integrante del “anticristo”. (1Jn 2:18, 19.). Como en el caso de los israelitas apóstatas, también se predice destrucción para los apóstatas de la congregación cristiana”[4]

El “apostata” como un ser malvado

 

De esta manera, una vez que la persona es considerada apóstata, es identificada esencialmente con alguien “malvado”, un “paria”, de ser “la mismísima escoria de la sociedad[5], “inmundo”, “mentiroso”, “injurioso”, que frecuentemente terminará como un “borracho”, “de conducta relajada” y “fornicario”.
 

“Después de haber cedido a obras de la carne como “enemistades, contiendas, celos, enojos, altercaciones, divisiones, sectas,” los apóstatas a menudo llegan a ser víctimas de otras obras de la carne tales como “borracheras,” “conducta relajada” y “fornicación” (Gál. 5:19-21) Pedro nos advierte acerca de los que “menosprecian el señorío” por medio de despreciar el orden teocrático, que “hablan injuriosamente” de aquellos a quienes se les ha encomendado responsabilidad dentro de la congregación cristiana y así ‘abandonan la senda recta.’ Dice que “las condiciones finales han venido a ser peores para ellos que las primeras”[6]


En sus distintas publicaciones no dejan ni siquiera la posibilidad de pensar que aquel que los abandona está “errado” de buena fe, y siempre asumen o que tiene mala intención o que son inmundas espiritualmente:
 

“Frecuentemente los apóstatas apelan al egoísmo, y afirman que se nos ha privado de nuestras libertades, entre ellas la libertad de interpretar por nosotros mismos la Biblia. (Compárese con Génesis 3:1-5.) En realidad, lo único que ofrecen estas personas que quieren contaminarnos es un regreso a las enseñanzas repugnantes de “Babilonia la Grande”… Es verdad que estas personas de habla halagüeña quizás tengan una apariencia exterior de limpieza, en sentido físico y moral. Pero por dentro son personas inmundas en sentido espiritual, pues se han dado a pensar con arrogancia e independencia”[7]

El “apostata” como un ser digno a ser odiado


Observe como en el siguiente texto de la revista Atalaya, toman un texto del Antiguo Testamento para dar a entender que si David odiaba con odio completo a los impíos, la misma actitud deberían tener ellos con los “apostatas”
 

“Odiemos la religión falsa y la apostasía
La obligación de odiar el desafuero también aplica a toda la actividad de los apóstatas. Nuestra actitud hacia los apóstatas debería ser como la de David, quien dijo: “¿No odio yo a los que te odian intensamente, oh Jehová, y no me dan asco los que se sublevan contra ti? De veras los odio con un odio completo. Han llegado a ser para mí verdaderos enemigos”. (Salmo 139:21, 22.) Los apóstatas de tiempos modernos han hecho causa común con “el hombre del desafuero”, el clero de la cristiandad. (2 Tesalonicenses 2:3.) De modo que, como testigos leales de Jehová, no tenemos nada en común con ellos”
[8]


Con textos como estos no es de extrañar que hayan sido acusados en distintos países de fomentar el odio religioso. En el Reino Unido por ejemplo, comenzaron a ser investigados en el mes de Septiembre del presente año (2011) por este motivo al identificar a los apóstatas como “enfermos mentales”. La noticia fue difundida por varios medios de comunicación, y puede leer un resumen de lo acontecido en el portal de noticias Infocatólica[9].

En Francia han sido reconocidos no solo como secta, sino como una de las más peligrosas del país a raíz del informe parlamentario Gest-Guyard, a raíz del cual el Ministerio de Hacienda francés reclama a los Testigos de Jehová 303 millones de francos (49 millones de dólares) por impuestos no pagados durante años. La situación en Rusia también es delicada por causas similares.
 

Actitud para con el “apostata”


Una vez que la organización ha adoctrinado a sus miembros, para considerar que aquel que ha abandonado el grupo, es un enemigo que quiere pervertirlos, ya les ha preparado para rechazar al expulsado de manera que quede totalmente aislado. Si alguien por pura compasión no sigue estos lineamientos, ya sea que le salude o converse con él, se expone también a ser expulsado por considerársele cómplice:
 

Decir un sencillo ¡Hola! a alguien puede ser el primer paso que lleve a una conversación y tal vez hasta a una amistad. ¿Quisiéramos dar ese primer paso respecto a una persona expulsada?[10]

“El hecho de que [los testigos de Jehová] rehúsan tener compañerismo con la persona expulsada en todo nivel espiritual o social refleja lealtad a las normas de Dios[11]

“Actitud para con los apóstatas

Los cristianos han de ser hospitalarios, pero no para con los que apostatan de la fe verdadera (1 Pedro 4:9)…

Además, si un siervo dedicado de Jehová acogiera en su hogar a dicho maestro engañoso, se haría “cómplice” de las “malas acciones” de dicha persona (Versión Popular). Por lo tanto, ningún leal testigo de Jehová del día moderno saludaría a un apóstata expulsado o desasociado ni permitiría que tal persona usara su hogar cristiano como lugar desde donde esparcir error doctrinal. Ciertamente constituiría una grave responsabilidad ante Dios el que un creyente extendiera hospitalidad a un apóstata y esto resultara en la muerte espiritual de un compañero adorador de Jehová. (Compare con Romanos 16:17, 18; 2 Timoteo 3:6, 7.)

Algunos que sirvieron en el pasado como testigos de Jehová han rechazado diversos puntos de vista bíblicos que se basan en las enseñanzas de Jesucristo y sus apóstoles. Por ejemplo, insisten en que no estamos viviendo en los “últimos días”, a pesar de la gran cantidad de pruebas que hay de que sí estamos viviendo en ellos (2 Timoteo 3:1-5). Estos apóstatas ‘han salido de entre nosotros porque no son de nuestra clase’ (1 Juan 2:18, 19). … dichos herejes egoístas no tienen “participación” con el Padre ni con el Hijo, prescindiendo de cuánto se jacten de tener una relación íntima con Dios y Cristo. Más bien, están en la oscuridad espiritual (1 Juan 1:3, 6). Los amadores de la luz y la verdad tienen que mantenerse firmes contra estos promotores de enseñanzas falsas. Los leales testigos de Jehová no quieren ser cómplices de manera alguna en las “malas acciones” de estas personas infieles por medio de apoyar de modo alguno sus palabras y actividades impías. En vez de eso, ‘luchemos tenazmente por la fe que una vez para siempre fue entregada a los santos’. (Judas 3, 4, 19.)”
[12]

Trato para el familiar “apostata”


Ni siquiera en el caso de los familiares el expulsado de salva de ser rechazado. Si el expulsado es un familiar cercano (padre, madre, hijo), se les enseña a no tener compañerismo espiritual con él:
 

“De modo similar, si un pariente, como algún padre, o madre, o hijo o hija, ha sido expulsado o se ha desasociado, los vínculos consanguíneos y familiares permanecen en vigor. Entonces, ¿quiere decir eso que cuando a un miembro de la familia se le expulsa todo permanece igual dentro del círculo familiar? Definitivamente no. El expulsado ha sido cortado de la congregación en sentido espiritual; los vínculos espirituales anteriores han sido rotos por completo. Esto es cierto aun respecto a los parientes del expulsado, entre ellos los de su círculo familiar inmediato o cercano. Por eso, los miembros de la familia —aunque reconocen los vínculos familiares— ya no tienen compañerismo espiritual con el expulsado[13]


Si se trata de un familiar que vive fuera del círculo familiar, recomiendan eliminar de ser posible todo el contacto:
 

“….si el expulsado o desasociado es un pariente que vive fuera del círculo familiar y el hogar inmediatos. Pudiera ser posible eliminar casi todo contacto con tal pariente. Aun cuando hubiera ciertos asuntos de familia que exigieran comunicación, ciertamente esto se mantendría al mínimo…”[14]


El impacto psicológico y emocional que sufren algunos individuos que han tenido toda una vida dentro de la organización, y que tienen allí familiares y amigos puede llegar en algunos casos a ser enorme. De esta manera logran dos objetivos típicos de cualquier organización sectaria:

· Aislar a los miembros fieles de la influencia de los alejados por medio de la satanización de los mismos o del temor de ellos sufrir el mismo destino de los disidentes.
· Presionar al disidente para que se reintegre al grupo amoldándose a las exigencias de la organización.
 

Aislamiento de cualquier influencia
no controlada por la organización


Habíamos dicho que una de las características de las sectas destructivas para mantener un férreo control de los miembros era controlar la información que llega hasta ellos, manipulándola a su conveniencia, al mismo tiempo que intentan limitar su libertad para que no reciban influencia fuera de ella.

Por supuesto, no se pretende cuestionar aquí la prudencia que debe tener un cristiano por apartarse de influencias perjudiciales para su fe, sino al carácter sectario que en este caso llega a extremos de prohibir a sus miembros incluso tener curiosidad por las objeciones que hacen aquellos que califican de “apóstatas”, o inclusive compartir con otros testigos de Jehová a través de Internet y crear grupos para tal propósito.

El hecho de que un testigo de Jehová no tenga derecho ni siquiera a participar en grupos de Internet dedicados exclusivamente a testigos de Jehová, es una muestra de la inseguridad que tiene la organización respecto a perder el control que tiene sobre sus miembros.
 

“Sitios en la Red auspiciados por “testigos de Jehová”. Tomemos por caso algunos sitios de Internet creados por personas que dicen ser testigos de Jehová…. Sin embargo, ¿qué certeza hay de que esos contactos no los hayan preparado apóstatas?”[15]


De esta manera se cierra el cerco, prohibiendo inclusive pensar o tener curiosidad sobre puntos de vista opuestos a la organización.
 

“¿Por qué es peligroso tener curiosidad por conocer las acusaciones de los apóstatas?
Como siervos leales de Jehová, ¿por qué querríamos siquiera echar un vistazo a la propaganda de los que han rechazado la mesa de Jehová y que ahora golpean verbalmente a los que nos ayudan a ingerir “palabras saludables”? … Nunca prestemos atención a lo que dicen o hacen los apóstatas….”
[16]

“¿Cómo podemos protegernos de los engaños de los apóstatas? Siguiendo este consejo de la Palabra de Dios: “Vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y [evítenlos]” (Romanos 16:17). Los ‘evitamos’ al no prestar oído a sus razonamientos, sea que los expresen en persona o mediante la letra impresa o Internet. ¿Por qué adoptamos tal postura? En primer lugar, porque la Palabra de Dios lo manda, y sabemos que Jehová siempre desea lo mejor para nosotros (Isaías 48:17, 18). En segundo lugar, porque amamos a la organización que nos ha enseñado las preciosas verdades que tanto nos distinguen de Babilonia la Grande”[17]

Evitar todo contacto con estos opositores nos protegerá de su modo de pensar corrupto. Ahora bien, exponerse a las enseñanzas apóstatas a través de los diferentes medios modernos de comunicación es tan perjudicial como recibir al apóstata mismo en casa. Nunca debemos permitir que la curiosidad nos haga actuar de un modo tan calamitoso (Proverbios 22:3)”[18]


Ver Parte I – Definición de secta y características de las sectas destructivas

NOTAS

[1] El hombre al umbral, año 1975, pág. 325-348.

[2] A este respecto escriben: “…los 138 miembros de la organización de las Naciones Unidas saben que los testigos de Jehová no se han mezclado y ensuciado en la política sucia de este mundo y no han tratado de montar sobre la “bestia salvaje” simbólica de color escarlata que tiene siete cabezas y diez cuernos”

[3] Perspicacia, volumen I, 1991, pág. 158-159

[4] Ibíd.

[5] La Atalaya, 15 de Diciembre de 1977, 747

[6] La Atalaya, 15 de Febrero del 2004, pág. 15-20

[7] La Atalaya, 1 de Noviembre de 1987, pág. 15-20

[8] La Atalaya, 15 de Julio de 1992, pág. 8-13

[9] Investigan en el Reino Unido si los testigos de Jehová incitan al odio religioso

[10] La Atalaya, 15 de Noviembre de 1981, pág.19

[11] La Atalaya, 15 de Noviembre de 1981, pág.16

[12] La Atalaya, 1 de Octubre de 1983, pág. 20-25

[13] La Atalaya, 15 de Abril de 1988, pág. 26-31

[14] Ibíd.

[15] Nuestro Ministerio del Reino, Noviembre de 1999, pág. 3-6

[16] La Atalaya , 1 de Julio de 1994, pág. 8-13

[17] La Atalaya, 15 de Febrero del 2004, pág. 15-20

[18] La Atalaya, 1 de Mayo del 2000, pág. 8-12