REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

VACUNAS COVID: NADIE QUIERE CARGAR CON LA RESPONSABILIDAD

 

 

 

Gervasio Portilla | 18.04.2024


 

 

 

Después de tanto sufrimiento, muertes y de tantas medias verdades y mentiras, sobre los efectos secundarios de las vacunas COVID, como se está investigando en medio mundo, en España, nuestros dirigentes que mañana, tarde y noche nos hablaban de unas vacunas seguras, cuando en realidad no se había comprobado suficientemente, ahora, quieren “escurrir” su grave responsabilidad.

Publicaba, el digital THE OBJETIF, en una información de Lidia Ramírez, que el Ministerio de Sanidad, se desentiende de las víctimas de las vacunas Covid y rechaza ahora, la responsabilidad de la Administración, incluso con un dictamen de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, que ha certificado por primera vez la relación de causalidad entre la vacuna Spikveas-Covid 1 de Moderna y la miocarditis.

Después de la dificultades impuestas de manera injusta y vergonzosa con los pasaportes Covid, que nos negaron innecesariamente la movilidad, la Administración dice que: “El ciudadano que recibe voluntariamente una asistencia sanitaria deber de asumir los efectos derivados de la misma si prestó su consentimiento informadoˮ.

El dictamen es relativo a los hechos ocurridos, a un ciudadano que se vacunó contra COVID 19, tras la imposición del certificado Covid digital en todo el territorio nacional, con la premisa de que era una vacuna segura y eficaz.

La persona en cuestión tuvo que ser ingresada con un cuadro muy grave en la UCI, tras su estabilización durante varios días en el hospital, el diagnóstico final fue epicardio parcheado en los segmentos con edema, hallazgos que eran compatibles con miocarditis aguda y una probable reacción vacunal a la vacuna Covid19, como fue afirmado por los médicos en sus informes.

Es decir, después de las grandes campañas para la vacunación, por cierto de una vacuna con una mínima capacidad de inmunización como se ha demostrado, se han producido, miles de casos, con efectos secundarios de todo tipo: infartos, miocarditis, muertes súbitas, trombosis; muchas muy difíciles de demostrar; ahora en España, nadie quiere saber nada, todo lo contrario que en Estados Unidos, Alemania y otros países donde se está abriendo paso la verdad y se están realizando investigaciones muy serias.

Ni los políticos, que engañados o no daban ordenes, ni los grandes comunicadores y medios han pedido perdón de tanto engaño y tanta mentira.

Sin duda, aunque no se quiere reconocer todavía, estamos ante uno de los grandes escándalos más graves de la historia, al tiempo y por cierto sobre su conciencia recae tanto daño realizado.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista