REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

EL SER HUMANO, ÚNICO E IRREPETIBLE

 

 

Gervasio Portilla | 18.01.2021


 

 

 

El ser humano es único e irrepetible, por lo tanto, su dignidad como persona debe de ser respetada.

No son sin embargo, tiempos para el respeto humano, sino más para la dictadura social que a través de diferentes fórmulas se abre paso en una sociedad, que no reconoce su propio ser y su responsabilidad individual y por supuesto su propia libertad.

Se esta propiciando a través de gran parte los medios de comunicación y de la clase dirigente, una justificación de la cesión de derechos individuales a los diferentes gobiernos.

Se cede nuestra autonomía personal, nuestra salud, nuestra voluntad, es decir, se quiere establecer un especie de “cárcel” psicológica y hasta física para cada individuo, bajo el falso pretexto de que siempre es por el supuesto bien de la humanidad.

Es en realidad, una especie de “Estado totalitario”, que te dice lo que tienes que pensar, consumir, inocularte, etc..., para ser un buen ciudadano.

En realidad, es el “modelo chino”, que parece les ha gustado a los dirigentes mundiales y al globalismo para ellos seguir dominando todo y conseguir una sociedad sumisa.

Mientras, millones de pequeñas empresas y particulares, se arruinaban debido a las restricciones del COVID, los grandes fondos con inversiones en las industrias farmacéuticas y en los medios de comunicación, obtenían unos resultados “record”.

Así el famoso fondo BLACK ROCK, consiguió aumentar sus beneficios en el año 2021, nada menos que un 20 por ciento respecto al año anterior, llegando a los 5.901 millones de dólares, sin duda una parte del beneficio obtenido, es fruto de la especulación.

Se está produciendo una transferencia continua de capital, de las clases populares y las clases medias a una élite financiera, cada vez más pequeña y más poderosa, controlando todo e interviniendo indirectamente en las decisiones de gran parte de los Gobiernos.

Se demuestra así, que a través de dominio sobre el ser humano, se consigue el enriquecimiento de unos pocos y la ruptura de las clases medias, que tanta estabilidad han dado y que en pos de unos intereses oscuros y peligrosos se quiere eliminar. Todo un plan, que no quieren que veamos, aunque cada vez es más evidente.

En realidad, es un proceso de la destrucción del ser humano y su conversión en una especie de esclavo de las supuestas élites.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista