REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

NADIE DIMITE

 

 

Gervasio Portilla | 05.10.2021


 

 

 

La declaración por parte del Tribunal Constitucional, como inconstitucional el cierre del Congreso y el Senado, en cualquier país de nuestro entorno hubiera sido suficiente para que el Ejecutivo hubiera dimitido y se hubieran convocado elecciones.

Este Gobierno, ha vulnerado continuamente derechos fundamentales del estado de derecho, con un desprecio a libertad más propio de un Gobierno totalitario.

Es verdad, que también en algún país de nuestro entorno, algunos ejecutivos han utilizado la pandemia para dejar poco menos que bajo mínimos el sistema democrático, pero ello no merma en absoluto la gravedad de todo un proceso que nos ha hecho retroceder a tiempos casi desconocidos.

La vulneración en demasiados países, de derechos fundamentales, tanto colectivos como individuales, es una corrupción democrática de suma gravedad y muy peligrosa para el futuro.

Los ciudadanos se han visto aprisionados en sus derechos, con la descarada colaboración de una gran parte de los medios de comunicación, que en vez de ejercer la función social de defender el sistema democrático en su conjunto, han sido colaboradores necesarios en el sometimiento de derechos básicos.

La democracia está en serio peligro en el mundo, se han abierto grandes boquetes, que han llevado al hasta ahora llamado “mundo libre” a una espiral de “locura” que hace peligrar en su esencia los sistemas de garantías de derechos y libertades, todo ello cubierto bajo una especie de paraguas de supuesta protección de la salud.

El engaño y la manipulación de las masas, ha sido una tentación permanente de gobernantes y dirigentes a lo largo de la historia, pero en un mundo globalizado el riesgo aún es mayor.

Por ello la sentencia del Tribunal Constitucional, debida al recurso de VOX es un claro de esperanza, y una vergüenza más para los llamados partidos mayoritarios que precisamente debieran ser, los más preocupados en la defensa de las libertades, los ciudadanos debiéramos tomar nota de todo ello y no dejar nuestra libertad en manos de aquellos que no respetan las leyes.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista