REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

TAPARSE LA CARA

 

 

Gervasio Portilla | 03.04.2021


 

 

 

Es posible que el Gobierno quiera que nos tapemos parte de la cara en cualquier lugar, para que al propio Gobierno y los que le apoyan, no sean reconocidos entre el resto de los mortales, por la “caradura” con perdón de algunos.

Tapándose media cara, evitan que se pueda distinguir bien a aquellos que toman medidas absurdas y que mienten cada tres palabras, engañando a los ciudadanos.

Es mejor que sigan con la cara cubierta, no vaya a ser que alguna persona en situación desesperada o en locura transitoria, cometa el desvarío de darles un “bofetón” dialéctico  lo que sería obviamente, algo que nadie que quiera el bien y la convivencia deba hacer y que por supuesto no patrocinamos y por supuesto condenamos totalmente.

Es decir, obligar a llevar la mascarilla en la costa con la brisa del mar, o en el monte o con una distancia de diez metros de otras persona, es algo tan absurdo como querer asar la mantequilla o tratar de recoger agua con un coladero.

Sólo desde el insulto al sentido común, el desprecio a los derechos humanos y a la propia dignidad de la persona se puede dictar tal orden.

Me pregunto si los Colegios de Médicos, no tienen nada que decir, o es que ya están en trámite de disolución y siento decirlo, por no servir para dar consejos sensatos, defender con ideas comprensibles la salud de la población y combatir cualquier exceso o desatino. Si ante esto se callan su credibilidad habrá desaparecido.

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista