NUESTROS AUTORES

Sánchez Dragó y José Manuel de Prada

 

Gervasio Portilla | 26.09.2013


Que los señores Sánchez Dragó y José Manuel de Prada, se permitan el lujo de criticar al Santo Padre, el Papa Francisco, por defender el Evangelio y defender a los débiles, no debiera de extrañarnos, pues el Evangelio interpela y estas personas que "pululan" por las tertulias y cenáculos de un Madrid decadente en lo intelectual, acusan el golpe; vamos, el terremoto religioso y social y la esperanza de un mundo distinto que predica el Santo Padre.

Los cambios en la Iglesia española, van a tener muchas dificultades, muchas incomprensiones, muchas zancadillas por conseguir otras formas, maneras y mensajes; lejos del ordeno y mando.

Todos somos necesarios en esta hora, no se trata de apartar a nadie sino de sumar y buscar la comunión, una comunión que principalmente debe estar basada en los mandatos del Evangelio y no en otros intereses.

A pesar de todo, Sánchez Dragó y José Manuel de Prada, son hijos de Dios y como tal hay que respetarles; pero una cosa es respetar y otra muy distinta admitir sus apreciaciones y comentarios.

De todo tiene que haber en la viña del señor.

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista