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Subsaharianos

 

¿Quiénes los traen hasta nuestras costas?

 

 

 

Francisco Rodríguez Barragán | 01.08.2018


 

Todos los días llegan a nuestras costas un número creciente de personas procedentes de la llamada África subsahariana o África negra, sin salida al Mediterráneo. Son países ricos en materias primas que fueron explotados por los europeos que los colonizaron y que al llegar la descolonización, que se hizo rematadamente mal,  se dio vida a oligarquías nacionales que no buscaron sacar a sus países de la pobreza sino continuar la explotación de la gente.

Como partieron de la división territorial que hicieron los países europeos que se repartieron África, se encontraron dentro de muchos de esos países distintas etnias que pronto se enzarzaron en un sinfín de guerras tribales, seguramente instigados por los antiguos colonizadores que seguían buscando sus propias ganancias.

Pienso que es fácil entusiasmar a la gente joven de estos países con el paraíso europeo y las mafias, siempre dispuestas a hacer negocio, han organizado un sistema de transporte, previo pago de su importe, para llegar al Mediterráneo y saltar a Europa. No es creíble que crucen el desierto andando para llegar a Marruecos y desde allí cruzar el mar o saltar la valla de Ceuta.

Claro que estas mafias del transporte de personas tienen que asegurar la llegada de la clientela. Si varias expediciones sucumbieran en el mar disminuirían sin duda los expedicionarios que, recuérdese, pagan un caro pasaje, quizás sufragado por sus familias.

Como estos mafiosos suelen ser más avisados que nuestros “humanitarios gobernantes” ya se encargan de contactar con ONGS que salgan al rescate de la gente y si alguno se ahoga la culpa será de nuestro gobierno, “que no se cuida suficientemente de los derechos humanos de estos emigrantes”.

Los inútiles organismos internacionales, como la ONU, no son capaces de trabajar por el desarrollo del África negra. Quizás piensan que para terminar con la pobreza lo más eficaz es matar a los pobres, por eso el interés humanitario de estos tinglados es repartir preservativos y exigir la legalización del aborto. Esta gente está mal porque tiene muchos hijos y se quedan tan tranquilos.

Pero no hacen nada para conseguir unas relaciones comerciales justas, ni por terminar los conflictos tribales, ni la esclavitud, ni el tráfico de armas…

Visto desde otro ángulo una España y una Europa envejecidas, es la ocasión de utilizar el medio lento pero seguro de irlas haciendo desaparecer sustituyendo una población por otra. Quien se dé cuenta de ello pues a silenciarlo por todos los medios, colgándoles el sambenito xenófobos o de fachas. Ahí están dos naciones: Polonia y Hungría que se resisten a someterse a las directrices de “estos más altos y severos organismos” Unión Europea y ONU.

Esto de los más altos y severos organismos me trae a la memoria la Cárcel de Papel de aquella, en mi opinión, magnifica revista La Codorniz de Tono, Mihura, Kalikatres y Álvaro de la Iglesia, entre otros, cuyo lema era “donde no hay publicidad resplandece la verdad”.

El papel del reino de Marruecos en todo esto sería digno de desentrañarlo. Leo que allí están ahora Rodríguez Zapatero y Moratinos, preparando la visita del Gran Hermano Pedro Sánchez. Seguro que ellos lo arreglan, ¿no?.

 

Francisco Rodríguez Barragán