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La aceptación social del aborto

El informe del Instituto de Política familiar del que pocos hablan

 

Francisco Rodríguez Barragán | 04.02.2017


 

El Instituto de Política Familiar (IPF) es una entidad civil independiente, de carácter no lucrativo. No vinculada a las administraciones públicas ni a partidos políticos ni organizaciones religiosas que tiene como objetivo la promoción y defensa de la institución familiar así como de sus componentes, mediante la sensibilización de la sociedad y de los poderes públicos, la generación de propuestas y proyectos de cooperación y el fomento de la coordinación para estos fines entre instituciones y asociaciones familiares de ámbito nacional e internacional, que viene emitiendo y ofreciendo de forma periódica  informes sobre la situación de la familia.

El último informe emitido se refiere a El aborto en España 1985-2015, es decir desde aquella ley de 1985 que lo introdujo mediante la reforma del código penal, que lo despenalizó en tres supuestos, pasando en el 2010 en que se aprobó, bajo el gobierno de Rodríguez Zapatero, una ley orgánica que lo hizo pasar de delito despenalizado al aborto libre considerado como derecho.

En el periodo 1985-2015 se han superado los 2.100.000 En el año 2015 se registraron nada menos que 94.188 abortos, es decir 11 abortos cada hora. Esta cifra escalofriante no parece inquietar a la población que lo asume todo con normalidad, incluso el hecho de que cada vez hay más mujeres que abortan repetidas veces.

¿Qué juicio moral nos merece la masiva eliminación de los niños en gestación? Parece que la mera existencia de la ley que considera el aborto un derecho nos exime de cuestionarnos la cuestión.

He recordado a Hanna Arent que, respecto al genocidio nazi, habló de la “banalidad del mal”. Como se habían dictado leyes que ordenaban la eliminación de los judíos, la gente obedecía tales leyes y si se ordenaba a los funcionarios la “solución final” pues se aplicaba, estudiando la forma de hacerla más barata y más efectiva.

Ni el gobierno de Aznar ni el de Rajoy tomaron ninguna decisión al respecto, al parecer porque no encontraban motivo para abrogarlas ni modificarlas. Si la gente estaba aceptando la interrupción voluntaria del embarazo como un método más de contracepción, pues dejémoslo así y si alguno del partido muestra su disconformidad pues se elimina de las listas  electorales y se acabó. Había que presentarse como modernos, progresistas, tanto o más que los socialistas y hacer realidad lo que dijo una diputada: quien esté contra el aborto no cabe en el PP.

Cuando la población envejece sin relevo generacional, han empezado a inquietarse levemente pero confían que ya se arreglará con la emigración o con el negocio de los vientres de alquiler.

La familia como base de la sociedad, padre-madre-hijos, está desapareciendo, gracias a las facilidades de disfrutar el sexo sin obligaciones. El divorcio exprés de Zapatero ya está obsoleto, basta solo con juntarse, vivir en pareja, el matrimonio va siendo cosa del pasado, solo parece existir para los homosexuales que  quieren ser lo que nunca podrán ser.

Ayer escuché en algún noticiario la enérgica condena por la muerte a tiros de ¡unos perros! Parece claro, la sociedad no se inquieta por los 100.000 niños a los que se impide nacer pero tiene una gran sensibilidad respecto a los perros y demás animales. Para ver cosas estar vivo que decía mi abuela.

 

Francisco Rodríguez Barragán