Fe y Obras

Lo que más debería importarnos

 

 

17.09.2015 | por Eleuterio Fernández Guzmán


Es bien cierto que los seres humanos creyentes o, lo que es lo mismo, aquellos que sabemos que Dios existe, que es nuestro Creador y nuestro Padre y que, en fin, estamos aquí para volver de nuevo a su definitivo Reino, estamos en el mundo.

Cristo dijo, sin embargo que, aun siendo del mundo, no somos de este mundo.

Esto pudiera parecer algo extraño. Sin embargo, también le dijo a Herodes que su Reino no era de este mundo. Y no lo decía por decir sino porque, en efecto, no lo era.

Nosotros, las más de las veces, tenemos preocupaciones humanas. No es raro esto. Es cosa nuestra porque somos seres humanos. Pero debemos mirar para otro lado porque nos conviene del todo.

Sobre esto también dijo el Mesías que no debíamos preocuparnos tanto de las cosas mundanas. Y es que, según Él (y es verdad esto) aquí, en el siglo, hay ladrones que pueden robarlas y polillas que pueden acabar con ellas.

Sin embargo, hay un lugar, sitio espiritual o destino, donde eso no pasa. Y ahí es donde debemos poner nuestro corazón y ponernos manos a la obra para tratar de llegar al mismo.

Hablamos, sin duda alguna, del Cielo.

Se puede decir que nadie ha ido y ha vuelto para contar cómo es. Sin embargo, eso no es cierto del todo.

Sabemos que Cristo fue y volvió, en un principio, para hablar con muchos de sus discípulos y, luego, ascender al lado del Padre y enviarnos el Espíritu Santo para que nos enseñara. Pero también hay experiencias de seres humanos que dicen haber estado en el Cielo. Es más, hay muchos santos y beatos que nos han informado de lo que es el Cielo y de lo que vale la pena allí llegar: estar Dios para gozar de la Visión Beatífica y de la Bienaventuranza.

Las cosas del mundo son importantes porque vivimos en él. Sin embargo, nunca deberíamos olvidar que Dios nos espera y que es en el Cielo donde nos espera. Llegar allí es cosa nuestra (ya dijo San Agustín eso de que Dios no nos salvará sin nosotros… si no queremos quería decir)

Tenemos, pues, una gran tarea que llevar a cabo. Es, además, la que más nos conviene. Vamos, la única que nos conviene.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net