Fe y Obras

¡Oiga, las cifras cantan!

 

 

21.02.2014 | por Eleuterio Fernández Guzmán


“En la última declaración de la Renta, correspondiente al IRPF 2012 (Campaña de la Renta 2013) se ha incrementado el porcentaje de declaraciones a favor de la Iglesia católica, pasando del 34,83% del año pasado al 34,87 % en este ejercicio.

Las declaraciones a favor de la Iglesia católica han sido 7.339.102, lo que supone que la cantidad total recaudada por Asignación Tributaria es de 249.051.689 euros, casi dos millones de euros más que el año anterior. Teniendo en cuenta que 1 de cada 5 de las declaraciones son conjuntas, se puede estimar que en torno a 9 millones de declarantes asignaron a favor de la Iglesia, aproximadamente 900.000 más de los que asignaban en el año 2006.”

Esto aquí traído es lo que nos han dicho nuestros pastores de la Conferencia Episcopal Española acerca de la declaración de la Renta y la relación que tiene la misma con la Iglesia católica a través de la famosa casilla que puede ser señalada por parte del contribuyente para que un tanto por cien (0’7) de las rentas del interesado (sin detraer nada de los ingresos del mismo, por cierto) vaya destinado al sostenimiento de la Esposa de Cristo.

Esto dice mucho porque, la verdad, conforme se están poniendo las cosas contra la Iglesia católica y la fe que la sostiene cualquiera diría que nadie iba a estar interesado en que la misma prosperada mediante este sistema. A lo mejor eso nos quiere decir que de lo que se trata no es que el pueblo español esté en contra de la Esposa de Cristo sino que  es, más bien, una maniobra orquestada desde los diversos poderes fácticos que, al fin y al cabo, controlan el devenir de nuestra patria. Aunque, claro, nunca podremos decir, a ciencia cierta, que eso no acabe calando en las mentes y corazones de los españoles de a pie, del común u ordinarios, pues ejemplos de estos en España tenemos unos cuantos...

El caso es que ha habido un aumento de declaraciones a favor de la Iglesia católica. Seguramente porque una cosa es lo que pretendan determinadas ingenierías sociales (cambiando conceptos básicos que los españoles tenemos de muchas cosas y que tienen todo que ver con nuestra fe católica) y otra, muy distinta, lo que la gente ve, vemos, de la labor que lleva a cabo una institución por dos veces milenaria que ha demostrado, sobradamente, que es heredera de una doctrina, la de Cristo, y que eso quiere decir lo que quiere decir muy a pesar de muchos…

Pero también nos han dicho nuestros pastores lo siguiente:

 “Además, con el nuevo sistema, el Estado no garantiza ya ningún mínimo para el sostenimiento básico de la Iglesia. Ha dejado de existir el llamado ‘complemento presupuestario’, de modo que la Iglesia, para su sostenimiento, sólo recibe lo que resulta de la asignación voluntaria de los contribuyentes y nada de los Presupuestos Generales del Estado”.

¿Lo ven ustedes?

Todos aquellos que cacareen tanto y tanto acerca de que el Estado sostiene a la Iglesia católica deberían tentarse la lengua antes de echar fuera de la boca unas palabras tan falsas como las que eso sostienen. La realidad es muy otra. Es más, es la que es: son los contribuyentes, la gran mayoría católica, a los que no les da la santa gana que la Esposa de Cristo no tenga, siquiera, para subsistir sabiendo lo mucho y bien que hace, más que nada, por los más necesitados de materia y de espíritu. Eso sí lo sabemos bien los españoles.

No vamos a entrar ahora en la lucha que consiste en decir que lo que la Iglesia “ahorra” al Estado con su asistencia social no podría pagarlo el Estado nunca. Y no vamos a entrar porque, en primer lugar, es obligación de la Iglesia católica hacer eso (por mandato de Cristo) y, en segundo lugar, porque es demasiado evidente lo que pasa como para tener que repetirlo tantas veces. Las cosas son como son y no son de otra manera por mucho que muchos quieren esconderlas y disimulen mirando para otro lado como si no nos diéramos cuenta del descrédito que pretenden hacer recaer sobre una institución santa que actúa como debe actuar.

En fin… esto es lo que hay: cada vez más españoles saben lo que pasa y no pueden dejar de hacer lo que hace y que no es otra cosa que ayudar, al menos en esto, a la Iglesia católica.

Y los demás, los que tanto critican a la Esposa de Cristo como si fuera una apestada de la que hubiera que desembarazarse… deberían saber a qué juegan ellos porque los demás, los razonables contribuyentes que reconocen lo que se hace desde la Iglesia católica, no van a seguirles en tan sucio juego.

Y, por último, esto otro:

“Un año más, la CEE agradece la colaboración de todos los contribuyentes que han marcado la casilla de la Iglesia Católica en su Declaración de la Renta y recuerda que las otras formas de colaboración al sostenimiento de la Iglesia, como son por ejemplo las colectas o las suscripciones, continúan siendo absolutamente indispensables.”

Y es que, como sabemos, de bien nacidos es ser agradecidos.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net