EL EVANGELIO DEL DOMINGO

por Gervasio Portilla García

29.06.2014


Domingo, SAN PEDRO Y SAN PABLO, Apóstoles, solemnidad (A):

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (6, 51-58)

En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesárea de Felipe y preguntaba a sus discípulos:

-¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?

Ellos contestaron:

-Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. El les preguntó:

-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

-Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

Jesús le respondió:

-¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

Ahora te digo yo:

-Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Palabra del Señor


COMENTARIO.

En esta solemnidad de San Pedro y San Pablo, recordamos el martirio de los dos apóstoles.

Estos mártires, dieron testimonio de lo que vieron, siendo testigos de la verdad. Ellos se dieron cuenta que el mensaje del Señor no podía quedar localizado a una zona del mundo y se dispusieron sin miedo, a la proclamación de lo visto y vivido en otras partes del mundo.

En sus vidas, vemos también la debilidad del ser humano y su falta de fortaleza en muchos momentos, como es el caso de Pedro negando a Jesús tres veces o la conversión de Pablo camino de Damasco después de haber sido un perseguidor de los discípulos de Jesús.

Dos muestras de la debilidad humana y de algo mucho más importante: la reconciliación con el Señor; Él siempre nos perdona y nos da oportunidades de encontrar el camino del bien.

Tomemos el ejemplo de Pedro y Pablo en nuestras vidas.

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.