Cartas al Director

 

No estarás sola

 

 

 

“Para bien o para mal, la corona ha caído sobre mi cabeza”

Reina Isabel II

 

 

 

César Valdeolmillos Alonso | 03.11.2023


 

 

 

 

Al llegar a su mayoría de edad, la princesa Leonor, heredera al trono de España, cumplió con una de las obligaciones más trascendentes, como futura reina de España: jurar la Constitución ante las Cortes generales, en las que reside la soberanía del pueblo español. No hay mayor supremacía. Todos los demás poderes, emanan de la misma raíz. De ahí que la Corona, máximo exponente de la nación española, sea la primera en someterse al imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.

La Constitución española de 1978, es la primera de nuestra historia que se proyectó y se redactó por consenso, y se aprobó por casi un 88% de los sufragios.

Como expresión de su rechazo a la Corona, y consecuentemente a la Constitución, hubo dos comunidades cuyos representantes estuvieron ausentes del solemne acto: Cataluña y País vasco.

Si tenemos en cuenta que Cataluña fue la cuarta comunidad autónoma en la que la Constitución obtuvo un mayor número de votos favorables, un 90,50%, por encima de la media de toda España, hay que llegar a la conclusión de que algún agente externo —los partidos separatistas— se ha encargado de alterar ese sentimiento.

Dentro de la Constitución cabe todo, incluso su propia derogación. Pero sin hacer trampas. Respetando el texto constitucional y siguiendo las normas que hace ya 45 años, nos dimos a nosotros mismos. No confundamos un estatuto de autonomía con la carta magna. El estatuto son unas normas, que dentro del marco constitucional, una parte del pueblo se da para gobernarse dentro de su territorio. Pero la ley de leyes, es de todos los españoles. Es un todo que nos pertenece a todos, y todos estamos obligados a respetarla. No hay ningún poder del Estado que unilateralmente pueda modificarla.

De ahí la profunda trascendencia y simbolismo que por parte de la Princesa de Asturias, tiene el juramento de la Constitución, Es una alianza de la Corona con todos los españoles; un respetuoso acatamiento de nuestra primera ley; un sometimiento inviolable, incondicional. Es todo un símbolo revestido de la liturgia inherente a su significación.

En ocasiones como esta, se comprueba la importancia que tiene el juramento que los miembros de las Cortes españolas tienen que hacer al tomar posesión de su cargo, y que la controvertida interpretación que se ha querido hacer del reglamento de las cámaras, permite que se haya convertido en una burla grotesca.

Todos los españoles, sin distinción, hemos de acatar el texto fundamental por el que se rige nuestra convivencia, gracias al cual, los diputados y senadores se convierten en representantes de la voluntad popular. Su misión, libremente elegida, es la que es, con independencia de sus preferencias personales o las del partido al que pertenezcan.

En el caso del juramento de la Constitución por parte del heredero al trono de España, su obligación es estar presentes en la Cámara para recibirlo en nombre del pueblo español, y no de ningún territorio en particular. Su ausencia en dicho acto, no ha constituido un desprecio a la princesa, ni a la Corona como institución, ni siquiera al parlamento. El insulto se lo han inferido a todo el pueblo español.

Esta actitud reprobable de los grupos que no asistieron —Junts, ERC, PNV, EH Bildu, Podemos, IU y BNG— solo es una pequeña muestra de su programa político, el cual contempla, en unos casos declarada y abiertamente, y en otros de forma encubierta, la abolición de la monarquía y su sustitución por una república.

Esto lo sabe muy bien el Rey Felipe VI, y es consciente de las minas, que de ahora en adelante, habrá de sortear la princesa de Asturias, hasta que le llegue el momento —si es que llega— de reinar.

Ione Belarra, Ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, estuvo ausente en el acto y mostró durante una entrevista en 'Canal Red' (de Pablo Iglesias, exlíder de Podemos) y ha manifestado que trabajará para que la princesa Leonor nunca llegue a ser Reina de España.

"Hoy era importante mandar un mensaje muy contundente: en el Gobierno de España hay una fuerza política republicana que quiere que la jefatura del estado se elija democráticamente", explicaba Belarra junto a la ministra de Igualdad, Irene Montero.

¿Hemos de pensar que el gobierno de Pedro Sánchez tiene el mismo proyecto, ya que no solo no ha desautorizado las declaraciones de la ministra, sino que al mismo tiempo que la princesa de Asturias estaba haciendo su juramento, su partido filtraba su acuerdo con Puigdemont para lograr los votos a favor de su investidura mediante un cambio de cromos que podría suponer la voladura del estado de derecho, y por tanto, de la democracia española?

El Rey, está pendiente del más mínimo detalle. Es una de las personas mejor preparadas para asumir y afrontar adecuadamente las responsabilidades propias de su rango. Cada paso que da; cada palabra que pronuncia, conllevan siempre un mensaje, una intención, tienen un significado. Si el camino por el que de ahora en adelante ha de discurrir la princesa de Asturias estuviese sembrado de rosas, su padre —el Rey— en un acto tan solemne como ha sido la jura de la Constitución, no habría pronunciado la frase: “No estarás sola”.

Felipe VI sabe muy  bien lo que le espera a su heredera. Por ello, la futura reina, está recibiendo una preparación similar, o mejor si cabe, que la que recibió él.

Pero la princesa de Asturias, no va a estar sola, porque tendrá con ella, como ya se vio a su paso por las calles de Madrid, el calor y el cariño que el pueblo le manifestó a lo largo de todo el recorrido del cortejo.

Alteza: los españoles confían en usted, y esperan, que cuando llegue el momento, sea una gran Reina. Por eso el pueblo español le dice: “no estarás sola”.

 

 

César Valdeolmillos Alonso