COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

EL VERDADERO AMOR TODO LO ABLANDA

 

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor | 28.03.2015


Cuando un amor deja de amar no hay que buscar culpables.
Únicamente hay que custodiar al desamado y acompañarle.
Cuando una guerra se inicia tampoco hemos de buscar guerreros.
Únicamente hay que amar sin medida y despojarse de odios.
Al fin, somos una historia de amor sobre el árbol de la existencia.
Una arboleda que ha de ser tan única como armoniosa y sublime.

Me niego a pensar que los reveses formen parte de mí historia.
Tan solo hay que valerse uno mismo y conquistarse como amor.
Cuando un desastre sucede, tras de sí llega el sol que despunta.
Uno por uno ha de envolverse de poesía y querer ser balada.
Somos un diario sin escribir con todos los horizontes abiertos.
Versemos conciliados por el amor y reconciliados con el Creador.

Tomemos la palabra como aliento y el abrazo como alimento.
Arranquemos todo aquello que nos mata pues somos voluntad.
Sí somos corazón, que lo somos, hermanémonos los latidos.
Retornemos al amor del que nunca debimos haber salido.
Devolvamos lo que fuimos, el poema perfecto, la luz del amor.
La que siempre nos inquiere para el instante preciso y precioso.

Podrá apagarse el día y llegar la noche, pero el alba será del alma.
Podrá romperse el silencio, pero la armonía germinará del afecto.
Podrá el aire abandonarnos con su tétrica seda de aislamiento.
Todo esto puede pasar, mas el fuego del amor todo lo reanima.
Con unos labios de amor, las piedras con ser piedras, conmueven.
Así, por un desamor, la muerte; por un amor (el de Dios), la Vida.

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
28 de marzo de 201
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