Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

 

Contacto

Nº 917

6 de mar. 2022

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: PSEUDOTERAPIAS Y PSEUDOCIENCIAS

 

1. Alertan sobre los peligros de las pseudoterapias presentes en España.

2. Un encuentro de psiquiatras españoles aborda el problema de las pseudoterapias.

3. Argentina: una terapeuta alternativa, denunciada por ejercer como psicóloga sin tener título.

4. El pensamiento mágico y las pseudociencias desembarcan en el mundo empresarial.

5. El negocio, la ignorancia y la desinformación, entre las razones del éxito de las pseudoterapias.

6. Un constelador familiar argentino afirma que los niños atraen los abusos: “es un tema vibracional”.

7. El director de la Seguridad Social de México alaba la utilidad de la homeopatía contra el COVID-19.

8. Está claro: la homeopatía es un fraude.

9. España: un terapeuta alternativo, acusado de abusos sexuales en sus masajes.

10. Cuando los médicos sostienen posturas pseudocientíficas.

 

 

1. Alertan sobre los peligros de las pseudoterapias presentes en España.

FUENTE: Efe Salud

 

 

La lista de pseudoterapias es tan diversa como peligrosa. Lo cuenta Pilar González Moreno en Efe Salud. Desde la angeloterapia a la biopuntura, pasando por la iriogenética, la ozonoterapia, el péndulo hebreo, el reiki, la reinformación celular y así hasta la sonoterapia y la homeopatía, completan una lista de más de 70 prácticas que se ofrecen hoy en día como actos médicos sin haber demostrado científicamente su efectividad. Todas ellas están recogidas por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), entidad que recientemente ha lanzado un manifiesto europeo en contra de las mismas para que la Unión Europea cambie sus leyes al respecto y las prohíba o tipifique «porque matan a miles de personas».

«Y las matan con nombres y apellidos, Como Francesco Bonifaz, de 7 años, a quien su médico le dio homeopatía en lugar de antibióticos. Murió en Italia. Como Mario Rodríguez, de 21 años, que fue tratado con vitaminas para su cáncer. Murió en España. Como Jacqueline Alderslade, de 55 años, cuyo homeópata le dijo que dejara su medicación para el asma. Murió en Irlanda. O como Cameron Ayres, de 6 meses, cuyos padres no quisieron darle “medicina científica”. Murió en Inglaterra…».

Las pseudoterapias, añade la citada asociación, muchas de ellas pseudocientíficas y conocidas también como ‘terapias alternativas’, ‘complementarias’ o ‘integrativas’, representan un gran peligro por varias razones. Existe el riesgo de que los pacientes abandonen terapias efectivas por prácticas que carecen de valor curativo, y esto puede ocasionar graves problemas de salud e incluso la muerte. Independientemente del abandono de tratamiento, algunas pseudoterapias pueden tener efectos negativos sobre la salud. Suelen producir daños económicos o morales en los pacientes.

Para entender en profundidad qué es una pseudoterapia, explican desde la asociación, primero hay que entender cuándo podemos considerar que una terapia ha sido científicamente validada. La palabra ‘ciencia’ proviene del latín y significa ‘conocimiento’, pero a la ciencia no le vale cualquier tipo de conocimiento. En ciencia sólo es aceptado lo que podemos confirmar mediante evidencias científicas, un tipo especial de evidencia que se obtiene mediante el uso de un método fiable de estudio al que denominamos método científico.

«Desde un punto de vista científico no pueden ser consideradas como creencias al mismo nivel de fiabilidad la creencia basada en evidencia científica acerca de la estructura de la penicilina; una creencia informal, basada en evidencia interpretativa o informal respecto al argumento futuro de una serie de televisión; o la creencia en las hadas, que no está basada en ningún tipo de evidencia.»

Todos somos susceptibles de caer en una psicoterapia, afirma a Efe Salud Mati Matarredona, psicóloga y miembro de la APETP, porque cuando alguien está enfermo se suman dos circunstancias personales muy potentes que son aprovechadas por los «estafadores»: la extrema vulnerabilidad y una gran incertidumbre sobre el futuro. En España, la homeopatía, el dióxido de cloro en todas sus vertientes y la osteopatía (esta última en un limbo legal) son las pseudociencias más demandadas, de acuerdo con Matarredona, que señala fuertes intereses industriales, en el caso de la homeopatía, en toda Europa.

No obstante, en España, la homeopatía como enseñanza ha sido sacada de las Universidades, y en el Reino Unido del servicio de salud pública, mientras que en Francia el tema está en estudio. La APETP se fundó en 2015 a raíz de la muerte de Mario Rodríguez, quien falleció por una leucemia cuando tenía 21 años y tras abandonar la quimioterapia por unos remedios que le recomendó José Ramón Llorente, quien se presentaba como especialista en medicina naturalista y ortomolecular.

El padre del joven consiguió sentar al curandero en el banquillo por intrusismo y homicidio, pero José Ramón Llorente salió absuelto al considerar el juez que las decisiones últimas relativas al tratamiento, acertadas o no, «fueron adoptadas de forma libre y consciente por el propio joven» y porque no se podía «ponderar» hasta qué punto el retraso en su tratamiento provocó su muerte.

Es por ello que esta asociación, que preside la doctora en Biomedicina Elena Campos Sánchez y cuenta con 300 miembros, persigue que la ley tipifique las pseudoterapias, así como las sustancias que utilizan y los servicios que prestan. En su manifiesto explican que existe la creencia de que hay un conflicto entre la libertad de elección de un tratamiento médico y la eliminación de pseudoterapias, «pero no es cierto». Y señalan que mentir a los enfermos para venderles productos inservibles que pueden matarlos incumple el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz sobre su salud.

 

Arriba

 

2. Un encuentro de psiquiatras españoles aborda el problema de las pseudoterapias.

FUENTE: Gasteiz Hoy

 

 

El Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría abrió el pasado 2 de marzo su XXX edición alertando del peligro de las “pseudoterapias e ideas negacionistas”. El periodista Luis Alfonso Gámez impartió una charla en la que cuestionó que estas corrientes “tengan su presencia en los medios de comunicación a través de una charlatanería que se cuela en los informativos de forma sistemática, incluso en tiempos de pandemia”. Lo leemos en el medio digital Gasteiz Hoy. La charla fue presentada por Leonardo Casais, profesor titular en Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Cádiz.

El experto recuerda que las pseudoterapias son aquellas prácticas que se presentan como científicas o fácticas, pero son incompatibles con el método científico. Dentro de este grupo están la homeopatía, la acupuntura, la reflexología, el reiki, etc. “La medicina es medicina sin adjetivos. Cuando hablamos de pseudoterapias, el propio término pseudo ya indica que se trata de terapias no sanitarias. Y, por ello, sin una evidencia científica que las respalde. En España y el País Vasco contamos, a pesar de que presenta defectos, con una de las mejores sanidades del mundo. Si esas prácticas fueran efectivas, ya estarían incorporadas en el sistema”, explica Gámez.

Según Gámez, “el mayor problema de la pseudociencia y las pseudoterapias es que pueden matar, hacer que se acuda a los profesionales sanitarios demasiado tarde o se abandone un tratamiento eficaz que estaba funcionando”. “El periodista científico Pepe Cervera decía que no hay mejor negocio que inventarse una enfermedad porque te puedes inventar la cura. Ante estas ‘enfermedades’ siempre surgen con rapidez expertos que pueden tratarlas gracias a carísimos remedios”, indica Alfonso Gámez.

En cuanto a la forma de evitar que se extiendan las pseudopatologías y pseudoterapias: “los Departamentos Autonómicos de Salud, el Ministerio de Sanidad y los profesionales sanitarios tienen que explicar a los pacientes que creen padecer alguna de estas dolencias que no presentan esa enfermedad. Y que el tratamiento que puede remediar sus problemas puede ser otro disponible en la sanidad pública”.

En este sentido, Gámez subraya que “pseudoterapias y el negacionismo no han surgido de la noche a la mañana, pero sí han tenido su auge con la pandemia. E insiste: “La homeopatía y la acupuntura no hubieran llegado a ser lo que son si los medios no les hubieran hecho el caldo gordo”. Gámez también carga contra las personas contrarias a la vacunación: “La antivacunación no hubiera llegado a ser lo que es si no hubiera tenido un caldo de cultivo en ciertos medios”. Es más, Gámez asegura: “El problema es que el periodista no tiene que ser imparcial. No hay que darle el mismo protagonismo a quien dice que el coronavirus es un arma biológica que a quien explica cómo combatir la enfermedad”, ha denunciado.

El experto ha alertado de que, “en cuanto acabe la pandemia, volverán con otros temas. Hay que estar en guardia para que no nos vuelva a pasar. Y eso que hemos tenido suerte en España porque los antivacunas son cuatro, pero aun así se han llenado los hospitales. Esta ola de irracionalidad lleva desde los años 70 anegando occidente. Hace que las televisiones y radios tengan programas esotéricos en los que se mezcla absolutamente todo: homeopatía con fantasmas, extraterrestres, poderes paranormales, energías mágicas y demás”. Por último, ha responsabilizado de estas cuestiones a “una industria de la mentira fomentada en gran parte por revistas pseudocientíficas que mantienen que las vacunas te magnetizan o que el virus del sida no existe. Hay que estar abiertos. Hay que ser escépticos. Las afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias, como decía Carl Sagan”, ha concluido.

 

Arriba

 

3. Argentina: una terapeuta alternativa, denunciada por ejercer como psicóloga sin tener título.

FUENTE: ADN Sur

 

 

Moira Elena Papescu viajaba desde Comodoro Rivadavia (Chubut, Argentina) hasta Río Gallegos para atender a sus pacientes en los consultorios “San Miguel”, en la calle Fitz Roy N°40, del centro de la ciudad santacruceña, según informa ADN Sur. Otros pacientes eran recibidos en un departamento privado de calle Rivadavia, preparado para las sesiones. La realidad es que estaba todo preparado, hasta el rol de la psicóloga, porque Papescu no lo era y tampoco tiene matricula como tal. Esta situación se conoció a través de un comunicado del Colegio de Psicólogos de Santa Cruz, donde se alertó a la comunidad de Río Gallegos y radicó la denuncia correspondiente en la Fiscalía.

El presidente del Colegio de Psicólogos de Santa Cruz, Diego Gaitán, junto con una escribana, visitaron el consultorio con escribanos y allí constataron que Papescu utilizaba la matrícula N° 274 de Chubut, pero en realidad pertenece a una profesional de Esquel. “Cuando llegamos ella se presentó como Lic. en Psicología, egresada de la Universidad de Quilmes, hicimos la investigación, pero dimos con que en esa universidad no existe la carrera”, dijo a ADN Sur.

La investigación para conocer si Papescu no era psicóloga llevó dos meses y se inició por un mail que llegó al correo info@psicologossantacruz.org del Colegio de Santa Cruz, allí consultaban si era psicóloga. Al observar que en los registros de la provincia no estaba matriculada, entonces le solicitaron a quien envío el mail, más datos, donde conocieron que viajaba desde Comodoro Rivadavia para atender a los pacientes.

Papescu otorgaba turnos virtuales y presenciales, porque durante la semana atendía en Comodoro, en el barrio Médanos al menos desde 2015, así se lo informó a la escribana que acompañó a al presidente del Colegio de Psicólogos, el día que fueron a su consultorio. Cobraba entre $1.500 y $1.300 por cada consulta. “Como tercera situación de estafa, nos dio un número de matrícula que pertenece a una profesional de Esquel, a quien ya le informamos para que realice la denuncia, si así lo desea”, reveló Diego Gaitán.

Después de que la noticia se conociera en los medios de Santa Cruz, muchas personas se comunicaron con Gaitán, y le comentaron que anteriormente Papescu realizaba practicas alternativas, como como reiki y tarot. “Poco a poco fue migrando a que la llamen psicóloga, como en la provincia de Santa Cruz, como lo hizo frente a un notario público, pero no está matriculada ni aquí, ni en Chubut” describió Gaitán.

Desde el Colegio de Psicólogos de Chubut aún no han dado comunicados oficiales por esta situación, si colaboraron con los profesionales de Santa Cruz. En relación con el delito, hoy se encuadra en una estafa, “La primera vez las penas son excarcelables, entran dentro de lo que es el juicio a prueba, son penas menores a un año, más allá de la búsqueda punitiva, nosotros cuidamos a la población. En la segunda pena es mucho más severa que la primera, tiene que haber una primera”, definió.

¿Cómo denunciar? En el caso de Chubut, se puede denunciar en el Colegio de Psicólogos en colegiopsi@colpsich.com.ar, donde existen dos formas de accionar en casos como estos. La primera es que el paciente realice la denuncia, y se verifica que la persona denunciada no es profesional, se hace una denuncia expresa en el Colegio de Psicólogos, lo cual sigue su camino legal. La segunda opción es la actuación de oficio por parte del Colegio de Psicólogos, cuando se conocer que una persona está incurriendo en el ejercicio ilegal: primero contactan y, al verificar que no es profesional de la psicología, se realiza la denuncia en fiscalía, como sucedió en Santa Cruz con el caso de Papescu.

También se le solicita a la población que controle que los profesionales de la psicología estén matriculados. Dado que desde el colegio se les comunica que es obligatorio que en el consultorio, que debe estar habilitado, exhiban el certificado de matriculación, emitido por el colegio profesional, junto con el título profesional de licenciado en psicología, “El certificado de matriculación es inviolable, porque sólo nosotros contamos con ese archivo, por eso se imprime cada año con el número de matrícula”, indicaron desde el Colegio de psicólogos de Chubut.

 

Arriba

 

4. El pensamiento mágico y las pseudociencias desembarcan en el mundo empresarial.

FUENTE: El Confidencial

 

 

El medio digital español El Confidencial ha publicado recientemente un reportaje donde Eduardo Manchón explica que hay un mercado de homeopatía para empresas que promete resolver los grandes problemas de los negocios mediante herramientas y gurús. En realidad, son meros placebos, pero mueven miles de millones.

El jefe está emocionado. “A partir de ahora vamos a cambiar radicalmente nuestra manera de trabajar: vamos a usar esta metodología revolucionaria, usar tal herramienta de software para gestionar absolutamente todo o apostar por esta otra tecnología que cambiará el mundo…”. Sus empleados ponen cara de circunstancias, saben que el directivo apenas domina el tema, pero se ha leído un libro, ha escuchado un podcast, ha hablado con un experto, con un gurú o lo ha hecho todo a la vez y se echan a temblar. El CEO se ha iluminado, otra vez.

El mundo corporativo está lleno de problemas difíciles y para cada uno de ellos el mercado ofrece una solución homeopática. Una empresa tiene dinero y el trabajo de los directivos es invertirlo en busca de oportunidades y, ¿acaso el mundo no está lleno de productos que prometen lo imposible? Adelgaza comiendo lo que quieras, dejar de fumar sin esfuerzo, te revelaré el futuro a través de las estrellas…

Hay un mercado para el pensamiento mágico, ese mercado es muy grande y el mundo de la empresa no es una excepción. La homeopatía en los negocios usa jerga de negocios en lugar de conceptos esotéricos, pero calca el exitoso modelo de las pseudociencias: una mezcla calculada de verdades y mentiras disfrazadas de datos con apelaciones a fuentes de autoridad tipo Harvard, Steve Jobs, la NASA y Sun Tzu.

El ejemplo más puro de pseudociencia homeopática empresarial es el llamado “estudio de casos” tan común en los MBA para directivos. En ellos historias apócrifas y con un valor anecdótico se presentan a los ejecutivos como la metodología de aprendizaje suprema. El “Apple hizo no sé qué y lo petó” no deja de ser el “¡A mí me funciona!” del mundo de los negocios. Para los que dudamos de la utilidad que tiene conocer las claves del éxito de Apple para un ejecutivo de una empresa jabonera de Lugo, los expertos tienen una respuesta preparada: “Es una historia inspiracional ¿acaso no conoces el poder de las historias? Mira Jesucristo”. Están entrenados y tienen la cara de adamantium.

El modelo es fascinante y merece ser estudiado en detalle. Un producto o servicio en cuestión promete algo altamente deseable, pero imposible. Pongamos por ejemplo, una herramienta de software que asegura poder automatizar absolutamente todo el trabajo manual de X departamento. En realidad, el programa apenas hace un par de cosas y mal, porque la cruda realidad es que son procesos complejos que inevitablemente requieren de intervención humana. La promesa nunca es una mentirijilla o una media verdad porque no se daría el pensamiento mágico en la víctima: el embuste debe ser de dimensiones épicas. El precio también es importante, tiene que ser absurdamente caro para ser creíble.

El atractivo aumenta si la venta del producto o servicio apela a ciertas ideologías de moda con legiones de fans sectarios. Los creyentes en ciertas ideas se lo creen absolutamente todo. Un 'exchange' centralizado para monedas descentralizadas. ¡Brillante! Un proveedor de desintermediación que hace de intermediario. ¡Maravilloso! Un experto en diversidad que acabará con la falta de diversidad con ofertas de empleo escritas “correctamente”. ¡Otra ronda! Pensamiento mágico defendido a capa y espada en Twitter.

Dios les libre de hacer un esfuerzo que ataque el problema y afronte la más cruel verdad: la realidad es compleja, actuar requiere compromisos, tragarse algunos sapos e irremediablemente expone a las críticas de los inmaculados cruzados opinadores. La parte más divertida suele darse en las soluciones homeopáticas que requieren implementación. El magnífico cuento inicial incluye un “sin esfuerzo, lo gestionamos por ti, nos ocupamos de todo”. Una vez que el jefe ha sido irremediablemente captado y tiene los ojos en blanco, sus empleados descubren el pastel. No sólo va a ser absurdamente caro y de utilidad dudosa, sino que la implementación inicial, que cobran aparte, la vas a tener que hacer tú. En la trifulca posterior entre el charlatán y los empleados vale la pena observar la fascinante tranquilidad que exhibe el embaucador sabedor de que es el propio jefe quien obligará a su gente a comulgar con ruedas de molino.

El producto o servicio homeopático está perfectamente pensado para adherirse como el chapapote a la empresa y crear más adicción que el crack. Nadie quiere reconocer que está pagando por un mal servicio tres veces más de lo que le hubiera costado hacerlo internamente. Nadie quiere aceptar que su cazatalentos externo tiene un conflicto de interés del tamaño de la pirámide de Keops por más que te jure por su hija la pequeña que es un lobo vegano, es más fácil creer que se puede escalar un equipo mágicamente desde el sofá.

En el mejor de los casos el producto, el servicio, la metodología, puede que sea muy bueno, pero no nos ayudará. Al igual que una mejor guitarra no hace a un guitarrista mejor, ni un palo de golf de titanio mejora al golfista, ninguna metodología de trabajo con los más altos estándares internacionales y más sellos certificadores ISO que una furgoneta va a convertir a un trabajador malo en uno bueno, ni una empresa casposa en una innovadora, ni una metodología solucionar el trabajo difícil mágicamente. Como dice Andrés Torrubia, no existe un “How to be smart for dummies”.

No es posible sustituir la inteligencia por procedimientos documentados. La triste realidad es que la mayoría de metodologías homeopáticas no pasan de ser complejos sistemas burocráticos glorificados que devoran cualquier proceso documentándolo y que acaban provocando que el equipo no sepa ni usar el baño sin seguir un manual. Hay un trabajo duro que hacer. Hay un trabajo difícil que hacer. Nadie lo va a hacer por ti. No lo puedes delegar por más que lo puedas pagar. No hay solución fácil, ni puede haberla. Olvídate de la solución perfecta. La realidad es compleja, tendrás que aceptar compromisos.

La ejecución es el lugar donde mueren los sueños y donde se negocia a cara de perro. Es el momento de comenzar a picar esa piedra y dejarse de abstracciones, de onanismo intelectual. Agarra el pico y, como dicen los programadores cuando les vienen con tonterías: “Programming, motherfucker. Do you speak it?”. Hay gente que cree genuinamente en la homeopatía empresarial, pero el secreto mejor guardado de los vendedores de homeopatía empresarial es que en la mayor parte de los casos el comprador, la víctima, conoce perfectamente la mentira pero quiere creer en ella. Aún peor, le gusta creer en ella. Algo así como el “I want to believe” en el despacho de Mulder de Expediente X o los votantes de partidos populistas: son refractarios a la realidad. El jefe quiere creer que basta implementar las evoluciones de 360 grados para hacer feliz a su plantilla o que hay una manera fácil de escalar rápidamente su equipo. Si alguien demanda el servicio, alguien siempre ofrece el servicio, aunque no se pueda.

El círculo se cierra completamente cuando nos damos cuenta de que no hay engañador, ni engañado, que nada es lo que parece y que en realidad lo que sucede es que el producto placebo cubre maravillosamente una necesidad inconfesable. Una pomada con una parte por millón de árnica no elimina el dolor de una contusión de un niño, pero hace sentirse mejor a los padres cuando la aplican. Un MBA no vende educación que abra las puertas del mercado laboral, es directamente una agencia de colocación donde los profes “recomiendan” estudiantes a empresas. Un software de RRHH no se diseña para mejorar la gestión del personal, sino para ayudar al jefe del departamento a ganar influencia en la organización.

Una agencia de publicidad sabe que su trabajo no es conseguir campañas más efectivas, sino que el jefe de marketing pueda justificar su derrochador presupuesto. Los creadores de productos placebo para jefes no tienen como objetivo mejorar la empresa, sino satisfacer a los directivos que necesitan demostrar que se merecen el puesto. La industria de la homeopatía empresarial sabe perfectamente quién es su auténtico cliente, cuál es la necesidad real de ese cliente y cuál es la verdadera razón por la que consigue venderle sus placebos. Es fascinante el tamaño del sector y que construyan tan gigantesco atrezzo para ocultar una vergonzosa verdad. Un particular tiene la libertad de dejarse engañar, pero los gestores de una empresa tienen la obligación legal de gestionar adecuadamente sus recursos. Es hora de buscar conflictos de interés y utilizar el pensamiento crítico. En definitiva, es hora de poner a las empresas frente al espejo.

 

Arriba

 

5. El negocio, la ignorancia y la desinformación, entre las razones del éxito de las pseudoterapias.

FUENTE: Etcétera

 

 

El medio mexicano Etcétera ha publicado un artículo de opinión de Alejandro Vázquez Cárdenas titulado “Los fraudes y la medicina alternativa”. Lo reproducimos a continuación.

Primero, recordemos qué se entiende por fraude. En el sentido más amplio, el fraude incluye cualquier delito por medio del cual se obtiene una ganancia y que utiliza el engaño como su principal manera de actuar. Concretamente el fraude se define por “Una declaración falsa para inducir a otro a actuar a en su detrimento”. Quien comete un fraude sabe que el ciudadano promedio es proclive a creer prácticamente cualquier cosa, y curiosamente mientras más absurda más probabilidad tiene de que la crean; aquí entran los OVNIS, el Tarot, el Psicoanálisis, la Atlántida, actividad paranormal, ángeles, piramidología, las teorías conspiranoicas, la muy popular astrología, numerología, iridologia, homeopatía, Flores de Bach y un etcétera que puede ser tan largo como se desee.

El término “Medicina alternativa” o medicina no convencional se aplica a cualquier tratamiento cuya eficacia terapéutica no está demostrada y que es usado en lugar de un tratamiento estándar. Recordemos que los tratamientos estándar se basan en una investigación científica rigurosa, verificada y probada. Es un hecho que las medicinas alternativas están en boga, en realidad me parece que siempre lo han estado, solo que la facilidad para incomunicarse en la actualidad hace más evidente este fenómeno. Las medicinas alternativas son una realidad y no van a desaparecer cerrando los ojos.

La cultura promedio en nuestro país es más bien mala, por no decir que muy mala, estamos reprobados en cuanta evaluación se haga, y eso lo saben, o lo intuyen aquellos que se dedican a estafar incautos, y lo más vergonzoso, cuentan con la complicidad, por apatía, omisión o colusión de una parte de la profesión médica. Es altamente probable que si el grueso de la comunidad médica las hubiera criticado y combatido, hoy tendrían una aceptación menor. ¿Por qué no lo han hecho? Hay varias posibilidades, en primer lugar, dinero; la demanda de las medicinas alternativas se incrementa y es un negocio creciente. Y negocios son negocios.

En segundo lugar, desinformación e ignorancia; la formación de los médicos durante la carrera no es todo lo completa que debería ser. Se memorizan muchos datos, pero pocas veces se les explica de dónde vienen esos datos y cómo se ha llegado a ellos a través del llamado “Método científico”. En la materia de farmacología se aprenden las características y propiedades de los medicamento y sus indicaciones, pero no cómo fue el camino de su descubrimiento y los protocolos seguidos. En otras palabras, aprende para qué sirven pero no cómo se descubrieron. Otro. Criticar en el consultorio a las medicinas alternativas es garantía de bronca con los pacientes que creen en ellas, y vaya que son bastantes. Por lo tanto muchos médicos evitan estas situaciones para llevar la fiesta en paz.

La medicina alternativa no es ni puede ser una opción frente a la medicina científica. La medicina científica se basa en ciencias establecidas, verificables como la bioquímica y la fisiología; la medicina alternativa se basa en anécdotas, nebulosas teorías inverificables y fe, sobre todo eso, fe. ¿Cuántas medicinas “alternativas” existen? Muchas, no hay un número preciso y varias de ellas se superponen; otras van y vienen, según las modas, como es el caso de las flores de Bach, que datan de los años treinta; durmieron el sueño de los justos por varias décadas y ya resurgieron.

Una de las características de las pseudomedicinas es el abuso que hacen de palabras grandilocuentes. Se recurre a palabras complicadas para impresionar ignorantes y encubrir lo vacío de sus conceptos; así encontramos a la Medicina Integral Quántica, la Biorresonancia, Moraterapia, Quirorreflexoterapia, Magnetoterapia, Técnica Bioenergética Cuántica Holográmica (?) Se abusa de vocablos extraídos de la física como energía, iones, cuantos, cargas positivas, cargas negativas, electromagnetismo, salto cuántico, frecuencia vibratoria, campo, inducción, radiaciones etc., sin tener la menor idea de lo que significan. En el caso de algunos métodos como la iridologia y la reflexología simplemente se inventan indemostrables conexiones “neurológicas” o “canales energéticos” entre un órgano y el iris.

Finalmente, ¿existe algo, en todo esto, que haya sido demostrado? No, no hay nada comprobado de acuerdo a un método científico. Ningún partidario de las pseudomedicinas ha demostrado (ni intentado demostrar) que las energías que dicen manipular existan en algún lugar fuera de su imaginación. Ni que los cristales de cuarzo sirvan como algo más que de adorno. Pero ya lo sabemos, creer es más cómodo y fácil que pensar.

 

Arriba

 

6. Un constelador familiar argentino afirma que los niños atraen los abusos: “es un tema vibracional”.

FUENTE: Varios medios

 

 

“¿Cómo puede ser que un niño de cuatro, cinco años, esté atrayendo esta situación?”, preguntó Federico Paz, un argentino que imparte talleres de autoayuda, al dar una “explicación vibracional” de los abusos infantiles, lo que generó un escándalo y repudio generalizado en redes sociales por parte de usuarios que lo acusaron de hacer apología de la pedofilia. En la grabación que se viralizó, el “guía” aseguró que hay que “desmitificar qué es el abuso a un niño” y atribuyó la responsabilidad de la violación a la víctima, según informa RT.

“Lo primero que siempre les digo es: acuérdense de que la atracción no es de conciencia, no es que la persona dice: 'quiero que me abusen'. Es un tema vibracional, inconsciente. ¿Por qué en algunas familias hay abusos y en otras no, cero? ¿Por qué a algunas personas les pasa y a otras no, a un hermano sí y a otro no? Ya sabemos que no es casualidad”, afirma en un video que ya eliminó de Instagram, en donde tiene casi 50.000 seguidores.

En la grabación, Paz afirma que tanto los violadores como las víctimas (en este caso, los menores) son responsables porque “entraron en ese juego” ya que, en su opinión, “ese niño se está haciendo cargo de un desbalance de energía que viene en su sistema”. En ningún momento reconoce la existencia de un delito. El supuesto “guía” también defiende a los abusadores, ya que considera que “estar en el lugar de perpetrador es horrible” y que quien lo acusa también se termina convirtiendo en victimario. Es decir, equipara a un niño con un adulto y no hace diferencia alguna entre quien comete el abuso y quien lo padece.

“El perpetrador es víctima y el víctima (sic) es perpetrador, está victimizándose no haciéndose responsable de que él también atrajo la violación”, afirma al insistir en que los abusos sexuales son “una interacción mutua” y que este tipo de “conflictos” se generan “por un desbalance de energía”. Las condenas en contra de Paz comenzaron a replicarse con mensajes que iban desde exigir el cierre de sus cuentas en redes sociales, hasta que lo denuncien e investiguen por presunta pederastia.

En su página, el hombre afirma que tiene estudios de Ingeniería, Terapia Gestalt y Constelaciones Familiares y asegura que su objetivo principal “es que las personas puedan disfrutar mucho su experiencia en la vida. Que puedan descubrir quiénes son, qué vinieron a hacer, que los entusiasma y llena de pasión para poder concretarlo en un estilo de vida auténtico y fluido. En gran medida es hacer de la espiritualidad algo accesible, práctico y apasionante”. Por eso ofrece cursos sobre “cómo subir la vibración”, “aprende a leer la energía”, “espiritualidad es inteligencia” o estar “en sintonía con el alma” y “retiros con experiencia chamánica”, que pueden costar hasta 290 dólares.

“Naturalmente tendemos a decir: ‘pobrecito esa víctima’, ‘ese niñito’, y el otro es un hijo de puta. Ahora, yo creo que eso es no entender que nosotros somos miles de veces perpetradores, y estar en el rol de perpetrador es horrible”, se intenta explicar. “Cuando uno la caga, le hace mal al otro, también se está victimizando. El perpetrador es víctima”, señala Paz, tal como recoge Border Periodismo. De esta forma, el gurú afirma que la víctima también es “perpetrador porque dice ‘me cagaste la vida’. Es víctima, pero también está victimizando al otro como culpándolo”.

En ese sentido, para Paz, el damnificado no se haría “responsable de esa vibración” que atrajo al abusador. Luego, Federico Paz les ordena a sus seguidores: “Miremos los conflictos se dan por desbalances de energías, por no sabernos parar frente a los demás, y cuando no me hago responsable de lo que sucede en cualquier vínculo, que es de los dos, porque los dos hicimos un acuerdo para vivir eso”.

Asimismo, recurre a su “experiencia terapéutica” para argumentar su incoherente teoría: “En mi experiencia terapéutica, personas abusadas de chiquitas son tremendos chamanes, tremendos tántricos, gente que puede sanar mucho. Ya desde chiquitos les intuyen la capacidad sexual que tienen”. Según leemos en Página 12, las declaraciones de Federico Paz Miguens causaron tanta indignación y repudio que el influencer borró el video de sus redes sociales, pero previamente fue capturado por Pablo Salum, militante antisectas, que lo difundió para alertar sobre el mensaje.

Paz comparte mensajes sobre energía, coaching vocacional y terapias alternativas. Ofrece cursos y retiros en los que enseña a conectarse “con tu lado más auténtico, libre y pleno”. “Te ayudo a expresar tu esencia y a vivir tu espiritualidad en lo cotidiano”, expone. Además, da recomendaciones para realizar orinoterapia, enemas y ayunos para “nutrir el cuerpo y pasar a comer muchísimo menos”.

En diferentes notas periodísticas, el influencer contó que “es ingeniero industrial” y que da “talleres de recetas, cursos de transición a Rawfood y retiros a base de jugos en varios países de Latinoamérica como Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, Ecuador”. De acuerdo al sitio Salpimenta, hace tres años que comenzó a dedicarse a “compartir sus conocimientos y en Buenos Aires realiza encuentros de manera bimestral”. Según su perfil de LinkedIn, estudió en la Universidad Austral y entre 2012 y 2014 trabajó en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al frente de un proyecto “especializado en mejorar la experiencia del ciudadano en sus contactos con el Gobierno”.

 

Arriba

 

7. El director de la Seguridad Social de México alaba la utilidad de la homeopatía contra el COVID-19.

FUENTE: Hipertextual

 

 

El director del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado) en México, Pedro Zenteno, ha dado positivo en coronavirus. Es una persona más entre los millones de personas que se han contagiado de la variante ómicron en los últimos meses, tal como informan Mónica Redondo y Azucena Martín en Hipertextual. Pero este contagio ha dado de qué hablar porque el integrante del partido Morena, creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, afirma en Twitter que se curará gracias a la homeopatía.

“Buena tarde, les informo que di positivo a la prueba de COVID-19. Estoy bien con síntomas leves, ya me encuentro bajo tratamiento médico homeopático. En unos días me reincorporaré a mis actividades, mientras sigo al pendiente desde casa y aislado. Un fuerte abrazo a la distancia”, reza la publicación. El director de la seguridad social mexicana es licenciado como Médico Cirujano y Homeópata por el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Este centro es el único que ofrece una carrera de este tipo, a pesar de la polémica que persigue a la homeopatía. Y no es para menos. Más allá de la poca evidencia científica, la falsa sensación de que puede curar el coronavirus, como en este caso, es altamente peligrosa.

Los médicos no creen en la homeopatía...

De hecho, la comunidad médica mexicana no ha tardado en responder a la publicación de Pedro Zenteno. El doctor Alejandro Macías respondió que es importante aclarar que “no existe tal cosa como un tratamiento homeopático contra la COVID-19. La homeopatía es agua con azúcar”. Sin embargo, la homeopatía es una práctica muy utilizada en el país, a pesar de las alertas por parte de la comunidad científica. De hecho, el doctor Macías tuvo una respuesta negativa en Twitter después de criticar la publicación de Pedro Zenteno. “Sus opiniones sobre la homeopatía son incorrectas. Yo de casi todo me curo con homeópatas. Tiene usted un seguidor menos doctor”, comparte en un pantallazo de un mensaje privado. “Tengo que ver cómo voy a superar esto”, responde Macías.

La homeopatía es, según una página oficial del Gobierno de México, “un modelo médico clínico terapéutico que cuenta con más de 200 años de existencia y que utiliza sustancias obtenidas de vegetales, animales y minerales principalmente, en concentraciones muy pequeñas disueltas en agua y alcohol (también se pueden preparar por trituración en lactosa), agitadas de una forma específica. Frente al paradigma terapéutico occidental de eliminar o luchar contra la enfermedad, sus síntomas y sus agentes etiológicos; la homeopatía propone una terapéutica basada en el principio hipocrático en que lo semejante se cura con lo semejante, fortaleciendo al cuerpo para que se sane a sí mismo”.

...Pero la ley lo apoya

De hecho, la homeopatía está reconocida por la Ley General de Salud. “Esto se plasma en el Reglamento de Insumos para la Salud, en el cual se regula la definición, registro, elaboración, envasado, publicidad y establecimientos de los medicamentos alopáticos, homeopáticos, herbolarios y remedios herbolarios”, explica la página oficial. Asimismo, establece que entre los profesionales que podrán prescribir medicamentos se encuentran los Médicos, Homeópatas, Cirujanos Dentistas, Médicos Veterinarios y Licenciados en Enfermería, en sus áreas de competencia.

México cuenta con el único hospital especializado en homeopatía de América Latina. El Hospital Nacional Homeopático (HNH) fue fundado en 1896 por Porfirio Díaz y en 1943 fue incorporado a los Hospitales Federales fundadores de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, informa el gobierno. A día de hoy sigue funcionando en la capital mexicana. El centro es también un símbolo de cómo la corriente pseudocientífica sigue triunfando en algunos países de América Latina. No es por lo tanto casualidad que en algunos países latinoamericanos se haya hablado de tratamientos no probados para curar la COVID-19.

Mientras que otros países intentan acorralar estas prácticas y frenar su propagación, en México se financia con dinero público un hospital especializado en la homeopatía y, además, el gobierno pone a Pedro Zenteno al frente de una institución médica. Un Médico Cirujano y Homeópata que, estando al frente del instituto de seguridad social, hace publicidad de estas prácticas basadas en pseudoterapias. Porque pocas dudas quedan sobre la falta de evidencia científica y los peligros de la homeopatía.

'Caramelos' para tratar el coronavirus

Lo bueno que tiene la medicina es que evoluciona. Lo que estaba vigente en el pasado no tiene por qué estarlo necesariamente hoy, porque los conocimientos científicos a su alrededor han avanzado. De hecho, esta fue la premisa en la que se basó en el siglo XVIII el médico alemán Samuel Hahnemann para desarrollar la homeopatía. No estaba a favor de las típicas sangrías de su época, consistentes en tratar todo tipo de dolencias a través de la colocación de sanguijuelas sobre el cuerpo del paciente. Estaba en lo cierto, pues con el paso de los años se ha demostrado que aquellas sangrías no servían de nada. Pero también se ha demostrado la ineficacia de su homeopatía.

Por eso a los profesionales de la medicina basada en evidencias científicas les enfadan tanto los mensajes como el de Pedro Zenteno. La homeopatía, como bien dice en Twitter Alejandro Macías, no es más que agua con azúcar. Supuestamente contiene un principio activo en base a eso de que lo semejante cura lo semejante. Se trata de sustancias cuyos síntomas o incluso cuya propia definición se relaciona con la enfermedad que se pretende tratar. El problema (o al menos uno de ellos) es que con esta premisa se llega al punto de usar supuestos fragmentos del muro de Berlín para tratar la ansiedad. Claro, el muro es un símbolo opresor y la ansiedad cursa con presión en el pecho.

Además de tener poco sentido, sería imposible conservar tantos restos del muro. Pero eso no es problema, pues otro de los principios de la homeopatía es que las sustancias se encuentran muy diluidas. Tanto que con algunas sería necesaria una piscina olímpica para encontrar una sola molécula. Y eso en los mejores casos. Como se puede imaginar, nada de esto tiene lógica. Pero aquí entra su última baza: la memoria del agua. Los defensores de esta pseudoterapia alegan que el agua recuerda aquello que se mezcló con ella. Sólo hace falta un poco de vibración, y ahí entran en juego los golpes de Biblia. Este batiburrillo de principios casi cómicos son los pilares sobre los que se levanta la homeopatía. Nada tiene sentido y, por supuesto, no hay absolutamente ninguna evidencia científica detrás.

Por eso es tan grave que haya personas con altavoces importantes que intenten darle credibilidad. Y lo peor es que ni Pedro Zenteno ni el Gobierno de México son los primeros que lo hacen con la COVID-19. De hecho, ya al principio de la pandemia el Gobierno de la India incluyó entre sus recomendaciones el uso de la homeopatía. En este país está muy arraigada la medicina ayurvédica, por lo que dan bastante credibilidad a este tipo de pseudoterapias. Pero está claro que no han servido para nada. Como tampoco sirvió la recomendación de administrar heces de vaca para tratar el coronavirus.

¿Por qué algunas personas “se curan” con homeopatía?

Mucho después de las recomendaciones del gobierno indio, ya con la pandemia bien arraigada y sus terribles consecuencias muy claras, llegó a publicarse un estudio en el que se demostraba la supuesta eficacia de la homeopatía para tratar el coronavirus. Lógicamente, fue el arma que los defensores de esta pseudoterapia necesitaban para disparar sus argumentos. Pero basta con un vistazo rápido para ver que es un estudio metodológicamente muy pobre. Tiene fallos tan grandes como un número muy reducido de participantes o la exclusión de aquellos que cursaban la enfermedad con síntomas graves.

Y es justo aquí donde radica el supuesto éxito de la homeopatía. Si se usa para tratar a enfermos leves, lo normal será que se recuperen. Como lo hacen todos los pacientes asintomáticos o con sintomatología leve. Ocurre lo mismo que con otras muchas enfermedades que se curan solas. De hecho, se suele decir a modo de parodia que la gripe sin tratamiento se cura en una semana. Con homeopatía en siete días.

Pedro Zenteno ha manifestado que tiene síntomas leves, por lo que lo más probable es que se cure sin problema. Llegados a este punto, seguramente achacará su recuperación a la homeopatía. Sabemos que no habrá sido por eso, sino por la acción de su sistema inmunitario, especialmente si está vacunado. Pero lamentablemente su discurso convencerá a muchas personas de la supuesta eficacia de su tratamiento.

Si esas personas no dejan de vacunarse o de acudir al hospital en caso de complicación de los síntomas, el único riesgo que sufrirán será para su bolsillo. Pero si rechazan la medicina basada en evidencias científicas para pasarse a la homeopatía sí que podrían estar en grave peligro. Por eso son tan preocupantes los discursos como el de Zenteno. Por eso es tan necesario dar a la población la información necesaria para tomar decisiones conscientes sobre su salud.

La poca resistencia a la homeopatía

Con todas las dudas sobre la mesa, México sigue manteniendo una tradición que empezó en el siglo XIX. México fue el primer país del mundo en reconocer oficialmente la homeopatía, en 1895. Fue después cuando se abrieron las puertas del Hospital Nacional Homeopático, que realizó casi 9.000 consultas en el primer año después de su inauguración. Con estos datos como telón de fondo, no es tan sorprendente que una parte de la sociedad mexicana apoye y crea en estas prácticas. A pesar de la información disponible actualmente y de las alertas de la comunidad médica y científica, la homeopatía sigue ganando adeptos. En instituciones como el ISSSTE y con publicaciones como la de Pedro Zenteno. Pero también por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Llamaron mucho la atención algunos gestos del mandatario como besar a una niña en la mejilla en repetidas ocasiones en medio de esa primera ola en la que se recomendaba mantener la distancia social. Luego, afirmaciones difíciles de olvidar como afirmar que las estampas de los santos y la honestidad ayudaba a evitar los contagios. Andrés Manuel López Obrador se ha infectado con estas prácticas dos veces de COVID-19.

Aunque el precedente es peligroso y no es la primera vez que cargos públicos predicaron a los cuatro vientos opiniones y prácticas que iban en contra de las recomendaciones sanitarias en medio de la pandemia. Todo esto, en medio de unos datos escalofriantes como las más de 2.300 muertes por millón de habitantes a causa de la pandemia.

 

Arriba

 

8. Está claro: la homeopatía es un fraude.

FUENTE: Etcétera

 

 

Recogemos a continuación otro artículo de Alejandro Vázquez Cárdenas en el medio mexicano Etcétera, que ha sido publicado con el título “Homeopatía, pseudociencia y placebos” el pasado mes de febrero.

Primero: La homeopatía y las medicinas alternativas son muy populares, pero este hecho no las convierte en verdaderas medicinas, ni mucho menos les da la capacidad de curar. Punto. Las falsedades de la homeopatía han sido demostradas en múltiples ocasiones. Quien tenga la curiosidad de investigar encontrara una gran cantidad de material sobre el tema, como el informe del Gobierno Británico que concluyó que “no hay evidencia científica o clínica que apoye la homeopatía” y el reporte de la revista especializada The Lancet, que publicó los resultados del estudio más completo realizado hasta ahora sobre la eficacia de la homeopatía.

La homeopatía es un fraude, y para demostrarlo los meta-análisis son el mejor y más completo ejemplo para desacreditarla. Básicamente consisten en revisar los estudios referentes a una afirmación. Se recogen, se analizan de manera independiente e incluso se reproducen cuando se puede para comprobar los resultados. Entre ellos están los llamados “análisis Cochrane” se han convertido en una de las mejores herramientas contra las pseudociencias.

¿Y como nació fraude de la homeopatía? Primero algunos datos históricos. El médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843) formuló los principios básicos en 1810 en su tratado Organnon der rationellen heilkunde. La homeopatía se basa en la Ley de la Similitud, una sustancia sirve para curar una enfermedad si causa los mismos síntomas que la enfermedad, y la Ley de los Infinitesimales, según la cual, cuanto más pequeña es la dosis de la sustancia administrada, mayores son los efectos en el paciente. La tercera máxima homeopática es que no hay enfermedades, sino enfermos, por lo que todo tratamiento debe ser personal e intransferible. ¿Como llegó a estas conclusiones? Fácil, las imaginó, las sacó de la manga, nada más, nada menos.

Ahora bien, para entender por qué la homeopatía es una pseudoterapia sin aval científico es necesario repasar algunos conocimientos sobre química y física. La preparación de un producto homeopático empieza con 1 gota de principio activo que se disuelve en 99 gotas de agua, alcohol o lactosa (1CH). Luego, se toma 1 gota de esa primera dilución y se mezcla con otras 99 del disolvente elegido (2CH); seguidamente, se toma 1 gota de esa segunda dilución y se mezcla con otras 99 del disolvente (3CH); y así, sucesivamente. Cada vez que se hace una dilución, se tiene que sacudir vigorosamente el preparado para hacerlo activo; es lo que se conoce como dinamización (?). Los homeópatas prescriben medicamentos de hasta 5.000CH, muy por encima de los 12CH en los que, según las leyes de la química, ya no hay ni una molécula de la sustancia original en el preparado. Entonces, ¿en qué basarían su presunta efectividad los medicamentos homeopáticos? Según sus practicantes, en la memoria del agua, un misterioso fenómeno que nos manda al terreno de la magia.

La realidad es que las diluciones homeopáticas van en contra de la constante de Avogadro. Y eso cualquier estudiante de bachillerato sabe que es una insensatez. En unas cuantas palabras, los fundamentos “químicos” de la homeopatía contradicen todo fundamento científico pues emplean diluciones en las que no ya queda nada de la sustancia hipotéticamente curativa. Es un hecho que la medicina evoluciona, en el último medio siglo la medicina ha incorporado multitud de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento; pero la homeopatía sigue igual como en el siglo XIX, no avanza, al contrario, se aleja cada vez más de la ciencia.

La homeopatía finca sus éxitos en el efecto placebo, que es una variable con la que se cuenta antes de sacar al mercado cualquier fármaco. En los ensayos clínicos, se administra a una parte de los sujetos el nuevo medicamento y a otra, una sustancia inocua con la misma presentación. Ni el experimentador que la da ni el individuo que la recibe saben si lo que tienen entre manos es el fármaco o el placebo; es lo que se conoce como doble ciego y persigue que las expectativas de los participantes no contaminen los resultados.

De que la medicina homeopática es un placebo no hay duda alguna. La forma más fácil de demostrar su inutilidad es el “suicidio homeopático”. Hace unos años una veintena de científicos belgas lo promovió como protesta por que las aseguradoras del país pretendían incluir la homeopatía entre sus servicios médicos. Ingirieron en grupo una dosis infinitesimal, y por tanto, muy potente, según los principios homeopáticos, de un cóctel de venenos: belladona, arsénico, veneno de serpiente. ¿Y qué paso? Nada, absolutamente nada.

Buena parte del éxito de la homeopatía radica en que sus practicantes dedican mucho tiempo y mucho interés a cada enfermo. Hay ciertamente un amplio grupo de personas que necesita ser escuchada, que se le brinde atención más que un producto farmacológico. Es lo que hacen los homeópatas. Aparte, ellos, sensatamente, se centran en enfermedades no graves, pero sí molestas. Podemos concluir, la homeopatía, como toda pseudociencia, se basa en la fe del crédulo paciente. Si este tiene un padecimiento con un fuerte componente emocional ciertamente puede mejorar, pero si tiene una patología seria, empeorará… o morirá.

 

Arriba

 

9. España: un terapeuta alternativo, acusado de abusos sexuales en sus masajes.

FUENTE: Canarias 7

 

 

El Juzgado de Instrucción número 2 de Telde (Las Palmas, España) ha acordado una medida cautelar de alejamiento de un masajista y terapeuta llamado Jacob L.T. sobre dos clientas que lo denunciaron por haber abusado sexualmente de ellas durante una consulta en su centro de la Playa de Vargas. La autoridad judicial determinó que el investigado no puede acercarse a menos de 500 metros de las dos víctimas ni comunicarse con ellas mientras dure la tramitación de esta causa. Según las denunciantes, este individuo les realizó diversos tocamientos, unos hechos que el propio investigado negó cuando pasó a disposición judicial. Lo cuenta Francisco José Fajardo en Canarias 7.

Según el auto judicial, esta investigación se inició después de que una mujer denunciara ante la policía unos presuntos hechos ocurridos el pasado día 28 de enero en un garaje situado en su propia vivienda que utilizaba Jacob L.T. como consulta de masajes y terapias alternativas. Este individuo, presuntamente, se dedicaba a realizar terapias alternativas basadas en masajes terapéuticos, técnicas orientales y se publicitaba como especialista en sinergología, psicología transpersonal y neuropsicología. Además, publicó incluso varios libros sobre estos campos.

Según narró la víctima, acudió a este lugar y, al llegar, el masajista la instó a «iniciar la terapia realizando una serie de repetidas hiperventilaciones», que dieron como resultado una «sensación de mareo y aturdimiento», destaca el auto. En ese momento, el investigado acomodó a la víctima presuntamente sobre una camilla, le quitó la ropa hasta dejarla en ropa interior y le impregnó el cuerpo de aceite para así empezar con el masaje.

A continuación, y siempre según la denunciante, el masajista comenzó a realizarle «por dentro de las bragas y llegando incluso a introducirle sus dedos en el interior de su vagina y ano, no parando de realizar estas acciones durante unos diez minutos aproximadamente», se refleja en el documento. Esta mujer afirmó que se encontraba «en todo momento desorientada, costándole abrir los ojos e incluso mover los brazos, sintiéndose violentada», por lo que añadió que no pudo «reaccionar por el estado de bloqueo y aturdimiento en el que se encontraba».

Declaró a la policía que el denunciado le instó «a que siguiera respirando» de forma profunda y, seguidamente, le dijo: «sigue respirando, es una sensación como llegar al orgasmo», si bien -describió la jueza instructora- «como la denunciante no reaccionaba ni mostraba ningún tipo de interés ni excitación ante la práctica realizada, el denunciado le dijo que se diera la vuelta hacia abajo realizándole un masaje en la espalda y la cabeza». De esta forma dio por finalizada la sesión y la paciente tuvo «que ser ayudada a vestirse por el denunciado debido al decaimiento que presentaba, llegando a darle un caramelo al verla que se encontraba mareada».

Ante la autoridad judicial, la denunciante se ratificó en la denuncia y aportó una serie de mensajes de una conversación que tuvo con el terapeuta en la que recriminó al día siguiente estos hechos. «No fue de mala fe de verdad, sólo me dejé llevar, ya le dije que no me solía ocurrir, siempre he separado la profesionalidad de todo lo demás», escribió en un mensaje pidiendo disculpas de forma reiterada e indicando: «sólo puedo disculparme por ser humano, gracias».

De la misma forma, la magistrada Cristina Sbert Pinilla tomó declaración a la hermana de la denunciante, la cual también manifestó su deseo de denunciar los siguientes hechos. Relató otro episodio de presuntos abusos sexuales realizados por el investigado. Declaró que le dijo que se «quitara toda la ropa y que se quedara solamente con las bragas puestas, tapándose el torso con una toalla». En un momento, supuestamente le bajó dicha la toalla «descubriéndole sus senos, realizando varias pasadas, rozando con sus dedos desde el estómago hasta el pecho tocando éstos». A la mujer le pareció «extraño» y se sentía «incómoda», a la vez que relató cómo «durante todo el masaje» se encontró «en un letargo intermitente, encontrándose medio adormecida, ocurriendo los hechos en el mismo garaje», reza el auto.

El procedimiento sigue su curso y, de momento, el investigado tendrá que comparecer en el juzgado los días 1 de cada mes. Por su parte, el investigado en sede judicial y a preguntas de su abogado, negó los hechos objeto de denuncia, aunque reconoció haberle efectuado una terapia a la denunciante. Pero negó «haberle quitado la ropa, así como haberle realizado tocamientos en la zona anal y genital», sostiene el auto. Con respecto a la hermana, dijo no recordar «haberle realizado ninguna terapia».

 

Arriba

 

10. Cuando los médicos sostienen posturas pseudocientíficas.

FUENTE: OK Diario

 

 

¿Y si las mentiras las difunde un médico? Es la pregunta con la que el medio digital español OK Diario ha encabezado este reportaje. La Fundación Beaumont ha llevado a cabo un sondeo entre la opinión pública de Estados Unidos sobre la cuestión. El 78 % de los participantes se mostraron partidarios de disciplinar a los médicos que, de forma intencionada, han difundido desinformación sobre la pandemia. Aunque las sociedades médicas de aquel país están generalmente de acuerdo, muy pocos de quienes han hablado sin contar con el respaldo de la ciencia han acabado viéndole las orejas al lobo, de acuerdo con JAMA.

En España, el Observatorio de la OMC contra las Pseudociencias, Intrusismo y Sectas Sanitarias vigila a los médicos, pero también informa a las autoridades cuando detecta conductas de este tipo fuera de la profesión. El trabajo de estos dos últimos años ha tenido especial intensidad, ha explicado Rosa Arroyo, vicesecretaria del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y coordinadora del observatorio, que distingue entre el ámbito legal y el deontológico. También constata que en los dos años que llevamos de pandemia se ha visto un aumento de las pseudoterapias que supuestamente evitaban la infección por SARS-CoV-2 o la curaban.

«Si un colegiado repetidamente de forma pública -como han hecho los negacionistas- el colegio provincial se ocupa de abrir expediente informativo o disciplinario», ha indicado. Los expedientes disciplinarios acarrean potestad sancionadora: pueden llegar a impedir a un médico que ejerza la profesión. Han celebrado encuentros en abierto para abordar este asunto, centrados en las evidencias científicas, algunos con títulos tan sugerentes como ‘Vacunofobia’. Dentro de muy poco, las grabaciones de estas sesiones estarán disponibles en su web. Las iniciativas del observatorio van desde la difusión de consejos para seleccionar fuentes de confianza en el campo de la salud hasta la información a las autoridades y las acciones disciplinarias dentro de la profesión.

En el estado de Florida, una queja sobre un médico que negaba la utilidad de las vacunas y recomendaba terapias ineficaces y «posiblemente peligrosas para los pacientes» sigue ejerciendo -y propagando bulos- tranquilamente porque según la inspección del centro en el que trabaja «no ha vulnerado ninguna ley ni norma de la profesión». En JAMA se ofrecen varios de estos ejemplos, algunos sobre auténticas organizaciones basadas en la pseudociencia y organizadas por este tipo de perfiles ‘profesionales’. Según una investigación de la Universidad Johns Hopkins, hay dos millones de estadounidenses sin vacunar frente al coronavirus “porque se les ha proporcionado información falsa o porque les falta información sobre las vacunas”.

La desinformación sobre el Covid está en las conversaciones del día a día, no es que los médicos que viven al margen de la ciencia sean la única fuente de bulos. Lo que sucede, según Gerald E. Harmon, presidente de la Asociación Médica Americana (AMA), es que «sus palabras y sus acciones son las más indignantes, porque minan la confianza sobre la cual se asienta la relación entre un paciente y su médico, y porque ellos son directamente responsables de la salud de las personas».

En noviembre, AMA adoptó nuevas políticas para sancionar a los médicos que difunden información falsa sobre las vacunas, y advirtió en un comunicado de que «puede retirar licencias para ejercer por ese motivo». El cambio tiene sus orígenes, entre otros motivos, en un sondeo anual entre los 70 comités de dirección de colegios profesionales estadounidenses, de los cuales el 67 % habían registrado un aumento en las quejas que reciben habitualmente sobre profesionales que estaban contribuyendo a la desinformación sobre Covid.

En el momento de realizar esa encuesta, solamente el 21 % de los comités habían emprendido acciones disciplinarias contra estas personas. En los próximos meses, o en el siguiente sondeo (se realiza en otoño), podría empezar a apreciarse un cambio en esa tendencia. En enero de 2022, el colegio de los médicos de emergencias estadounidense (ABEM) tenía activas 15 investigaciones sobre médicos que supuestamente han proporcionado información imprecisa sobre el Covid. ABEM representa (y certifica) al 90 % de los médicos especialistas en emergencias del país. Su presidenta, Marianne Gausche-Hill, ha dicho: «Uno de nuestros licenciados me ha dicho hace poco que quiere que su certificado tenga valor. Desinformar a los pacientes y otras conductas poco éticas realmente degradan el valor de ese certificado».

 

Arriba

 

La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.