Tribunas

Los datos no son buenos

 

 

José Francisco Serrano Oceja

 

 

 

 

 

Vi un rato la presentación de la Memoria de la Iglesia. Me gustó la referencia del cardenal Omella a las tres C, Culto, Cultura y Caridad. No solo por las razones de fondo y sino por lo que implica de establecer prioridades. No es frecuente que se destaque la C de cultura. Vamos a ver cómo se articula, entiendo que también en el Plan Pastoral de la Conferencia.

Había pensado analizar los datos que se ofrecen en la Memoria en serie histórica. Y como estamos en el décimo aniversario de la JMJ de Madrid 2011, pues no era mal fecha ésa.

Pero hete aquí que el bueno de Pablo Ginés, de los amigos de Religión en Libertad, se me ha adelantado varios días. Y ya lo ha hecho. Coincidencia curiosa. Han publicado las siguientes cifras que, por sí, son elocuentes. Hay que destacar que los datos de esta Memoria son anteriores al Covid. Por lo tanto, en condiciones de normalidad. No quiero ni imaginar qué pasará cuando se tengan que presentar los datos del año de la pandemia, en situación extraordinaria, o del tiempo postpandemia, la nueva época.

Aclaro dos cosas. Una, que los datos, datos son. Ya sé que hay una corriente eclesial antidatos. Pero hay que tomárselos como vienen. Sobre todo como aliciente para un impulso misionero, discípulos misioneros que dice el Papa.

Y, segundo, eché en falta a alguien en la presentación, bueno, en las presentaciones de la Memoria. Recuerdo las de otros años.

Reproduzco tal cual la serie para que ustedes saquen las conclusiones. No son buenos datos. Hay que mejorarlos, sin duda, entre todos y con todos.

En 2011, la Iglesia contaba con 7.743 centros socio-sanitarios y asistenciales (desde dispensarios y hospitales a guarderías, centros para refugiados o centros provida; no se incluyen aquí escuelas); en 2019 eran 9.163, es decir 1.420 más, un 18% más.

En 2011 hubo 292.143; en 2019, 175.000, son 117.145 menos, es decir, un 40% menos bautizos.

En 2011 hubo 250.916 primeras comuniones; en 2019 hubo 204.618. Son 46298 menos, es decir, un 18% menos.

En 2011 hubo 109.275 confirmaciones; en 2019 hubo 124.258, es decir, 14.983 confirmaciones más, un 14% más. Esto se debe a que numerosas diócesis ahora animan (o obligan, directamente) a celebrar las confirmaciones antes que la Primera Comunión.

Hubo en 2011 67.313 bodas católicas, y en 2019 fueron sólo 36650. Son 30663 bodas menos, un 45% menos. No hay ninguna provincia ya en que haya más bodas católicas que civiles. En varias provincias las bodas católicas no son ni el 10% del total.

La memoria de 2011 hablaba de 10 millones de personas que asistían regularmente a misa, y 9 millones de Eucaristías celebradas. En 2019 es casi lo mismo: 9,3 millones de personas asisten a misa regularmente y se celebran 9,56 millones de Eucaristías.

Había 19.621 sacerdotes entonces; 16.960 sacerdotes ahora; un 13% menos. Había 59.882 religiosos entonces, 37.286 ahora; un 38% menos. Había 85.751 catequistas entonces, 96.470 ahora; son 10.719 más, es decir un 12% más.

La ayuda conjunta de Cáritas y Manos Unidas ha pasado de 302,5 millones de euros a 409,3 (373,2 de Cáritas más 36,1 de Manos Unidas). En 2011, su labor conjunta dedicó 302,5 millones de euros, es decir 106,8 menos. Es decir, ha crecido un 35%. La Memoria de 2011 hablaba de 14.000 misioneros españoles en el mundo; en 2019 eran 10.893, un 22% menos.

 

 

 

José Francisco Serrano Oceja