Servicio diario - 22 de agosto de 2017


Venezuela: “Rusia puede contribuir en las negociaciones”
Marina Droujinina

Obispos de EEUU destinan $ 6 millones para proyectos en Latinoamérica y el Caribe
Enrique Soros

Congreso CELAM en El Salvador: ‘la paz es difícil sin un desarrollo integral’
Redacción

Obispo chileno pide el fin de la violencia en una zona que visitará el Papa
Rosa Die Alcolea

Misión de Pedro en la Iglesia: Presidir en la caridad
Antonio Rivero

Santa Rosa de Lima, 23 de agosto
Isabel Orellana Vilches


 

22/08/2017-17:37
Marina Droujinina

Venezuela: “Rusia puede contribuir en las negociaciones”

(ZENIT – Roma, 22 Ago. 2017).- La Rusia “puede ayudar en este momento difícil” a Venezuela “en las negociaciones”, ha declarado el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
Lo hizo al responder a una pregunta sobre la posible contribución de Rusia a la resolución de la crisis en este país sudamericano en la rueda de prensa conjunta con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, este martes 22 de agosto de 2017 en Moscú.
Pietro Parolin afirmó: “Rusia tiene una estrecha relación con Venezuela. Creo que Rusia puede contribuir a las negociaciones. Esta es la única manera en que la Santa Sede puede resolver la crisis venezolana“.
Por lo tanto, continuó el Secretario de Estado, “debemos trabajar con los partidos de la oposición a nivel gubernamental y tratar de encontrar juntos un camino común para resolver los problemas que Venezuela vive actualmente”.
El ministro ruso, Serguéi Lavrov, agregó que “muchos actores externos pueden ayudar a resolver la crisis venezolana”. “Hemos apoyado activamente las iniciativas apropiadas de la Santa Sede que se han presentado en el marco de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas). Promover la reconciliación nacional en Venezuela”.
“Lo principal –continuó el ministro ruso– es que todos los actores externos llamen a los partidos de la oposición en Venezuela a llegar a un acuerdo nacional, a desarrollar compromisos que les permitan desarrollar su país en paz, teniendo en cuenta los intereses de todos los sectores de la sociedad y de las fuerzas políticas. Los actores externos que empujan a la oposición a una dura confrontación con las autoridades, también con el empleo de métodos violentos, socavan los esfuerzos de quienes están sinceramente interesados en restablecer la paz, la tranquilidad y la estabilidad en Venezuela”.

 

 

22/08/2017-11:08
Enrique Soros

Obispos de EEUU destinan $ 6 millones para proyectos en Latinoamérica y el Caribe

(ZENIT – Washington DC, 22 Ago. 2017).- La subcomisión Iglesia en Latinoamérica de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos acaba de otorgar seis millones de dólares para diversos programas pastorales y de desarrollo en Latinoamérica y el Caribe.
Un apoyo de casi cuatro millones de dólares va dirigido a 243 proyectos en 22 países de la región, mientras que otra iniciativa de dos millones va destinada a Haití, para su continua reconstrucción tras al terremoto que desoló el país en el año 2010.
Algunos de los 243 aportes mencionados tienen como beneficiarios el seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa, en Honduras; la Comision Episcopal de Catequesis y Pastoral Biblica, en Argentina; el Proyecto Seminaristas 2017, en la diócesis de Januba, Brasil; las Comunidades Eclesiales de Base de México; la Dimensión Episcopal Mexicana de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes en México; el Proyecto Educomunicación Eclesial y Creación de Pastoral de Comunicación Diocesano, en Paraguay; los ejercicios espirituales de sacerdotes diocesanos y religiosos en la arquidiócesis de Trujillo, Perú; el movimiento Cursillo de Cristiandad, en Melo, Uruguay; y la vicaría de derechos humanos en Venezuela.
ZENIT consultó al presidente de la subcomisión Iglesia en Latinoamérica, el mexicano, Mons. Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle, con respecto a la relación entre los aportes de los obispos de Estados Unidos y el llamado del papa Francisco de acercarse a los más necesitados.
Mons. Elizondo informó que “desde hace algunos años el Subcomité ha implementado su propósito de ayudar a las jurisdicciones eclesiásticas y congregaciones religiosas más necesitadas y que llevan a cabo su labor pastoral en las áreas más remotas. El llamado del papa Francisco de ir a las periferias y a los más necesitados ha hecho nuestro trabajo aún más significativo y acertado”.
Con respecto a la relación entre el compromiso de la Iglesia de Estados Unidos con la realidad latinoamericana y la implementación de los documentos de Aparecida y Evangelii Gaudium, Elizondo agregó que “el apoyar a los proyectos donde hay más necesidad hace que la dignidad de los que reciben la ayuda sea respetada. El llamado del documento de Aparecida de trabajar como discípulos misioneros que hacen la sociedad más acogedora e incluyente se refleja en los proyectos que apoyamos que tienen que ver con el cuidado de la aldea global, la vida por nacer, los indígenas y los afrodescendientes, entre otros. La iglesia, como hospital en un campo de batalla, apoya todas las pastorales. Y el Subcomité apoya, dentro de estas pastorales, todos los proyectos que ayudan a que el Evangelio se proclame con alegría”.
Sobre la generosidad de los católicos estadounidenses para colecta en cuestión, el obispo Elizondo recordó que “por más de 50 años la comunidad católica de los EEUU ha estado ayudando al pueblo de América Latina y el Caribe. Y este constante y consciente apoyo se ve en que los resultados de la colecta no ha bajado sino al contrario, ha ido aumentado con el correr de los años”.
Por su parte, el padre Juan Molina, sacerdote trinitario, director de la subcomisión Iglesia en América Latina, remarcó que “cada año, el Subcomité aprueba entre 450 y 480 proyectos, los cuales se enfocan en todo tipo de actividades pastorales de la Iglesia. El Subcomité se ha enfocado en los últimos años en ayudar un poco más las diócesis, los vicariatos y las prelaturas más pobres de la región, lo que hace constar la compresión de los obispos de los EEUU de lo que significa el ir a las periferias”.
El Padre Molina resaltó además la importancia de apoyar a “proyectos pro-vida, de derechos humanos, de la Doctrina Social de La Iglesia, de apoyo a los matrimonios y la familia y de apoyo a los pueblos indígenas”, y remató afirmando que “todo esto se hace porque los obispos quieren expresar también la comunión de bienes espirituales y temporales a los que la Iglesia da vida.”
A su vez, Norma Montenegro Flynn, contacto de prensa de la Conferencia de Obispos de EEUU, detalla la tarea de la subcomisión Iglesia en América Latina, como parte de la comisión de Colectas Nacionales. La responsabilidad del subcomité es administrar los aportes recibidos, como apoyo a programas en América Latina y el Caribe.
Montenegro Flynn remarca que los aportes se obtienen a través de la Colecta para la Iglesia en América Latina, que se desarrolla en numerosas diócesis de Estados Unidos el cuarto domingo de enero, y sugiere visitar la página www.usccb.org/latin-america para obtener mayor información al respecto de las actividades de la comisión Colectas para la Iglesia en América Latina y sus aportes a diversos programas.

 

 

22/08/2017-11:50
Redacción

Congreso CELAM en El Salvador: ‘la paz es difícil sin un desarrollo integral’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 Ago. 2017).- El congreso tres días que se realizó del 13 al 16 de agosto en San Salvador, sobre una pastoral social comprometida con la causa de los pobres y dedicado al 50 aniversario de la Encíclica Populorum Progressio, del beato Pablo VI, concluyó con un mensaje final.
Organizado por diversos departamentos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la cita reunió a representantes de los 22 países de las pastorales sociales Cáritas de la región, a integrantes del equipo directivo de Caritas Internationalis, y a invitados especiales de Europa y Estados Unidos.
Entre sus 102 participantes, estaban el cardenal Luis Antonio Tagle, presidente Cáritas Internationalis, su secretario Michel Roy, y el presidente de Cáritas de El Salvador, el cardenal Gregorio Rosa Chávez.
Durante tres días se desarrollaron actividades formativas y de reflexión conjunta, con miras a construir una pastoral social comprometida con la causa de los pobres. También se realizaron conferencias centrales sobre “El Desarrollo en la Doctrina Social de la Iglesia”, “Una mirada teológica al desarrollo” y “Una mirada desde la Pastoral Social Cáritas”.
Asimismo los participantes trabajaron también, en talleres simultáneos de “Ecología y Desarrollo”, “Equidad entre hombres y mujeres”, “Objetivos de Desarrollo sostenible” y sobre la “Encíclica Laudato Si‘ y el cuidado de la Casa Común”.
El documento final lleva por título: “Un nuevo humanismo para el desarrollo integral”, y subraya los “diversos desafíos que hoy nos interpelan y nos duelen: La pobreza, y la tendencia regresiva a ella de millones de personas en nuestros países, producto de sistemas económicos y políticos que valoran más el tener que el ser, el beneficio económico más que la vida, las ideologías por encima de las personas, y que asumen el poder como dominación y no como servicio liberador”.
Así la declaración final hace un llamado “a los Gobiernos, a las empresas y el sector de la economía, a los políticos, a las instituciones democráticas que tienen la responsabilidad de generar políticas públicas para nuestros pueblos, a las comunidades eclesiales y a todos los discípulos y discípulas misioneras, a trabajar solidariamente por el bien común, por un desarrollo integral y solidario; promoviendo la vida, respetando la naturaleza y nuestros ecosistemas como obra del Creador asumiendo las propuestas de la Encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco.
Añaden que “no podrá haber desarrollo sin el respeto de la creación, sin una mayor valoración de las culturas indígenas y las creencias ancestrales de nuestros pueblos; en fin, debemos trabajar para que toda persona logre “pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas” (PP 20-21), siendo conscientes que sin el desarrollo de nuestros pueblos es muy difícil lograr la paz”.

Leer el documento final

 

 

22/08/2017-12:37
Rosa Die Alcolea

Obispo chileno pide el fin de la violencia en una zona que visitará el Papa

(ZENIT – 22 Ago. 2017).- Mons. Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, obispo de Villarrica (Chile), ante el conflicto entre el Estado y exponentes de los mapuches, ha pedido a los fieles “dialogar con los grupos minoritarios” para “volver a una sana convivencia basada en el diálogo con las autoridades porque ahora es el momento de valorar la vida”, informa la Agencia FIDES.
Son declaraciones hechas por el prelado de Villarica en la celebración de la fiesta de la Asunción de la Virgen en el santuario de Metrenco, a 10 kilómetros de Temuco, ciudad que visitará el papa Francisco en su viaje en enero de 2018. Allí acudieron numerosos jóvenes trabajadores en el campo y representantes de la comunidad Mapuche.
Tras varios conflictos en la zona después de haber puesto en marcha el “Plan Araucanía” , la Agencia Fides señala que “por desgracia hay pequeños grupos que pretenden hacerse escuchar con la violencia, como con el incendio de una iglesia el mes pasado”.
El tan esperado “Plan para la Araucanía” se aprobó el pasado mes de junio, con la intención de poner fin al conflicto histórico entre el Estado y los mapuches que dura desde hace más de 150 años. En particular desde los años 90 contra los agricultores y empresarios, debido a la propiedad de la tierra, considerada por los mapuches como un patrimonio ancestral. En los últimos años gran cantidad de templos, generalmente de madera, han sido quemados.

Visita del Papa
El Santo Padre visitará Temuco en su visita a Chile, que tendrá lugar del 15 al 18 de enero de 2018. Además, el Papa también irá a Santiago y a Iquique.
“Mi paz les doy” es el lema elegido por la Conferencia Episcopal de Chile para la visita que el Papa Francisco realizará al país. “Se trata de las palabras que Jesús dijo a sus apóstoles al celebrar la Última Cena, revelándoles que no son los esfuerzos del mundo únicamente los que logran la paz del corazón y en la sociedad, sino que la paz es un regalo que procede del mismo Dios”, explicaron en la Conferencia Episcopal de Chile.

 

 

22/08/2017-05:26
Antonio Rivero

Misión de Pedro en la Iglesia: Presidir en la caridad

COMENTARIO A LA LITURGIA DOMINICAL

Domingo XXI
Ciclo A
Antonio Rivero L.C

Textos: Is 22, 19-23; Rm 11, 33-36; Mt 16, 13-20

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y colaborador en el apostolado de Logos.
Idea principal: la misión de Pedro en la Iglesia por voluntad de Cristo es presidir en la caridad.
Resumen del mensaje: A Pedro lo ha puesto el mismo Señor al frente de la Iglesia. Como respuesta a un acto de fe por parte de Pedro, Jesús le alaba y le anuncia la misión que ha pensado para él en la primera comunidad: presidir en la caridad. Y lo hace con tres imágenes: la piedra, las llaves, y el acto de atar y desatar.

Puntos de la idea principal:
En primer lugar, Pedro será la piedra sobre la que Jesús quiere edificar su Iglesia. Para eso, Cristo le cambia de nombre: de Simón a Kefas, o sea, Piedra en arameo, que traducimos Pedro en griego, y que en el Nuevo Testamento resuena 163 veces. Sólo Jesús y este apóstol en el Nuevo Testamento reciben un tal apelativo: piedra. ¿Pedro la roca sobre la que estamos fundados, cuando sabemos que negó a Cristo? No. La Roca es Cristo. Pero Pedro, precisamente por la profesión de fe que ha sabido formular con tanta decisión, es el signo visible de ese fundamento sólido que es Cristo. El sentido está claro: Pedro tiene en la historia la misión de hacer visible la función de fundamento, de unidad, de estabilidad de Cristo respecto a su Iglesia. Los creyentes en Cristo no estarán dispersos o aislados, sino que se encontrarán juntos en torno a la piedra de Pedro, que en el nombre de Cristo reúne la Iglesia de Dios. No es una autoridad de privilegio, sino de servicio en el amor. Veintiún siglos esta Iglesia ha sido azotada por vientos, tempestades y olas inmensas: persecuciones, herejías, cismas, etc. Pero sigue firme, porque esta Iglesia es guiada por el Espíritu Santo y tiene como piedra angular a Cristo, el Hijo de Dios vivo.
En segundo lugar, además le dará las llaves de esa comunidad que Cristo quiere fundar. La llave de una casa, de un cofre precioso o de la lectura de un texto, es señal de una autoridad en sede jurídica, administrativa o cultural. Las llaves son necesarias para mantener cerradas o abrir en el momento oportuno las puertas de una casa. Pedro de ahora en adelante será aquel que dispensará los tesoros de la salvación; será el canal a través del cual la palabra de Cristo será comunicada e interpretada; será el camino a través del cual los dones del amor de Dios serán continuamente y visiblemente infundidos en la comunidad cristiana. Veintiún siglos algunos han pretendido sacar una copia de estas llaves que Cristo concedió a Pedro en las cerrajerías ideológicas del mundo, pero a la hora de querer introducir la llave, no entraba en el cerrojo de esta Iglesia una, santa, católica y apostólica.
Finalmente, y a Pedro le concede la potestad de atar y desatar, que en el judaísmo indicaba el acto legal de la prohibición y del permiso. Es la definición de Pedro como guía en la moral y sobre todo en el perdón de los pecados. Es una misión de la que participan todos los apóstoles. Misión también de consolar, de amonestar, de exhortar, de guiar al pueblo de Dios. Veintiún siglos algunos se han querido arrogar esta potestad, proclamando que tienen línea directa con Dios; otros, de corte liberal y libertino, se creen con permiso de hacer lo que desean y quieren, sin necesidad de permisos ni prohibiciones. Y así les ha ido: pasarán en las páginas de la historia de la Iglesia como herejes, cismáticos y renegados.
Para reflexionar: ¿Somos conscientes de lo que decimos en la oración eucarística de cada misa cuando pedimos a Dios que confirme en la fe y en la caridad al Papa y a los obispos, en comunión con él? ¿Nos cuesta aceptar el ministerio del Papa, sucesor de Pedro? ¿Tenemos ojos de fe para ver que su encargo es asegurar el servicio de la fe, de la caridad, de la unidad, de la misión? ¿Creemos firmemente que la Iglesia es apostólica, es decir, cimentada sobre Pedro y los demás apóstoles?

 

 

22/08/2017-04:00
Isabel Orellana Vilches

Santa Rosa de Lima, 23 de agosto

«Primera canonizada de América. Compartió sus obras de caridad con san Martín de Porres e influyó en la vida de diversos santos. Es la patrona de Lima, América, Filipinas e Indias Orientales, de la policía nacional de Perú y de las fuerzas armadas argentinas»

Nacida en Lima, Perú, el 20 de abril de 1586, sufrió por su belleza a la que debía el nombre de Rosa, aunque en el bautismo se le impuso el de Isabel. Fue una india que mecía su cuna quién un día reparó en la finura de sus facciones, su tez blanca que realzaba el sonrosado color de sus mejillas enmarcando el ovalo de un rostro coronado por rubios cabellos, y decidió llamarla como la flor. Con el tiempo completó su atractivo una espigada estatura. Pertenecía a una familia numerosa compuesta por trece hermanos, que se trasladó a Quives por motivos laborales del cabeza de familia, un portorriqueño que trabajaba en un oficio relacionado con el refinamiento de la plata.
Recibió la confirmación de manos del arzobispo de Lima, santo Toribio de Mogrovejo y en ese momento ratificó el nombre de Rosa sin que nadie lo hubiese mencionado antes, ya que por él era conocida la joven. Más tarde, ella confió a un dominico que hubiera preferido ser denominada por el de pila, ya que Rosa aludía a la hermosura, de la que tendía a huir. Él le hizo ver que su alma era una rosa de la Virgen, y como tal debía custodiarla. A partir de entonces llevó gozosa el de Rosa de Santa María que ofreció a Nuestra Señora del Rosario ante cuya imagen solía orar cuando acudía a la iglesia de santo Domingo.
De todos modos, durante años hizo todo lo posible para que la belleza con la que estaba adornada no fuese objeto de atención y tropiezo ni para ella ni para nadie. Ideó diversas formas para desembarazarse de ese ornato natural que recuerdan a prácticas de mortificación clásicas en un periodo de la historia de la ascética. Se clavaba una horquilla en la cabeza para castigar su vanidad, se aplicaba ungüentos corrosivos en las manos para afearlas, se cubría el rostro con un velo tupido, o bien se cortaba los hermosos cabellos de raíz por el hecho de verlos ensalzados. Al final, aunque estos actos le ayudaban a progresar espiritualmente, comprendió que ese no era el camino; que todo sacrificio y mortificación era vano si no hacía entrega cabal de los defectos que le dominaban, como su orgullo. Vio la sutileza y el peligro que puede quedar agazapado también en ciertos ejercicios de ayuno. Así que, puso todo su empeño en dominar sus pasiones, ejercitándose en la vivencia de las virtudes. Aceptó humildemente las indicaciones paternas, y aún contrariándole y sabiéndose incomprendida las asumió con toda humildad y paciencia. Solamente las contravino en lo que era sagrado para ella: su voto de plena consagración a Dios. Su familia insistía para que contrajese matrimonio, incluso fue cortejada por jóvenes de la alta sociedad limeña, pero mucho antes ya había labrado el huerto, bordaba para ayudar económicamente a la familia y aceptaba las dificultades del día a día, todo con afán de agradar a su amado; era a lo que su espíritu tendía.
Desde niña rezaba a la Virgen con auténtica devoción. En una ocasión en la que se encomendaba a Ella, entendió que el Niño Jesús le decía: «Rosa, conságrame a Mí todo tu amor». No lo olvidó ni un instante. Su ideal de santidad, junto a Santo Domingo, era santa Catalina de Siena a la que eligió como modelo para su vida. A los 25 años se comprometió como terciaria dominica. Era muy inteligente. Poseía gran agudeza espiritual, como revelaron los testigos de su proceso. Sus escritos rezuman la hondura mística que jalonó su vida. Supo reflejar admirablemente los peldaños del ascenso espiritual que marcaron su trayectoria, incluidos quince años de aridez. Vivió centrada en la oración y las mortificaciones: ayunaba casi a diario, se abstenía de beber, dormía sobre un lecho de tablas con un palo como almohada, etc. Su morada era una humilde cabaña que erigió en el huerto familiar con ayuda de su hermano Hernando. Y la disciplina que puso sobre la cabeza, una cinta de plata que simulaba una corona de espinas, ya que estaba conformada nada menos que con 3 hileras de 33 puntas; desde que se la colocó la mantuvo hasta el fin de sus días. Su atuendo era una túnica blanca, un manto y velo negros.
Fue paciente, comprensiva y misericordiosa con todos los que la vituperaron y se burlaron de ella. Auxiliaba a los pobres, indígenas, mestizos, y enfermos, a los que atendía en su casa y les animaba a convertirse. Prestó gran ayuda a san Martín de Porres en su acción caritativa. Tanto amor se traslucía en su rostro y en sus palabras. El Domingo de Ramos de 1617, unos meses antes de morir, en la capilla del Rosario se produjo su «desposorio místico». No le dieron la palma que esperaba llevar en procesión. Y temiendo que fuese debido a alguna ofensa contra Dios que hubiera podido cometer, se postró ante la imagen de María. Entonces el Niño Jesús le dijo: «Rosa de Mi Corazón, Yo te quiero por Esposa». Ella respondió: «Aquí tienes Señor a tu humilde esclava. Tuya soy y Tuya seré».
Al igual que le sucedió a otros santos, también Rosa fue interrogada por la Inquisición que no pudo alegar nada en contra de ella, puesto que solo apreciaron su excelsa virtud. Fue adornada con dones de penetración de espíritus y profecía. Vaticinó la fundación del monasterio de Santa Catalina de Siena con todo lujo de detalles, la fecha de su muerte y el ingreso de su madre en un monasterio, hecho que se produjo tiempo después de su fallecimiento. La última etapa de su vida la pasó en casa de Gonzalo de Massa, un hombre destacado del gobierno virreinal que la acogió como a una hija. Allí se reunían en torno a ella personas de lo más granado de la sociedad limeña a las que evangelizaba. En ese lugar se erigió después el monasterio que lleva su nombre. Rosa sufrió un ataque de hemiplejía, y cuando su salud se agravó, musitaba: «Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor». Murió a los 31 años con fama de santidad el 24 de agosto de 1617. Clemente IX la beatificó el 15 de abril de 1668. Y Clemente X la canonizó el 12 de abril de 1671.