Servicio diario - 12 de abril de 2017


El Papa en la audiencia: ‘Quien se pone al servicio de los demás es simiente de esperanza’
Sergio Mora

Francisco en la audiencia a los fieles de Oriente Medio: ‘Llenen la vida con la alegría de la Resurrección’
Anne Kurian

Texto completo de la catequesis del Papa Francisco en la audiencia del 12 de abril de 2017
Redacción

El Papa recordará a los mártires del siglo XX y XXI, el 22 de abril
Anne Kurian

El Papa en la audiencia saluda a los estudiantes del UNIV 2017
Redacción

Televid de Medellín asistió a la audiencia del Papa
Sergio Mora

Abu Mazen: La visita del papa a Egipto favorecerá al islam moderado
Federico Cenci

Calendario de las celebraciones presididas por papa Francisco en abril y mayo 2017
Redacción

Beata Margherita da Città di Castello – 13 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

12 abril 2017
Sergio Mora

El Papa en la audiencia: ‘Quien se pone al servicio de los demás es simiente de esperanza’

En el domingo de Ramos muchos tenían expectativas mundanas y todo ello se derrumbó ante el misterio de la cruz

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 12 Abr. 2017).- En este miércoles soleado de la primavera romana, el santo padre Francisco realizó la audiencia de los miércoles en la plaza de San Pedro, ingresando en el jeep abierto, desde donde saludó a los varios miles de peregrinos presentes. En medio del entusiasmo general que caracteriza estos encuentros, no faltaron las bendiciones a los pequeños y a los enfermos, e incluso le ofrecieron un mate, del cual tomó un par de sorbos, cuando bajó del vehículo.

En la catequesis el Sucesor de Pedro abordó el tema de la esperanza cristiana relacionándolo con esta semana santa.

“Queridos hermanos y hermanas: El pasado domingo hemos hecho memoria de la entrada de Jesús en Jerusalén” y señaló que “muchas de las personas que acudieron con palmas a recibirlo lo hicieron con expectativas mundanas: buscaban milagros, prodigios, la expulsión de los invasores”. Entretanto, aseguró, “todo ello se derrumbó ante el misterio de la cruz”.

Nosotros por el contrario creemos –reivindicó el Santo Padre– que del Crucificado renace nuestra esperanza por la fuerza de su amor”.

“Jesús lo explica –añadió el Papa– con la imagen del grano de trigo que cae en tierra, si éste permanece cerrado en sí mismo, no sucede nada, pero si se rompe y se abre, entonces da vida a una planta que producirá fruto. Él es ese grano que ha caído en tierra desde cielo y ha transformado el miedo, el pecado y la muerte, en alegría, perdón y resurrección”.

En esta Pascua, estamos llamados a seguir el ejemplo de Nuestro Señor, dijo. “El amor más grande es el de aquel que se entrega sin reservas y da todo lo que tiene”. Y “el que se pone al servicio de los demás es simiente de esperanza”.

El Pontífice concluyó sus palabras, saludando a los peregrinos de lengua española, “en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica”.

“Los exhorto a caminar hacia la meta de nuestra esperanza -dijo- contemplando la cruz como el dolor de una madre en el momento de dar a luz. Cuando la nueva vida nazca, no recordaremos el sufrimiento, porque la alegría pascual inundará todo con su luz”.

(Leer el texto completo de la catequesis)

 

12/04/2017-09:26
Anne Kurian

Francisco en la audiencia a los fieles de Oriente Medio: ‘Llenen la vida con la alegría de la Resurrección’

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 12 Abr. 2017).- Durante la audiencia general de este miércoles, el santo padre Francisco se dirigió a los peregrinos de lengua árabe, “en particular a quienes vienen de Oriente Medio”.
“Queridos hermanos y hermanas “ dijo el Pontífice en italiano, “mañana inicia el Triduo Pascual: cuando miren con los ojos fijos la pasión y muerte del Señor, reciban en los corazones la grandeza de su amor y llenen la vida con la alegría de la Resurrección”.
“¡Buena Pascua!” concluyó el Papa antes de que sus palabras sean traducidas en árabe por un colaborador.

 

12/04/2017-10:24
Redacción

Texto completo de la catequesis del Papa Francisco en la audiencia del 12 de abril de 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Damos a continuación publicamos el texto completo de la catequesis del papa Francisco, realizada en la audiencia el este miércoles en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El domingo pasado hemos hecho memoria del ingreso de Jesús en Jerusalén, entre las aclamaciones festivas de los discípulos y de mucha gente. Esa gente ponía en Jesús muchas esperanzas: muchos esperaban de Él milagros y grandes signos, manifestaciones de poder e incluso la liberación de los enemigos dominantes. ¿Quién de ellos habría imaginado que dentro de poco Jesús habría sido en cambio humillado, condenado y asesinado en la cruz? Las esperanzas terrenas de esa gente se derrumbaron delante de la cruz. Pero nosotros creemos que justamente en el Crucificado nuestra esperanza ha renacido. Las esperanzas terrenas caen ante la cruz, pero renacen esperanzas nuevas, aquellas esperanzas que duran por siempre. Es una esperanza diversa esta que nace de la cruz. Es una esperanza diversa de aquellas que se derrumban, de aquellas del mundo. Pero ¿De qué esperanza se trata, esta esperanza que nace de la cruz?
Nos puede ayudar a entenderlo lo que dice Jesús justamente después de haber entrado a Jerusalén: «Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24). Tratemos de pensar en un grano o en una pequeña semilla, que cae en el terreno. Si permanece cerrado en sí mismo, no sucede nada; si en cambio se fracciona, se abre, entonces da vida a una espiga, a un retoño, y después a una planta y una planta que dará fruto.
Jesús ha traído al mundo una esperanza nueva y lo ha hecho a la manera de la semilla: se ha hecho pequeño, pequeño, pequeño como un grano de trigo; ha dejado su gloria celestial para venir entre nosotros: ha “caído en la tierra”. Pero todavía no era suficiente. Para dar fruto, Jesús ha vivido el amor hasta el extremo, dejándose fragmentar por la muerte como una semilla se deja fragmentar bajo la tierra. Justamente ahí, en el punto extremo de su anonadamiento – que es también el punto más alto del amor – ha germinado la esperanza.
Si alguno de ustedes me pregunta: ¿Cómo nace la esperanza? Yo respondo: “De la cruz. Mira la cruz, mira al Cristo Crucificado y de ahí te llegara la esperanza que no desaparece jamás, aquella que dura hasta la vida eterna. Y esta esperanza ha germinado justamente por la fuerza del amor: porque el amor que «todo lo espera, todo lo soporta» (1 Cor 13,7), el amor que es la vida de Dios ha renovado todo lo que ha alcanzado.
Así, en la Pascua, Jesús ha transformado, tomándolo en sí, nuestro pecado en perdón. Pero escuchen bien como es la transformación que hace la Pascua: Jesús ha transformado nuestro pecado en perdón, nuestra muerte en resurrección, nuestro miedo en confianza. Es por esto, que en la cruz, ha nacido y renace siempre nuestra esperanza; es por esto que con Jesús toda nuestra oscuridad puede ser transformada en luz, toda derrota en victoria, toda desilusión en esperanza. Toda: sí, toda. La esperanza supera todo, porque nace del amor de Jesús que se ha hecho como el grano de trigo caído en la tierra y ha muerto para dar vida y de esa vida llena de amor viene la esperanza.
Cuando elegimos la esperanza de Jesús, poco a poco descubrimos que el modo de vivir vencedor es aquel de la semilla, aquel del amor humilde. No hay otra vía para vencer el mal y dar esperanza al mundo. Pero ustedes pueden decirme: “No, es una lógica equivocada”. Parecería así, que es una lógica frustrada, porque quien ama pierde poder. ¿Han pensado en esto? Quien ama pierde poder, quien dona, se despoja de algo y amar es un don. En realidad la lógica de la semilla que muere, del amor humilde, es la vía de Dios, y sólo esta da fruto.
Lo vemos también en nosotros: poseer impulsa siempre a querer algo más: he obtenido una cosa para mí y enseguida quiero otra más grande, y así, no estoy jamás satisfecho. Es una sed terrible, ¿eh? Cuanto más tengo, más quiero. Es feo. Quien es ávido no se sacia jamás. Y Jesús lo dice de modo claro: «El que ama su vida, la perderá» (Jn 12,25). Tú eres codicioso, amas tener tantas cosas, pero perderás todo, también la vida, es decir: quien ama lo propio y vive por sus intereses se hincha sólo de sí y pierde.
En cambio, quien acepta, es disponible y sirve, vive según el modo de Dios: entonces es vencedor, salva a sí mismo y a los demás; se convierte en semilla de esperanza para el mundo. Pero es bello ayudar a los demás, servir a los demás. Tal vez, nos cansaremos, ¿eh? La vida es así, pero el corazón se llena de alegría y de esperanza. Y esto es el amor y la esperanza juntos: servir, dar.
Claro, este amor verdadero pasa a través de la cruz, el sacrificio, como para Jesús. La cruz es el paso obligatorio, pero no es la meta, es un paso: la meta es la gloria, como nos muestra la Pascua. Y aquí nos ayuda otra imagen bellísima, que Jesús ha dejado a los discípulos durante la Última Cena. Dice: «La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo» (Jn 16,21).
Es esto: donar la vida, no poseerla. Y esto es aquello que hacen las mamás: dan otra vida, sufren, pero luego son felices, gozosas porque han dado otra vida. Da alegría; el amor da a la luz la vida y da incluso sentido al dolor. El amor es el motor que hace ir adelante nuestra esperanza. Lo repito: el amor es el motor que hace ir adelante nuestra esperanza. Y cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Amo? ¿He aprendido a amar? ¿Aprendo todos los días a amar más?, porque el amor es el motor que hace ir adelante nuestra esperanza.
Queridos hermanos y hermanas, en estos días, días de amor, dejémonos envolver por el misterio de Jesús que, como un grano de trigo, muriendo nos dona la vida. Es Él la semilla de nuestra esperanza. Contemplemos al Crucificado, fuente de esperanza. Poco a poco entenderemos que esperar con Jesús es aprender a ver ya desde ahora la planta en la semilla, la Pascua en la cruz, la vida en la muerte.
Pero yo quisiera darles una tarea para la casa. A todos nos hará bien detenernos ante el Crucificado – todos ustedes tienen uno en casa – mirarlo y decirle: “Contigo nada está perdido. Contigo puedo siempre esperar. Tú eres mi esperanza”. Imaginando ahora al Crucificado y todos juntos decimos a Jesús Crucificado, tres veces: “Tú eres mi esperanza”. Todos: “Tú eres mi esperanza”. Más fuerte: “Tú eres mi esperanza”. Más fuerte: “Tú eres mi esperanza”. Gracias.

Texto de Radio Vaticano

 

12/04/2017-11:15
Anne Kurian

El Papa recordará a los mártires del siglo XX y XXI, el 22 de abril

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 22 Abr. 2017).- El papa Francisco participará el próximo 22 de abril a una Liturgia de la Palabra en memoria de los Nuevos Mártires de los siglos XX y XXI, en la basílica de San Bartolomé, situada en la Isla Tiberina.
Esta celebración se realizará con la Comunidad de San Egidio, ha precisado hoy un comunicado del director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Greg Burke.
La basílica romana situada en medio del río Tíber, fue confiada en 1993 a la comunidad de San Egidio. La misma conserva un memorial a los nuevos mártires del siglo pasado y del actual, realizado en el Jubileo del 2000. Allí se ha reunido la comisión de los ‘Nuevos Martires’ encargada por san Juan Pablo II de investigar sobre los mártires cristianos del siglo XX. La misma ha reunido unos 12 mil informes de mártires y testimonios de la fe, recibidos desde las más diversas diócesis del mundo.
Después del Jubileo, el papa polaco deseó que este memorial tuviera un lugar visible en la basílica. En octubre de 2002, un gran ícono dedicado a los mártires del siglo XX, retratando un simbolismo del libro del Apocalipsis, fue instalado sobre el altar mayor. El papa Benedicto XVI visitó la basílica en abril de 2008.
La web de la Comunidad da la lista completa de las reliquias conservadas en las capillas laterales, de los mártires diversos continentes y en situaciones históricas particulares; como en África, con una carta del monje trapense asesinado en un monasterio; las de España y México con sus sangrientas persecuciones, de víctimas del nazismo o del comunismo, en América Latina como la del obispo Oscar Romero. Y también de Oceanía y Oriente Medio.

 

12/04/2017-10:45
Redacción

El Papa en la audiencia saluda a los estudiantes del UNIV 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 12 Abr. 2017).- El papa Francisco en sus palabras a los peregrinos italianos presentes en la audiencia de este miércoles, saludó a los universitarios, unos tres mil, reunidos en un congreso para estudiantes.
“Queridos peregrinos de lengua italiana, ¡bienvenidos! Tengo la alegría de recibir a los participantes del 50º Congreso para estudiantes de la UNIV, promovido por la prelatura del Opus Dei, dedicado a la reflexión sobre el tema del mundo en movimiento”.
El UNIV Congress forma parte de un evento internacional en Roma, que se extiende durante toda la Semana Santa. Jóvenes universitarias de los cinco continentes se reúnen en la ciudad eterna, no sólo para dialogar y debatir sobre un tema actual y de interés como el que plantea UNIV Congress cada año, sino también para vivir una experiencia enriquecedora a nivel humano, cultural, profesional y espiritual,
indica la web ‘univcongress‘.
“Encuentros multiculturales con personas de todo el mundo, recorridos por los lugares más representativos de Roma, participación en la audiencia de la Plaza de San Pedro con el Papa son parte de la gama de actividades que tienen lugar esos días en Roma. El UNIV Congress es uno de estos eventos”.
El Papa saludó también a la asociación deportiva ‘Scopigno Cup’ acompañada por el obispo de Riete, a los estudiantes del Instituto San Vicente de Paul, y les deseó que “la visita a la Ciudad Eterna en ocasión de Pascua sea una ocasión propicia para redescubrir la alegría del dar, que llena el corazón más que el tener.

 

12/04/2017-10:13
Sergio Mora

Televid de Medellín asistió a la audiencia del Papa

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 12 Abr. 2017).- Un grupo de 33 peregrinos colombianos, de la ciudad colombiana de Medellín, saludó este miércoles al Santo Padre a su paso por la plaza de San Pedro. Ellos vinieron a pasar la Semana Santa en Roma, en un viaje organizado por el canal de televisión: Televid.tv.
Conversando con ZENIT, Cesar Giraldo, jefe de contenidos del canal de la Congregación mariana de Medellín, explicó que esta iniciativa nació hace 17 años y hoy en youtube tiene casi de 100 mil suscriptores. Añadió que transmite en vivo los principales acontecimientos en el Vaticano y a nivel nacional.
“Nos estamos preparando para la visita que el Papa hará en septiembre a Colombia, con unidades móviles en las cuatro ciudades que visitará”, indicó Giraldo. Añadió que el canal cuenta con la colaboración de 60 personas, entre producción y periodistas. Precisó además que transmiten en Hd las 24 horas del día.
El padre Luis Eduardo Gomez, de la arquidiócesis de Medellín, que acompañó la peregrinación como asistente espiritual aseguró: “Estamos muy contentos porque hemos venido como un solo corazón a los pies de San Pedro y San Pablo a renovar nuestra fe. Regresaremos llenos de esa esperanza que necesita nuestro país”.
“Esperamos la visita del Papa que nos confirmará en la fe y nos ayudará a reconstruir el país”, concluyó el sacerdote.

 

12/04/2017-16:19
Federico Cenci

Abu Mazen: La visita del papa a Egipto favorecerá al islam moderado

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 12 Abr. 2017).- “Un paso valiente” y un “mensaje de esperanza”. Así el presidente palestino Abu Mazen (Mahmud Abás) define la vista que el papa Francisco realizará el 28 y 29 de abril a Egipto, teniendo en vista los atentados terroristas que golpearon al país del Nilo, en el Domingo de Ramos.
En una carta enviada al Pontífice y entregada por la embajada de Palestina a la Santa Sede, Abu Mazen escribe: “En el nombre del Estado de Palestina y en representación del pueblo palestino, me complace poder enviar a Su Santidad nuestros saludos más sinceros y nuestros mejores deseos”.
El mandatario expresa su aprecio por la decisión del Papa de ir a Egipto, “también después de los brutales atentados terroristas contra las dos iglesias en Tanta y Alejandría”. Creemos, prosigue la misiva, “que sea un paso valiente que refleja Su empeño por la realización de la justicia y de la paz, y anima a las voces moderadas en todo el mundo y especialmente en nuestra región”.
“Nosotros esperamos -añade el presidente- que Ud. lleve un mensaje de esperanza al pueblo egipcio y a todos los pueblos árabes y africanos: un mensaje de unidad, igualdad y coexistencia. Creemos firmemente en sus palabras simples y potentes: que el amor es más fuerte que el mal”.
El presidente reitera su convicción de que “su visita a Egipto dará a Egipto y a la región un fuerte mensaje de esperanza y de amor”:
“Deseamos que Su Santidad siga rezando por nosotros, como lo ha hecho en Palestina durante su peregrinación a Tierra Santa en el 2014”, añade. Y declara que “s siempre profunda en nuestra mente y en nuestros corazones la esperanza de que Jerusalén siga siendo una ciudad de paz, amor y justicia”.
El 14 de enero pasado el papa Francisco recibió al presidente Abu Mazen, con motivo de la inauguración de la Embajada Palestina ante la Santa Sede.

 

12/04/2017-15:45
Redacción

Calendario de las celebraciones presididas por papa Francisco en abril y mayo 2017

ABRIL
Jueves, 20
Sala del Consistorio, 10 horas
Consistorio para algunas Causas de Canonización
Viernes, 28 y sábado, 29
Viaje Apostólico a Egipto

MAYO
Domingo, 7
IV Domingo de Pascua
Basílica Vaticana, horas 9.15
Ordenaciones presbiteriales
Santa Misa
Viernes , 12 y sábado , 13
Viaje Apostólico a Fátima
Sábado , 27
Visita pastoral a Génova

 

12/04/2017-04:25
Isabel Orellana Vilches

Beata Margherita da Città di Castello – 13 de abril

(ZENIT – Madrid).- Tan mal considerada fue esta beata en su más cercano entorno que, exceptuando las humildes personas de bondadoso corazón que la ayudaron, incluidos los dominicos, durante un tiempo pocos pudieron entrever la finísima obra de orfebrería que Dios realizaba en ella cincelando su espíritu con la deslumbrante e inigualable luz de su belleza. Con el ejemplo de su vida, y las gracias de las que fue adornada, se asesta un mazazo a los prejuicios, a la fría conceptualización de una persona por su aspecto externo que, en este caso concreto, fue acompañada de una falta de piedad inaudita. Porque Margherita nació en 1287 en el castillo de Metola (perteneciente entonces a la Massa Trabaria), provincia de Pesaro y Urbino, Italia, con dolorosas deformidades.
Afectada de ceguera, lisiada –con ostensible cojera y una prominente joroba– simplemente por su debilidad, y no es poco, debería haber polarizado en ella toda la ternura de sus padres Parisio y Emilia. Además, siendo nobles y pudientes podrían haberla colmado de atenciones. No fue así. Su llegada parecía obedecer a una desgracia más que a una bendición. Una joven hermosa y saludable habría encajado perfectamente en tan selecto entorno. Pero no era su caso. Siendo la primogénita, la pobre criatura defraudó las esperanzas de su padre que hubiera deseado un varón, y se hizo acreedora de su desdén. La confiaron a una persona del servicio y fue bautizada por el capellán de la fortaleza con absoluta discreción, por no decir casi de forma clandestina. No había lugar para ella en el castillo.
Para mantenerla a resguardo de miradas ajenas, fue recluida en una celda. Cuando fortuitamente fue descubierta por unos invitados, la trasladaron a un habitáculo construido en las inmediaciones de la fortaleza, en una zona boscosa, con un ventanuco para introducir la comida. Tenía 6 años y sus padres no habían vuelto a verla desde que nació. Así que la condenaron a vivir en una fría cárcel. ¡Cuánta desgracia junta! Tan solo el capellán, que le enseñó a orar, pudo apreciar la inteligencia que le adornaba y cómo iba creciendo pertrechada en la sabiduría que proviene de la gracia divina.
Nueve años permaneció en tan inhóspito lugar, sola, contando únicamente con la visita puntual del sacerdote y alguna esporádica de Emilia. En ese tiempo ya había aprendido a reconocer el amor de Dios que acoge a sus hijos con infinita misericordia al margen de defectos y debilidades. En Cristo crucificado halló el modelo a seguir para abrazarse a la cruz, gozosa de poner a sus pies sus particulares sufrimientos regados con muchas lágrimas. El estallido de la guerra obligó a sus padres a aceptarla en la fortaleza, aunque la trataron como a una prisionera manteniéndola en el sótano en pésimas condiciones. Confortada por el capellán, soportaba tanta ignominia con entereza y confianza.
Hacia los 15 años un día fue conducida por sus padres a Città di Castello para solicitar la mediación de un franciscano, (puede que fuese el lego fray Giacomo, fallecido poco tiempo antes con fama de santidad, y ante cuya tumba se produjeron algunos milagros) y lograr su curación. Para ello hicieron un fatigoso viaje atravesando los Apeninos. Da la impresión de que buscaban, sobre todo, librarse de tan embarazosa presencia. Como no obtuvieron lo que deseaban, dejaron a la muchacha en una iglesia abandonada, a su libre albedrío.
La ceguera del corazón, infinitamente más tenebrosa que la física, era atuendo de los padres de Margherita. Obviamente, Dios en su infinita misericordia no iba a desentenderse de esta hija predilecta, tan cruelmente tratada. Y como hace con todos, de forma especial con los que están inmersos en el drama del sufrimiento, la bendeciría de forma singular. Así pues, aunque la joven deambuló llena de angustia como una vagabunda, mendigos, y luego campesinos de gran corazón, se apiadaron de ella. Se cumplía su honda impresión de que, aunque sus padres la desampararon, Dios nunca la abandonaría. Hacia sus 20 años ingresó en un convento, parece que regido por oblatas, que prescindieron de ella al no soportar la presencia de tanta virtud en un claustro de costumbres algo laxas, como era aquél en esos momentos. Para vivir con un santo hace falta disponerse a la exigente entrega consignada en el evangelio, de lo contrario se corre el riesgo de sucumbir ante las propias flaquezas. Es lo que entonces ocurrió.
De nuevo en la calle, Margherita fue acogida por un bondadoso matrimonio compuesto por Venturino y Grigia. La Orden de predicadores la aceptó como laica y durante treinta años vistió el hábito de la Tercera Orden de santo Domingo feliz al poder encarnar la riqueza de este carisma. Gran penitente, acostumbrada a la austeridad, a las mortificaciones y a la oración, fue escalando las altas vías de la contemplación. Con su ejemplo conmovía a la gente que acudía a ella en busca de consejo. Era especialmente devota de la Sagrada Familia y tuvo debilidad por los pobres y los enfermos, a los que socorrió junto a los reclusos y a los moribundos.
Aprendió de memoria el Salterio y solía meditar en el misterio de la Encarnación. Fue agraciada con éxtasis, junto a los dones de profecía y milagros. Murió el 13 de abril de 1320. Según parece, en su corazón encontraron tres perlas que tenían esculpidas respectivamente las imágenes de Jesús, María y José. Quienes la conocían le habían escuchado decir en numerosas ocasiones: «¡Oh, si supierais el tesoro que guardo en mi corazón, os maravillaríais!». Su cuerpo, que se conserva incorrupto –como se constató al abrir el ataúd para darle nueva sepultura el 9 de junio de 1558–, se venera bajo el altar mayor de la basílica de San Domenico en Città di Castello. Pablo V la beatificó el 19 de octubre de 1609. El prelado que se hallaba en Urbino en 1988 la proclamó patrona de los ciegos para esa diócesis.