Mons. Jesús García Burillo es el obispo de la Diócesis de Ávila, que este año está de enhorabuena por la celebración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Fue uno de los primeros obispos que celebró la Santa Misa en Santa Marta con el Papa Francisco. En esta entrevista nos cuenta como ve al Santo Padre como comunicador, nos habla del próximo Encuentro Europeo de Jóvenes en Ávila y alienta los jóvenes a seguir a Cristo huyendo de la cultura dominante del fenómeno del botellón y la desesperanza por un futuro incierto.
P. En este año en el que se conmemora el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, ¿qué aspectos destacaría de la Santa? ¿Cómo acercar esta figura a los más jóvenes?
R. Me gustaría destacar los aspectos de la Santa que nos proponía el Papa Francisco en su carta-mensaje con ocasión de la celebración del V centenario de su nacimiento: “Andar alegres sirviendo”; la verdadera santidad es alegría porque un santo triste es un triste santo. De sentir a Dios en su alma, a Teresa le nacía una alegría contagiosa que no podía disimular y que transmitía a su alrededor. En la vida y magisterio de Santa Teresa es preciso destacar también la oración, que ella definió como un “tratar de amistad estando muchas veces a solas con aquel que sabemos nos ama”. Cuando los tiempos son recios, son necesarios “amigos fuertes de Dios para sostener a los flacos”. También en Santa Teresa se sobresale la vida fraterna, que consiste en andar el camino de la vida cristiana no aisladamente sino juntos. Ella fundó pequeñas comunidades que, a imitación del Colegio apostólico siguieran a Cristo, viviendo sencillamente el Evangelio y sosteniendo a la Iglesia con una vida hecha plegaria: “para eso os juntó Él aquí, hermanas” –les decía a sus monjas-. Y, finalmente, la Santa respondió a los tiempos recios que le tocó vivir siendo fundadora y maestra por los caminos de España; ella vivió las dificultades de su tiempo sin caer en el llanto amargo, al contrario, viviéndolas en la fe como una oportunidad para dar un paso adelante en su camino. Ella siempre fue adelante en el camino que el Señor le trazó.
“Los Papas nos insisten en tomar conciencia de que vivimos en una sociedad secularizada y que nuestras estructuras pastorales corren peligro de no ser efectivas en la transmisión del Evangelio”
P. Ávila está de enhorabuena por la celebración del centenario, y tiene un amplio programa de actividades en torno a la figura de la Santa, ¿se están viendo frutos pastorales? ¿Qué destacaría dentro de este programa?
R. Tratando de concretar en la práctica el espíritu de Santa Teresa, hemos propuesto a toda la diócesis de Ávila una misión que lleve a todos la oportunidad de renovar su espíritu de conformidad con la espiritualidad de Santa Teresa y las demandas del Papa Francisco, es decir, buscando el dinamismo de una “Iglesia en salida”. Lo hemos concretado en una frase de la Santa, a punto de morir y que revelan tanto su deseo de estar con Dios como el de cambiar la historia: “Ya es tiempo de caminar”. Los Papas nos insisten en tomar conciencia de que vivimos en una sociedad secularizada y que nuestras estructuras pastorales corren peligro de no ser efectivas en la transmisión del Evangelio. Aunque numerosas personas se bautizan y mantienen una relación con la Iglesia, muchas viven como si Dios no existiera. Con esta misión diocesana quisiéramos responder al “sueño” del Papa: una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos de vida, el lenguaje, la estructura eclesial se conviertan en un cauce adecuado para la evangelización. Lo intentamos con los sacerdotes y con equipos misioneros de laicos recorriendo los arciprestazgos, dirigiéndonos a espacios especialmente alejados: jóvenes, familias, pobres, mundo rural y enfermos. Cuando termine este año, V centenario, trataremos de continuar con un proyecto pastoral de renovación que consolide el programa que estamos llevando.
P. Dentro de este programa se enmarca el Encuentro Europeo de Jóvenes en Ávila, que se celebrará del próximo 5 al 9 de agosto. ¿Qué es lo que los jóvenes van a poder encontrar en este encuentro? ¿Cómo les animaría desde aquí a que acudan a este encuentro?
R. También se ha acordado el Papa de dirigirse expresamente a los jóvenes en su mensaje: ¿Qué consejos das tú, Teresa, hoy a los jóvenes? –pregunta-. Ella, mujer inquieta, vivió su juventud con la alegría propia de esta etapa de la vida. Nunca perdió el espíritu jovial. Ella tenía una “santa osadía” que le empujaba siempre a seguir adelante, sin ahorrar sacrificios ni pensar en sí misma con tal de amar al prójimo. Exhorta vivamente a los jóvenes que, siguiendo el ejemplo de la Santa, a las nuevas generaciones no se les arrugue “el ánima y el ánimo”, que tengan valor para huir de la mediocridad y la tibieza y albergar en su alma grandes deseos, nobles aspiraciones; que si no tienen miras altas serán como “sapos” que caminan rastreramente, dando importancia a minucias en lugar de darla a las cosas importantes de verdad.
P. Muchos jóvenes en este tipo de encuentros, gracias a la cercanía que sienten con El Señor, encuentran su vocación. ¿Qué les diría a los jóvenes que tienen dudas con su vocación y no encuentran su camino?
R. Como dijo san Juan Pablo II -creo que en Cuatro vientos-, que si el Señor llama a tu corazón, seas generoso y le abras la puerta de par en par. Que la cultura dominante, el ambiente de los amigos, el fenómeno del botellón, la desesperanza por un futuro incierto no te domine. Que los adolescentes, jóvenes o adultos busquen grupos auténticos en el seguimiento del Señor, que existen. Que sean francos y busquen en el sacerdote o en la persona amiga que les ponga en contacto con el formador del seminario, con el que puedan hacer un seguimiento vocacional. Si en algún momento sienten la llamada de Dios, o la descubre el sacerdote, el catequista, o los padres, hay que atenderla inmediatamente y buscar las personas que le puedan acompañar eficazmente. En ningún lugar encontrarán la dicha que se vive en el seguimiento del Señor. Por otra parte, ahora no es infrecuente encontrar esta misma llamada en adultos con carreras terminadas, que descubren en el encuentro con el Señor y con la comunidad cristiana un horizonte nuevo de vida que les lleva a seguir el camino de la consagración o del sacerdocio.