No podemos ser buenos cristianos sino junto a todos los que buscan al Señor Jesús, como un único pueblo y un único cuerpo. No estamos aislados, nos somos cristianos a título individual. Si el nombre es: “cristiano”, el apellido es: “pertenezco a la Iglesia”, explicó el Papa en la catequesis del miércoles 15 de junio. “Nuestra identidad es pertenencia al pueblo que lleva la bendición de Dios; a la Iglesia”.
En su segunda catequesis sobre la Iglesia el Obispo de Roma
habló de la importancia del cristiano de pertenecer a este
pueblo. Dios mismo se define como el Dios de sus padres; Dios de
Abraham, de Isaac, de Jacob –expresó Francisco-. Con nuestros
padres Dios ha constituido una Alianza y permanece siempre fiel
a su pacto y nos llama a entrar en esta relación que nos
precede.
El pensamiento va primero, con gratitud a los que nos han
precedido y recibido en la Iglesia. “Otros antes que nosotros
han vivido la fe, nos la han transmitido y enseñado. Cuantos
rostros queridos nos pasan delante de los ojos: padres, abuelos,
familiares, que nos enseñaron la señal de la cruz y a rezar las
primeras oraciones”. La Iglesia es una gran familia en la cual
se viene recibido y se aprende a vivir como creyentes y como
discípulos del Señor Jesús.
Este camino no solamente lo podemos vivir gracias a otras
personas, sino junto a otras personas. En la Iglesia no existe
el “hacélo solo” o los “jugadores libres”. La Iglesia es un
“nosotros”. Hay quien entiende que puede tener una relación
personal directa, inmediata con Jesucristo, fuera de la comunión
y de la mediación de la Iglesia. “Yo creo en Dios, creo en Jesús
pero la Iglesia no me interesa…”. Es una tentación peligrosa y
dañosa, una dicotomía absurda –afirmó el Sucesor de Pedro-.
“Caminar juntos es difícil pero es en nuestros hermanos y
hermanas con sus dones y sus límites que Jesús viene a nuestro
encuentro y se hace reconocer”.
El Vicario de Cristo concluyó la catequesis afirmando que “no se
puede amar a Dios sin amar a los hermanos; no se puede estar en
comunión con Dios sin estarlo con la Iglesia y no podemos ser
buenos cristianos sino junto a todos los que buscan al Señor
Jesús, como un único pueblo y un único cuerpo”.
Jesuita Guillermo Ortiz – RV
Síntesis de la catequesis del Papa en lengua española
Queridos hermanos y hermanas
Dios ha querido formar un pueblo que lleve su bendición a todos
los pueblos de la Tierra. En Jesucristo, lo establece como signo
e instrumento de unión de los hombres con Dios y entre ellos. De
ahí la importancia de pertenecer a este pueblo. Nosotros no
somos cristianos a título individual, cada uno por su cuenta.
Nuestra identidad es pertenencia. Decir «soy cristiano» equivale
a decir: «Pertenezco a la Iglesia». Soy de ese pueblo con el que
Dios estableció desde antiguo una alianza, a la que siempre es
fiel. De aquí nuestra gratitud a los que nos han precedido y
acogido en la Iglesia, quienes nos enseñaron a rezar y pidieron
para nosotros el Bautismo. Nadie se hace cristiano por sí mismo.
La Iglesia es una gran familia, que nos acoge y nos enseña a
vivir como creyentes y discípulos del Señor. Y no sólo somos
cristianos gracias a otros, sino que únicamente podemos serlo
junto con otros. En la Iglesia nadie va «por libre». Quien dice
creer en Dios pero no en la Iglesia, quien dice tener una
relación directa con Dios, con Cristo pero fuera de la Iglesia,
cae en una dicotomía absurda. Dios ha confiado su mensaje
salvador a personas humanas, a testigos, y se nos da a conocer
en nuestros hermanos y hermanas.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en
particular a los peregrinos de la Archidiócesis de Madrid y de
La Escuela Franciscana, de San Pedro Sula, así como a los demás
grupos provenientes de España, México, Honduras, Colombia,
Chile, Argentina y otros países latinoamericanos. Recuerden que,
como cristianos, no podemos prescindir de los demás, de la
Iglesia; no podemos salvarnos por nosotros solos. Ninguno juega
por libre. Somos un pueblo que camina. Muchas gracias.