Madrid, 16 de agosto de 2011.- La
Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 11 ha salido por
unas horas de la ciudad que la acoge para trasladarse un poco más al
norte, al Real Sitio de El Escorial, un lugar que no es desconocido
para el Papa ya que lo visitó en 1989 como prefecto de la
Congregación para la Doctrina de la Fe.
En un ambiente festivo y colorido con togas y birretes de
disciplinas dispares, ha tenido lugar el encuentro del Papa con más
de 1.000 profesores e investigadores de todo el mundo. Éste se
enmarca dentro del constante empeño del Santo Padre por contribuir a
la reflexión entre ciencia y fe (con precedentes en Ratisbona, en
Alemania, del encuentro de los Bernardinos en París o en Westminster
Hall). Al acto ha acudido el ministro de Educación, Ángel Gabilondo
quien ha cumplimentado al Papa en la entrada de la Basílica.
Durante este encuentro con jóvenes docentes, Benedicto XVI ha
definido el papel que tiene la institución universitaria hoy en día.
“La Universidad ha sido, y está llamada a ser siempre, la casa donde
se busca la verdad propia de la persona humana”. En ese sentido, el
pontífice ha dejado claro que “no es casualidad que fuera la Iglesia
quien promoviera la institución universitaria, pues la fe cristiana
nos habla de Cristo como el Logos por quien todo fue hecho
(cf. Jn 1,3)”.
Además, el Papa ha asegurado que “la Universidad encarna un ideal
que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo
racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple
mercado, que ve al hombre como mero consumidor”.
Por otra parte, el Papa ha invitado a los docentes a que transmitan
ese ideal universitario de proponer y acreditar la fe ante la
inteligencia de los hombres aunque les ha advertido que no basta con
enseñarlo sino que también hay que vivirlo. “Los jóvenes necesitan
auténticos maestros, personas abiertas a la verdad total en las
diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su
propio interior ese diálogo interdisciplinar”. A continuación ha
puesto a Platón como ejemplo: “Busca la verdad mientras eres joven,
pues si no lo haces, después se te escapará de entre las manos” (Parménides
135d).
El Santo Padre ha querido animarles “a no perder nunca la
sensibilidad e ilusión por la verdad, a no olvidar que la enseñanza
es una formación de jóvenes a quienes debéis de comprender y
querer”. Para Benedicto XVI no se puede avanzar en el conocimiento
de algo “si no nos mueve el amor; ni tampoco amar algo en lo que no
vemos racionalidad”. En ese sentido, ha pedido a los profesores que
sean humildes. “En el ejercicio intelectual y docente, la humildad
es asimismo una virtud indispensable, que protege de la vanidad que
cierra el acceso a la verdad”.
Para finalizar les ha instado a volver siempre la mirada a Cristo y
ha hecho uso del tema de la JMJ. “Arraigados en Él, seréis buenos
guías de nuestros jóvenes” y les ha dado su bendición.
Antes del discurso de Benedicto XVI, el cardenal arzobispo de Madrid
Antonio María Rouco Varela ha manifestado la gratitud de amplios y
variados sectores de la vida universitaria, especialmente de España,
la decisión del Papa de incluir este encuentro en el programa de
actos de la JMJ. Ésta que es la primera vez que sucede en la
historia de las Jornadas.
Rouco ha señalado que “los jóvenes profesores universitarios, que le
han acogido con tanto calor y afecto, son muy conscientes de que la
Palabra del Papa será para ellos, en estos momentos tan críticos de
la humanidad, luz que les guiará en el desarrollo cristiano de su
alta tarea intelectual y educativa”.
También ha tomado la palabra en nombre de todos los profesores,
Alejandro Rodríguez de la Peña, doctor en Historia, vicerrector de
la Universidad San Pablo CEU y director del Colegio Mayor de San
Pablo de Madrid. Rodríguez de la Peña ha agradecido “vuestro fecundo
magisterio sobre la vocación universitaria y, en particular, sobre
la relación entre ciencia y fe, y sobre el lugar vital de la
religión revelada en la sociedad actual”. Además, ha afirmado que
“la reciente beatificación del cardenal John Henry Newman fue para
todos los católicos un signo elocuente de la importancia que vuestra
Santidad otorga a la dimensión intelectual de la vivencia
cristiana”.
En este encuentro, ha intervenido la Escolanía del Monasterio, que
ha interpretado el “Ave María” del compositor y célebre polifonista
del Renacimiento español, Tomás Luis de Vitoria.